
SEGUNDA PARTE
Del exilio como fenómeno personal emocional de permanente incertidumbre, escribió, Rafael Alberti:
«Duras, las tierras ajenas,
Ellas agrandan los muertos. Ellas….

Para los españoles; niños y adultos que obtuvieron el exilio acordado y legal a México, el poema no aplicó, sin embargo para los exiliados a Francia se hizo realidad “agrandando los muertos «.
No fue así, afortunadamente, para esos 456 niños llamados “Niños de Morelia”, que arribaron un día de junio, el 7 de ese mes en 1937, y descendieron en ordenada fila del vapor Mexique; fueron recibidos por muchos funcionarios encabezados por Amalia Solorzano de Cárdenas, muy pocos habían sido enviados por sus padres pues eran en su gran mayoría huérfanos, muchos fueron encomendados a México por sus familiares.
Desde el inicio, la guerra civil fue cruenta. Las listas de bajas fueron de dimensiones trágicas por ambos bandos. Y como siempre, los niños propiciatorios de todo conflicto, pagaron un duro tributo de soledad y muerte de inicio a fin, y perduro por años posterior a este, exhibiendo esa miseria perenne.
Lo que enalteció a México desde el inicio fue que la iniciativa de traer a esos niños no fue del gobierno mexicano, como siempre lo señaló el presidente Lázaro Cárdenas afirmando «a orgullo lo tendría si hubiese partido del Ejecutivo esta noble idea» . Provino de un grupo de damas mexicanas que entienden como debe hacerse patria, y que consideraron que el esfuerzo que debería hacer México para aliviar la situación de millares de huérfanos no debía detenerse ante las dificultades que se presentasen».
Así el Gobierno Federal interpretó la trascendencia humanitaria, la apoyó, y alojó a esos 456 niños en escuelas de internados para convivir también con huérfanos mexicanos, en instituciones educativas de Morelia.
No fue este el único acto de México de esta naturaleza, hubo otros múltiples, más si fue el más espectacular y emotivo sí, ¡esto último muy emotivo! si en mi opinión por haber correspondido a niños y sobretodo, lo vulnerable de su situación por doble partida: emigrados y huérfanos.

Afortunadamente para ellos resultó ser una experiencia donde destacó la empatía y bondad mostrada hacia ellos por los habitantes del país que los recibió y que tanto requerían y merecían dado el sufrimiento de separación física de sus padres recién fallecidos, mas la separación perenne de ese cariño , que solamente un niño que lo vive en carne propia lo puede describir, nadie más.
La difícil situación que continuó atravesando España, incrementando mes con mes, movieron al ministro de México en Portugal, Daniel Cosío Villegas a sugerir al presidente Cárdenas, por intermedio del director del Banco de México, Luis Montes de Oca, que él gobierno de México abriera sus puertas a un grupo de intelectuales españoles de alta reputación, para que pudieran proseguir su labor en nuestro país.
Para ese año, la vida académica en España se vio severamente afectada debido a la prolongación del estado de guerra dañando edificios de algunas universidades y bibliotecas.
Basado en estos hechos, la idea fue bien recibida por el Presidente y apoyada por algunos destacados intelectuales mexicanos, entre ellos: Alfonso Reyes, Jesús Silva Herzog y cuatro más que habían viajado a España recientemente y valorado de cerca y de primera mano la grave situación, agregado a ello que estaban comprometidos con las causas y el ideal de la República. De ahí derivó lo que Juan Miranda llamó una «política de atracción» quedando como un ejemplo original de cooperación y ayuda.

«Prevalecía ya entre los intelectuales españoles de mayor edad», comenta Patricia W. Fagen, el deslindarse de ese compromiso que fue en un principio de apoyo de manera irrestricta al ideal republicano, sin embargo alcanzó la desilusión por las tendencias de este hacía ejercer el extremismo político durante la guerra y por ende desearon apartarse de la política de tiempo de guerra. Debemos aquí recordar que efectivamente durante la guerra se cumplió el adagio del lado republicano que reza: “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Al incorporarse agentes extranjeros, supuestamente para apoyar la ideología del socialismo democrático español, esos agentes de Rusia enviados por Stalin, que en realidad venían a la caza de Trotskistas y lo cumplieron, en un acto abominable una noche azuzaron a supuestos, ilusos estalinistas españoles y a algunos anarquistas a cumplir esa letal tarea, al igual promovieron la violencia incitando a la venganza y lo lograron también, al ejecutar a españoles del bando opuesto ejerciendo prácticas de imitación, o sea las ejecuciones sumarías y sin juicios previos las idénticas aplicadas por Franco a los republicanos militares y civiles, así las huestes de los agentes rusos las llevaban a cabo, lo cual encendió más aún el odio ya arraigado entre ambos bandos.
Lo peor de esto es que era entre hermanos españoles, de ahí su denominación de guerra civil, en ese contexto los intelectuales tenían razón, en muy personal opinión, el hombre verdaderamente pensante y racional debe ser congruente con sus ideales de defender los derechos de todo ser humano y otorgarle a ese individuo el poder ser receptor de una justicia viable sin importar la circunstancia.
Sabemos, el ser humano posee la capacidad innata de no requerir de religión u ideas partidarias de incondicionalidad a ninguna causa, con el solo uso de su conciencia (su tribunal interno) logrará siempre distinguir entre lo justo y lo injusto, es decir esto no depende de niveles o grados académicos, incluso las religiones predican y garantizan que se da de manera innata o por el Dios correspondiente: «el uso de la razón desde los 7 años» y de manera universal aflorando en todo ser humano.

Por ende la justificación «yo solamente cumplía con órdenes» de los criminales nazis del holocausto en los juicios de Nuremberg, no es y nunca será válido, como tampoco será válida la bendición del Arzobispo Español a las bombas que arrojó la aviación alemana sobre la población civil de Guernica, cuando él Arzobispo tuvo como argumento de justificación que «iban destinadas a niños que eran los futuros comunistas».
Y del lado de los republicanos se realizó el asesinato indiscriminado por medio del azuzamiento de los grupos extremistas de «izquierda» de los agentes estalinistas rusos, esto tampoco será jamás válido, un ejemplo fue el asesinato de sacerdotes y la quema de iglesias, bajo, la justificación de que son los sacerdotes representantes de la extrema derecha y siempre partidarios de dictadores, y las iglesias sus símbolos.
¿Acaso no fue Stalin un criminal de guerra y represor equivalente a Franco?, no ha cabido nunca la menor duda ; los extremos siempre convergen y las víctimas en estos descritos deplorables actos fue la inocente población civil.
¿A cuáles de estos hechos se referían al distanciarse los intelectuales de la política de guerra republicana? no lo sé, de hecho desde los primeros combates al inicio de la guerra el gran Miguel de Unamuno se distanció, no del ideal de la república, lo cual demostró en su alocución: «venceréis pero no convenceréis» hecho de gran valor en defensa de la República y de su ideal, ya que enseguida fue destituido del cargo de Rector de la Universidad de Salamanca por órdenes de Franco, como de su cátedra. Unamuno decepcionado se retiró del ámbito académico y murió poco tiempo después. En el caso de los intelectuales a los que hacemos alusión, se propuso por el gobierno mexicano traer a está elite cultural española y otorgarles los medios e ingresos que les permitieran seguir trabajando en artes, humanidades, ciencias y otros campos.
Con los primeros que llegaron en 1938 se fundó la Casa de España como centro de investigación que acogiera a los transterrados, al tiempo que impartían cátedra en diversas instituciones del país. Los fondos económicos provenían de la Secretaría de Educación Pública, El Fondo de Cultura Económica, El Banco Nacional de México y la UNAM, fue tal su éxito ; académico, e investigación el que se cimentó en breve tiempo que resultó ser un ejemplo y referente de institución exitosa.

En gran parte por esta razón, a finales de 1940 cambio su nombre a Colegio de México nombre que hasta el día de hoy detenta; su trayectoria e impacto en la educación superior, la investigación en humanidades y las carreras y postgrados que hoy imparte, han enriquecido a la educación de México de manera inconmensurable. Desde 1940 posee su propia organización y administración sin haber perdido sus ideales desde su fundación en 1938. Hablar del Colegio de México de manera que se le haga justicia, requiere de escribir un libro, al lector interesado en ahondar en su visión y misión lo refiero a la página de esa noble institución.
Hoy me doy cuenta de la ingenua e imposible tarea que me impuse, convencido de poder elaborar una semblanza completa del tema del exilio español. ¡Imposible! Lo que si haré, para cerrar, es plasmar las objetivas vivencias relatos y escritos, dedicados al exilio » por aquellos españoles» que para mi fueron las experiencias de ; convivencias con ellos del gran escritor mexicano Ricardo Garibay; que destaco, inició siendo un radical escéptico del valor intrínseco y extrínseco referente a las personas que representaban los valores del exilio de la República española. Garibay estaba influenciado por la Reacción (la derecha) de México, y terminó expresándose así: «mi devoción por esa hermosa gente».
Inició su capítulo de colaboración en la vasta compilación del tema que fue: El Exilio Español En México /1939-1982 con la siguientes palabras: «Y un momento qué puedo contar de tantos de ellos que conocí ¿Qué les debí, les debo realmente? Por qué he sentido que me importaban tanto? ¿Me importan ahora?
Para darle sustento y confiabilidad a su relato, me he permitido citar
textualmente sus palabras:
«La clase media católica no los quería, como tampoco quería a Cárdenas, que los trajo: y mi adolescencia pasó atiborrada de diatribas diarias contra los refugiados que habían traicionado la eternidad de España. Todavía en 1940 y 1941 existía la Escuadra Tradicionalista; velábamos por la hispanidad desde la extrema derecha, entonábamos el Cara al Sol con la camisa nueva y hablábamos de «la espada limpia del caudillo español Francisco Franco. Obviamente abominábamos de los maestros españoles. Llegamos a jurisprudencia y a Mascarones en 42. Allí los encontramos.

«Ese año en esas escuelas comencé a sentir una profunda simpatía y a inventarme un montón de leyendas sobre esa gente. Profunda simpatía que siempre sentía natural sin reflexión de por medio de por qué me ocurrió, es qué andaba saliendo como nunca pensé apenas de los odios de mi balbuceante primera ideología, ¿no eran ellos mis enemigos?
Dice Ricardo Garibay cómo empezar a escribir sobre ellos, «si los amo por qué no vienen?
Entonces me apareció la imagen en mi mente de León Felipe el poeta venía hacía nosotros,» España volandera bajo el gabán raído. Negro y enorme el monumento a la Revolución a sus espaldas, Se oía el bordón del poeta. Se acercaba con pesados pasos el carnero sagrado de la Biblia. Eso recordó, sucedió cuando acudió con sus compañeros a la feria del libro, era León Felipe para todos ellos la imagen completa de un ser de otros tiempos, dotado de clarividencia. En verdad él no iba hacía ellos eran ellos quienes estaban en su camino, le dieron el paso y lo miraron de tal manera que les dijo. Hola muchachos que hacéis. Aquí estamos, maestro. Vinimos a la feria. Garibay había comprado un ejemplar de Ganarás la Luz, se lo colocó contra el pecho, de cara al poeta, para que lo viera. «Ah dijo León Felipe, Bien. Bien y le sonrió. Vaya, vaya, Bien que tengáis un buen diálogo y siguió su camino.
Era además, comenta Garibay, la época en que la poesía mexicana se pobló’ de sueño, sombra, cascadas de silencioso polvo o plumas negras, caminos a tientas, lunares, paramos, nieblas, puertas oscuras y erráticos ángeles.
En esos años León Felipe llenaba el Palacio de Bellas Artes y lo estremecía de arriba abajo diciendo su poesía.

De su experiencia como alumno de los maestros españoles en la Facultad de Leyes, relata Garibay: “pasan uno a uno. Veo a cada persona, con mejores ojos que los de mi cara, oigo nítidamente sus lecciones. La voz de Recasens, la de Gaos, la de Millares Carlo, al lector le deseo ampliar lo destacado y eminente que era a nivel internacional y en México Luis Recasens Siches sin soslayar un sólo ápice su equivalencia en Gaos o Millares Carlo, de quienes puedo escribir en otra entrega si me lo permiten.
Luis Recasens 1903-1977 Abogado, Jurista, y Filósofo del derecho, nació en Guatemala poseía también la ciudadanía española, estudió en las universidades Complutense de Madrid, Universidad de Barcelona, Universidad de Viena y Universidad Humboldt de Berlín.
Profesor y autor del tratado, Introducción Al Estudio Del Derecho. Libro de referencia en Facultades de Derecho de Hispanoamericanas, Estados Unidos de América y Europa.
Docente en universidades relevantes de los dos continentes y la UNAM 1942-1977.
Como se valoraba la figura de Lázaro Cárdenas?
¿Quién era Lázaro Cárdenas para los españoles del exilio en México?
Un buen día, el polémico y retador Ricardo Garibay lo comprobó al hablar mal del presidente en una reunión social en casa de un miembro del exilio, sugiriendo que había indicios de corrupción y beneficio personal del presidente al gestionar el exilio y apoyar su traslado a México al igual su irrestricto apoyo en todo rubro, ante esto se le pidió a Ricardo Garibay saliera de esa casa de manera inmediata, el relato lo hace Garibay con las siguientes palabras: «y fue que hablé mal de Cárdenas. Era una cena en casa de Jaijo, nieto del doctor Puche, que se había empeñado en llevarme con su abuelo. Nos apartamos y me contó de la emigración republicana. Carlos Velo me había dicho, delante de un refugiado español no toques la figura de Cárdenas. Quise ver si era cierto con el doctor Puche.
Uno – dije – el famoso tesoro del barco aquel que se dijo que Cárdenas y su gente se lo habían repartido con algunos jorocones de la inmigración y otras dos diatribas una cuestionando su capacidad de diálogo con los campesinos de México y el aprecio que le tenían y otra de ser Cárdenas un socialista esquirol; uno era la prédica y otra la paz en las fábricas.

La respuesta del doctor Puche no se hizo esperar:
«Aun de los españoles que dice-dijo Puche, había palidecido en un segundo, se lo aceptaría o lo pondría en tela de juicio. Pero del general Lázaro Cárdenas no se lo tolero, lo desmiento categóricamente.
Y se puso de pie y dijo aquello primero. Cuando acabó la fiesta me estrecho la mano: ¡que bueno que no se fue!
Carlos Velo le contó la amarga y trágica experiencia que vivió con miles de españoles que atravesaron los Pirineos donde desde el primer kilómetro Franco y los aviones de Mussolini y Hitler los cazaban, les pisaban los talones todo el accidentado trayecto en condiciones de necesidades infames hacia Francia, donde los militares franceses de la aduana les daban largas para procesar su ingreso a territorio francés a sabiendas de que Franco y secuaces podían aun matarlos, aun así terminaron siendo arrestados y humillados, no se diga vilipendiados por la policía y la población francesa en el camino a los campos de concentración donde fueron golpeados y hambreados.
Contó del destino que tuvieron decenas de ellos en el primer mes de detención; murieron por suicidio, hambre y enfermedades diarreicas por la ausencia de las más mínimas condiciones sanitarias, la pestilencia prevalente en los campos de donde los rescataron los diplomáticos mexicanos por instrucciones del presidente, Cárdenas. Carlos Velo la llamó, «la batalla de la mierda pues vivían hacinados en barracas los ahogaban los vientos de arena, al interior un calor infernal todo el día y por la noche un frío espeluznante ya que estaban prácticamente desnudos y de repente la pestilencia, el viento levantaba los residuos fecales y de orina provenientes de las letrinas a cielo abierto de los alrededores del campo y les devolvía el olor al interior de sus barracas, así respirar les generaba náuseas y vómito.

Un buen día, relata Carlos Velo, después de meses de internamiento, como a las seis de la tarde oímos voces, ahí estaban Fernando Gamboa y su mujer Susana hablando por el magnavoz y salimos poco a poco al centro del patio.
Fernando hablando ¿y sabes qué estaba diciendo? Estaba diciendo: Republicanos españoles, Lázaro Cárdenas presidente de México en nombre de su gobierno y de todos los mexicanos les anuncia: México está abierto para ustedes, es su casa, será su nueva patria. México abre los brazos para los hombres de la República Española… y hablaba de un barco que llegaría de un momento a otro, como llegó, y de libertad, de pan, de respeto, de futuro como cosa cierta, segura, ya en la mano.
Garibay describe cómo fue que Carlos Velo se lo contó, fue una ocasión donde charlamos, bebíamos vino y dijo:
“Tal vez, si no fuera por el vino no te lo habría contado. Como ves, es algo que me puede, que me trasija, me saca la gratitud hasta la piel, me lleva a llorar agradecido por la memoria de Cárdenas.
Ah, yo digo para mí que todo emigrante sufre de nostalgia, melancolía, tristeza y eterna esperanza. Cada uno lo vive de manera tan profundamente personal, que se me antoja afirmar como, cuando sufrimos de un dolor de cualquier naturaleza: dolor físico, de amor, por pérdida de un ser amado, o de la patria.
Por esto les quiero relatar como lo vivieron diversas, personas del exilio:
Matilde Mantecón, amistad de Garibay le contó que vivían en la avenida Veracruz, sembrada de jacarandas. Y año con año, llegado el tiempo de flores, su padre abría las ventanas y la llamaba.
Hija ven, asómate porque este es el último año que verás florecer las jacarandas.

Y tantos como él, año con año, el entrante estaremos en España. Para la inmensa mayoría, tardó 37 años, yo me pregunto ¿qué moría en ellos año con año, viviendo esa desesperación? ¿O acaso no perdían la esperanza? ¡No lo se! pero es mi ferviente deseo.
Para Pepe Alameda singular escritor, periodista, y comentarista irrepetible de la Fiesta Brava, para él si hubo nostalgia, pues reflexiona, sería insensato no suponerlo y respecto a melancolía, claro ni hablar, sin embargo para él y su medio cercano, desde su arribo a México , expresa, la han pasado aquí a sus anchas desde el primer instante. Aquí hemos podido hacer una vida que allá hubiera sido imposible.
En opinión del excelso escritor Ramón Xirau, piensa que el sufrimiento se daba más en las mujeres. Los hombres como quiera salían a la calle, al trabajo, al dime y te digo. Las mujeres solas en casa, tenían más tiempo para añorar, para entristecerse, pero eran gentes fuertes y los hijos, en cierta manera también lo fuimos, el mundo de España no había acabado de ser enteramente nuestro, estábamos haciéndonos en plena adolescencia, curiosamente para los que llegaron con pocos años de edad si se dieron desajustes y añoranzas.
Mi intención para esta segunda parte era dedicarlo a las inmensas, perenes y trascendentes contribuciones hechas hasta la fecha a México por parte de todos los los españoles de la República que arribaron a nuestro país, sus contribuciones cubren todos los rubros del quehacer humano y con distinción, sin duda nos reconquistaron con la inteligencia, producto de su educación y formaciones impactadas por su capacitación e influencia por los diversos países más avanzados de Europa; Alemania e Inglaterra, seguidas de Francia en las últimas tres décadas.
Sin embargo me abrumó el profundizar en el sufrimiento de estos seres del exilio, pues estoy convencido que los sentimientos y el amor constituyen el motor que nos mueve en y durante toda nuestra vida. Y es que concuerdo con el orden en que Bertrand Russel, el gran pensador, filósofo y eminente matemático conceptualizó su vida:
«Tres cosas sencillas pero abrumadoramente poderosas han gobernado mi vida; el anhelo permanente por el amor, la búsqueda del conocimiento, y la más absoluta compasión por el sufrimiento del género humano.
Bibliografía
El Exilio Español En México 1939 – 1982
Salvat
Fondo de Cultura Económica
México 1982.
1945, entre la euforia y la esperanza el México posrevolucionario y el exilio republicano español.
Biblioteca de la cátedra del exilio.
2014.
Universidad de Alcalá
Universidad Juan Carlos III, Madrid
UNAM
Universidad Nacional a Distancia
Fundación Pablo Iglesias
The Spanish Holocaust.
Aurhor Paul Preston
2012
W.W Norton and Company
Fuente → democratacoahuila.com
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