
La ciudadanía del siglo XXI deseamos, por lo menos, poder decidir entre monarquía y república, y más cuando esta última no falló, sino que se la cargaron con un golpe de estado.
Ahora que se está discutiendo a raíz de la huida del rey emérito sobre la monarquía y república, los firmes defensores de la monarquía aseguran que es el único sistema válido democrático y que el ejemplo de la instauración de las repúblicas solo llevó a España al caos y la destrucción.
Qué triste es observar cómo se quiere destruir y humillar a todo aquello que sirvió para aumentar el bienestar y la igualdad social.
Los terratenientes, las clases sociales ricas y la Iglesia más insolidaria y alejada de sus principios cristianos no estaban contentos, pues les quitaba privilegios
La Segunda República, proclamada en 1931, fue un sistema democrático, de igualdad y de bienestar. Y sí, es cierto, los terratenientes, las clases sociales ricas y la Iglesia más insolidaria y alejada de sus principios cristianos no estaban contentos, pues les quitaba privilegios.
De ahí que para acabar con las ilusiones de igualdad y bienestar y mantener sus privilegios, montaran, con el consentimiento de unos militares acomodados y de unos estados europeos fascistas, un golpe de estado y una represión posterior genocida. Para mantener sus privilegios y cargarse no solo el sistema republicano, sino también la libertad y provocar la nueva sumisión, servilismo y esclavista del pueblo ante los de siempre: ricos, explotadores y una iglesia rancia, casposa y alejada de los valores que predica.
Con la destrucción de la República llegó la dictadura más cruel, genocida e insolidaria: el pueblo tenía que aprender quién mandaba. Y posteriormente, el dictador nombró a su sucesor: la monarquía.
Con la destrucción de la República llegó la dictadura más cruel, genocida e insolidaria: el pueblo tenía que aprender quién mandaba
¿Alguien puede confiar en un sistema político heredado de un dictador? Se puede cambiar, pero todos sabemos que la monarquía aceptada en el 78 era lo menos malo en esos momentos.
Ya han pasado muchos años y todo continúa como en la Edad Media: rey, nobleza y privilegios.
La ciudadanía del siglo XXI deseamos, por lo menos, poder decidir entre monarquía y república, y más cuando esta última no falló, sino que se la cargaron con un golpe de estado. Ahora, PP y Vox quieren humillarla, pese a los miles de asesinados que continúan en las fosas por defenderla y lo que desean en sus fosas a gritos es reparación, verdad y justicia y sobre todo que la ciudadanía pueda elegir: república o monarquía y no tener que aceptar por deseo de un dictador o de “dios” una forma de estado a la que no se nos ha permitido votar o por lo menos refrendar y más cuando la segunda república no fallo, sino fue un golpe de estado quien, de una forma cruel, irracional, cruenta y genocida se la cargaron, provocando con ello un gran retroceso en España y lo peor una dictadura “asesina” de la que hoy, todavía, pese a la transición débil, no nos hemos recuperado totalmente, como estamos viendo actualmente por los argumentos de odio, y revisionismo que pretenden los dirigentes del PP y VOX, con el beneplácito de los “nuevos terratenientes”, como no de la Iglesia Católica más casposa e irracional, incluso enajenando bienes que no son suyos y también con la ayuda de unos seudomedios informativos y económicos, que lo que pretenden es que la monarquía sea su apoyo para mantenerse los de siempre en sus estatus sociales y que el pueblo no pueda nunca “poder decidir”.
Fuente → nuevatribuna.es
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