Las Trece Rosas. Rosa número 13: Joaquina López Laffite
Las Trece Rosas. Rosa número 13: Joaquina López Laffite
Maria Jose Robles Perez

Olvidar las injusticias nos lleva a volver a cometerlas. Y por eso quieren que olvidemos, que dejemos enterrados los huesos, que borremos de nuestro pasado las historias desgarradoras de miles de personas que fueron brutalmente humilladas y asesinadas por algo que todavía sigue en nuestras instituciones: el fascismo. 

Nuestro deber es recordar, que las nuevas generaciones sepan de qué es capaz el ser humano lleno de odio cuando el resto del mundo mira hacia otro lado ante las injusticias.

Con esta humilde pluma, quiero relatar aquí, pequeños retazos de trece inocentes, trece Rosas. Para que nadie olvide.

Imagínate que cuando ya ha pasado 1 año y 8 meses desde que te han reventado el cráneo contra la tapia de un cementerio, llega una orden a la cárcel de prisión atenuada para ti.

Eso ocurrió con Joaquina, quién es nuestra rosa número 13, fusilada esa escalofriante e inhumana madrugada de agosto junto con tantos otros jóvenes, acusados de algo que nunca pudieron probar realmente de parte del bando que se hace llamar vencedor.

Porque para ellos, vencer es tener las manos manchadas de sangre y sentirse orgulloso. Qué terrible tiene que ser la vida de alguien para sentir orgullo de ello. Qué negro tiene que tener alguien el corazón para llamarse vencedor a costa del asesinatos de miles de personas.

Y es que los fusilamientos por parte de esos vencedores eran tan debastadores, que se dieron toda la prisa posible, no esperando firmas en sentencias, no siguiendo los pasos que se supone que hay que seguir dentro de lo que una dictadura considera que es su lógica. Había prisa por matar rojos. Había prisa por no dejar huella. Había prisa por.... ¿Prisa por qué? ¿Desde cuándo un ganador tiene miedo?

Tales eran esas prisas, que Joaquina, en julio de 1.939, llegó a recibir una segunda condena de 30 años de cárcel. Pero dicha orden llegó a la cárcel cuando ya había sido fusilada.

Y en 1.942, 1 año y 8 meses después de haber sido asesinada, fue cuando se recibió en la cárcel la orden de prisión atenuada para esta mujer que al parecer no era tan peligrosa como quisieron hacer creer aquel agosto de 1.939.

Joaquina era la menor de 4 hermanos, que ya eran huérfanos desde 1.931. Todo hace pensar, que ese padre y esa madre dejaron alguna semilla sembrada en sus mentes, porque los cuatro hermanos tenían muy claro de que parten estaban, lo que les parecía justo y no estaba dispuestos a mirar hacia otro lado mientras veían tantas injusticias por parte de una dictadura.

Carlos, el mayor de todos, era militante de UGT desde abril de 1.936. María, la que le seguía, era mecanógrafa hasta que comenzó la guerra, siendo después enfermera voluntaria en un Hospital de reposo instalada en un Teatro y en el Hospital Sexta División. Lola, también era mecanógrafa y trabajó durante 4 años en una fábrica de productos químicos farmacéuticos, terminando incluso en el frente con labores de propaganda. Joaquina, nuestra rosa, no tenía ningún puesto que se considerara como trabajo propiamente dicho, pero os aseguro que no se andaba cruzada de brazos. Además, era Secretaria de Cultura del Sector Este y ayudante del Secretario Administrativo del Comité Provincial. Con su hermana Lola, era con quién más compartía, pues ambas se afiliaron a la JSU en agosto de 1.936, teniendo Lola también algún cargo dentro de la organización.

Miedo terrible. Imaginaros. Cuando la guerra acabó, quemaron en su casa toda la propaganda que guardaban. Pero fue en vano porque un vecino, no sabemos si por miedo o por odio, los denunció.

Así, fueron detenidos los cuatro, además de la esposa de Carlos y una amiga de Joaquina, Concepción Pérez Moreno. Pasaron días y días encerrados en un chalet, antes de ser llevados a comisaría donde firmaron sus declaraciones, y luego fueron llevados a prisión.

La palabra "chalet" seguro que ya os ha traído algo a la mente, pero a mí me gusta recordarlo por si acaso alguna cabeza ha querido evadir la imagen: golpes y golpes, intensas palizas, torturas a todos los niveles, humillaciones, amenazas, personas denunciando a amigos y familiares por miedo, por puro instinto de supervivencia. A las mujeres, por ser mujeres, hay que añadirles lo que todos pensáis: agresiones sexuales a todos los niveles. Porque las mujeres rojas no las querían para nada, pero no les molestaban violarlas.

Algunos, ni siquiera salían vivos de esos chalets. Aunque, por suerte -¿Por suerte?- no fue el caso de estos seis detenidos.

Como os he dicho, estos cuatro hermanos tenían claro sus ideas. Joaquina ayudó todo lo que pudo en la clandestinidad, pero olvidaros de violencia o asesinatos como nos han querido hacer creer, cuando decimos ayudar hablamos de reorganizarse, de hablar, de llevar la esperanza a todos los rincones posibles. Joaquina incluso fue Secretaria Femenina del Comité Provincial de Madrid en dicha clandestinidad: ¿Cuándo ha matado el feminismo a nadie?

Aunque ella nunca nunca confesó su actividad en la clandestinidad. Dicen los que tenían prisa por fusilar, que esto si fue probado y de ahí la condena a muerte. Tan probado, que 1 año y 8 meses después de su asesinato, llegó a la cárcel la orden de prisión atenuada ¿Y las pruebas? Ah, claro....

Es terrible pensar que esto es real. Es terrible ser consciente de que los mismos que dieron la orden de fusilar, están sentados en las instituciones, tras las ejecuciones de las leyes, tras los micrófonos.

Es terrible ser consciente de que los mismos que dispararon y humillaron con gusto, están ansiosos escuchando esos micrófonos que les dicen que odien. Es terrible, terrible.

Porque no lo olviden: mataron a las 13 Rosas, pero su lucha y pensamiento sigue vivo en nosotros. Al igual que el fascismo, que nunca murió. No, no lo olviden. 

Las Trece Rosas. Rosa número 1: Adelina García Casillas
Las Trece Rosas. Rosa número 2: Virtudes González García
Las Trece Rosas. Rosa número 3: Blanca Brisac Vázquez
Las Trece Rosas. Rosa número 4: Julia Conesa Conesa
Las Trece Rosas. Rosa número 5: Martina Barroso García
Las Trece Rosas. Rosa número 6: Ana López Gallego
Las Trece Rosas. Rosa número 7: Dionisia Manzanero Salas
Las Trece Rosas. Rosa número 8: Carmen Barrero Aguado
Las Trece Rosas. Rosa número 9: Carmen Barredo Aguado
Las Trece Rosas. Rosa número 10: Pilar Bueno Ibáñez
Las Trece Rosas. Rosa número 11: Victoria Muñoz García
Las Trece Rosas. Rosa número 12: Elena Gil Olaya


Fuente → facebook.com

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