La lista de elementos franquistas que son ilegales desde hace 18 años: "Una cosa es el catálogo, otra retirar los símbolos"
La lista de elementos franquistas que son ilegales desde hace 18 años: "Una cosa es el catálogo, otra retirar los símbolos" / Héctor Juanatey
 

El monumento franquista 'El Arco de la Victoria', en MadridGetty Images
Desde 2007, existe la obligación legal de retirar toda simbología franquista y, a pesar de ello, en España hay todavía más de 6.000 elementos que ensalzan la dictadura.

Muy cerquita del Palacio de la Moncloa, sede de la Presidencia del Gobierno y domicilio, al menos por ahora, de Pedro Sánchez, se erige un decadente y vasto armatoste de piedra que todavía hoy ensalza "a los ejércitos aquí victoriosos". ¿Que cuáles son? Nada más y nada menos que las huestes de los dictadores Francisco Franco, Benito Mussolini y Adolf Hitler, que desfilaron por Madrid el 19 de mayo de 1939 para celebrar la victoria del fascismo tras el golpe de Estado franquista. El monumento, levantado bajo el nombre de Arco de la Victoria, es tan solo uno de los más de 6.000 símbolos del franquismo que todavía ocupan de manera ilegal espacios públicos y privados a lo largo de España y será, con toda probabilidad, uno de los elementos que recogerá el catálogo que, según ha anunciado este miércoles el presidente del Gobierno, publicará el BOE en noviembre para que toda la simbología de la dictadura "sea retirada de una vez por todas".

Si Sánchez ha hecho uso de ese "de una vez por todas" es porque en el Gobierno son conscientes de que la retirada de los símbolos franquistas es una obligación legal desde 2007, en concreto desde la entrada en vigor el 28 de diciembre de aquel año de la Ley "por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura". Aquella norma establecía ya en su artículo 15 que "las Administraciones públicas [...] tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura". Pero en 18 años no dio tiempo. Y parece que tampoco en estos últimos tres años, desde que el 21 de octubre de 2022 entrara en vigor la Ley de Memoria Democrática que también recoge en su artículo 35 que "las administraciones públicas [...] adoptarán las medidas oportunas para la retirada" de cualquier "símbolo y elemento contrario a la memoria democrática". El siguiente artículo, el 36, obliga al Estado a confeccionar el ya mencionado catálogo.

Emilio Silva, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), prefiere tomarse con lógica cautela el anuncio realizado este miércoles por el Gobierno. "Una cosa es hacer público un catálogo y otra retirar unos símbolos que son ilegales desde 2007", señala Silva en conversación telefónica. Este activista por la memoria no comprende que se esté todavía en la fase de los anuncios y no en la de los hechos. Es él quien destaca, por ejemplo, el citado caso del Arco de la Victoria. "Lo tienen muy cerca. No hace falta que lo cataloguen. Por él han pasado todos los ministros del país desde 1977 hasta hoy. Es un monumento que celebra la victoria de Hitler, Mussolini y Franco, que celebra el asesinato de miles de personas que todavía están en cunetas. Es tan sencillo como coger y quitarlo", asegura Silva. Su asociación, la ARMH, denunció de hecho en 2023 al rectorado de la Universidad Complutense de Madrid por posible "prevaricación" al no haber retirado el monumento.

¿Por qué, a pesar de las diferentes normativas, no se han retirado todavía estos símbolos franquistas? La pregunta, apunta Silva, "habría que hacérsela al Gobierno". "Si tú apruebas una ley y no la aplicas... ¿Por qué la haces? Si no lo han hecho es porque no han querido", comenta el presidente de la ARMH, a quien hace apenas una semana el fotógrafo de la Asociación, Óscar, envió una imagen de un pueblo de Toledo con un azulejo con la cara de José Antonio Primo de Rivera. Cada vez que este fotógrafo se desplaza a cubrir las exhumaciones organizadas por la ARMH, realiza lo que llaman la "ruta del mal" por los diferentes pueblos, captando así la permanencia intacta de "cientos" de símbolos franquistas. "Hay incluso monumentos nazis, pilones que los alemanes marcaban donde se estrellaban sus aviones", relata Emilio Silva, que pide para los Ayuntamientos que se nieguen a cumplir la ley lo mismo que el Gobierno hará con Isabel Díaz Ayuso en relación a los sanitarios objetores de la Ley del aborto.

Según la normativa aprobada, y como ya se ha comentado, el Gobierno tiene la obligación de confeccionar un catálogo "de símbolos y elementos contrarios a la memoria democrática". Lo también sorprendente es que este no haya llegado todavía, sobre todo cuando, además del trabajo de la ARMH, existe ya un amplio trabajo llevado a cabo por la Fundación Jesús Pereda de Comisiones Obreras. En 2024, el sindicato presentó la web deberiadesaparecer.com, un mapa interactivo con la localización de más de 6.000 símbolos que ensalzan la dictadura franquista.

Aunque la página web existe gracias a una subvención del Gobierno, en la Fundación se han enterado "por las noticias" del anuncio de Sánchez. En todo caso, y al igual que Emilio Silva, esperan que el catálogo se acompañe de una aplicación efectiva de la norma. "En la ley se indica que el catálogo tiene por objeto el cumplimiento en la erradicación de la simbología que conlleva apología de la dictadura franquista. Entendemos que la noticia tiene que ver con eso. Una cosa es tener conocimiento de la existencia de los símbolos y otra aplicar su retirada", señala Ana Peña, de la Fundación Jesús Pereda. Porque eso es lo que buscan con su mapa interactivo, no solo que se conozca la existencia de los símbolos, sino ubicarlos para poder eliminarlos de los espacios públicos y privados. Habrá que esperar a noviembre para comprobar si el catálogo del Gobierno viene acompañado de su posterior retirada... O para saber si hace falta esperar otros 18 años.


Fuente → huffingtonpost.es

banner distribuidora