Los últimos asesinatos de la dictadura franquista
Los últimos asesinatos de la dictadura franquista
Miquel López Crespí

He pensado en aquellas tétricas semanas de 1975, la desesperanza por intentar salvar sus vidas. Las pintadas en la noche, las repartidas clandestinas de hojas, todo lo que quería expresar nuestra indignada protesta. Noches junto a la radio escuchando a las emisoras extranjeras que informaban de movilizaciones en todo el Estado y en el extranjero. En Lisboa, los manifestantes, indignados, asaltaban y quemaban la embajada franquista... Miles y miles de antifranquistas vivimos, sin dormir, en tensión, la noche más larga de los últimos años de la dictadura. Todo el mundo pendiente de un último gesto (que nunca llegó): la anulación de las penas de muerte por parte del viejo y decrépito general asesino. Radio París, la BBC de Londres, las emisoras de un Portugal ya libre, liberado del fascismo, informaban de manifestaciones populares en Madrid, en Euskadi (con una huelga general de más de doscientos mil trabajadores), en Cataluña (solo en la SEAT hay asambleas con más de diez mil obreros). (Miquel López Crespí)



Tres de los cinco antifascistas asesinados por la dictadura del general Franco: José Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo y Ramón Garcia Sanz. 
 

Lucila Aragó, una buena amiga valenciana, compañera en la lucha por la libertad y el socialismo, me envía, septiembre de 2000, un sentido manifiesto recordando las últimas ejecuciones de la dictadura; me dice que seguramente va a salir a la prensa. Junto con Lucila, firman el artículo otros militantes de aquellos años heroicos, la mayoría miembros del PCE(ml) y del FRAP: Víctor Baeta, Amparo Garrigós, Dolores Calatayud, Ángel Yébenes, Miguel Morata, Alejandro Mayordomo, José Luís Piquer... Dice el documento (bajo el título del día 27 de septiembre de 1975, en Burgos, Cerdanyola y Madrid, fueron fusilados cinco jóvenes: José Huberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo pertenecían al FRAP; diplomáticas. Pero el franquismo se apresuraba a terminar sus días como les había empezado: imponiendo su fuerza a sangre y fuego.

'Los juicios carecieron de toda garantía legal. Los tribunales estuvieron formados por militares con mucha prisa por dictar sentencia. La denominada ley antiterrorista, por la que se juzgó y ejecutó a estos cinco jóvenes de familias humildes y trabajadoras, formaba parte del propio arsenal de leyes represivas por el que el régimen de Franco condenó a miles de obreros, sindicalistas e intelectuales que en aquellos momentos luchaban contra la dictadura.

'Ni las solicitudes de conmutación de condena, ni las reacciones internacionales obtuvieron respuesta. Los cinco jóvenes antifranquistas cayeron abatidos por los rasgos de las guerrillas de fusilamiento. Las penas de muerte, que Franco y sus ministros habían firmado, se ejecutaron. Fueron las últimas condenas a muerte de una dictadura que, ya en fase terminal, se revolvía contra aquellos que no aceptaban su continuidad, contra quienes desde la oposición antifranquista luchaban entonces por la ruptura democrática y no por una transición pactada, que dejara impune al régimen y aquellos que lo sustentaban.

'Pocos días después, el 1 de octubre, desde el balcón del Palacio de Oriente Franco, acompañado de sus ministros, de sus generales y de su sucesor, por él mismo designado y entonces Príncipe Juan Carlos, y ahora actual rey, presidían una de sus concentraciones patrióticas, un intento de autoafirmación frente a las democrás; frente a los demócratas que repudiaban aquellos recientes asesinatos; frente a quienes aspiraban a conquistar auténticas libertades democráticas, individuales y colectivas, para todos. Sólo principios democráticos era lo que reivindicaban aquellos cinco jóvenes.

'El silencio, que después surgió, del pacto para legitimar la monarquía con una constitución, recorte y vigilada, a cambio de la legalización de los partidos, impidió a posteriori que se revisaran las condenas a muerte. Y todavía sigue pendiente ahora, en el tiempo que Pinochet -que entonces compartía con Franco poder e ideología- o los militares argentinos de "la Junta", están ya sentados en el banquillo de los acusados. Esa "España del borrón y cuenta nueva" sigue siendo la misma de ahora que impide la rehabilitación de luchadores demócratas como Julián Grimau, Puig Antich y tantos otros que, como los cinco jóvenes del 75, fueron los auténticos continuadores de la resistencia al franquismo.

'Han pasado veinticinco años. Hoy, aquellos compañeros, fusilados al romper el amanecer del 27 de septiembre de 1975, podrían estar con nosotros, charlando sobre aquellos tiempos y continuando trabajando por un mundo más justo y libre. Pero fueron condenados a muerte y fusilados. Ellos, como tanta gente, hombres y mujeres que sufrieron torturas, años de cárcel, exilios... buscando caminos de libertad, han sido, son, la sal de la tierra. Sin ellos, tal vez, el pragmatismo de "lo posible" habría sido un eterno muro de contención.

'José Humberto Baena, Ramón Garcia Sanz, José Luis Sánchez Bravo, Juan Paredes Manot, Ángel Otaegui... no vos oblidem. València, 14 de setembre del 2000."

Por unos momentos, leyendo el manifiesto de Lucila Aragón me vienen a la memoria muchedumbre de recuerdos, la presencia de los últimos antifascistas asesinados por la dictadura. He pensado en aquellas tétricas semanas de 1975, la desesperanza por intentar salvar sus vidas. Las pintadas en la noche, las repartidas clandestinas de hojas, todo lo que quería expresar nuestra indignada protesta. Noches junto a la radio escuchando a las emisoras extranjeras que informaban de movilizaciones en todo el Estado y en el extranjero. En Lisboa, los manifestantes, indignados, asaltaban y quemaban la embajada franquista... Miles y miles de antifranquistas vivimos, sin dormir, en tensión, la noche más larga de los últimos años de la dictadura. Todo el mundo pendiente de un último gesto (que nunca llegó): la anulación de las penas de muerte por parte del viejo y decrépito general asesino. Radio París, la BBC de Londres, las emisoras de un Portugal ya libre, liberado del fascismo, informaban de manifestaciones populares en Madrid, en Euskadi (con una huelga general de más de doscientos mil trabajadores), en Cataluña (solo en la SEAT hay asambleas con más de diez mil obreros).

El mismo día 27 hay enfrentamientos con la policía en las Ramblas de Barcelona, ​​Sabadell, Terrassa, Badalona, ​​Santa Coloma, Vic, Cerdanyola... Valencia, Vigo, Ourense... Las anécdotas de solidaridad son infinitas. Entre los cientos y cientos de acciones de protesta contra los crímenes del régimen de Franco cabe recordar (para captar la anchura de la indignación popular) que los jugadores de fútbol A. Aguirre y Sergio Manzanera salían a jugar un partido de primera división con ropa de luto. Fueron inmediatamente detenidos para policía. En Burgos, las fuerzas represivas tuvieron que cerrar la fábrica Firestone...

El PCE, como siempre, es desmarcado de las grandes manifestaciones de solidaridad con las condenas a la muerte por feixismo. Com explica a la perfecció un conegut assaig que analitza los anys de la dictadura, el llibre FRAP: 27 de septiembre de 1975 (Vanguardia Obrera, 1985) en el capítol "Intentos desesperados del PCE y del PSOE para boicotear las movilizaciones" (pàginas 195-198): "La dirección del PCE comprometida en la maniobra por las alturas con sectores de la oligarquía y de la derecha para efectuar la transición monárquica, y queriéndose desmarcar abiertamente de las organizaciones revolucionarias para no asustar a sus compinches, impartió la orden a sus afiliados de boicotear y oponerse a las movilizaciones contra los Consejos de Guerra, las penas de muerte y contra los fusilamientos, utilizando el argumento de que las acciones del FRAP eran 'terroristas' y hacían el juego a la derecha.

'El Comité Ejecutivo del PCE publicó una declaración en la que se decía textualmente que 'el PCE condena con todas sus fuerzas una vez más, estos métodos terroristas' y el señor Santiago Carrillo, por entonces secretario de esa organización y en nombre de todos los que por entonces la compartían (Gallego, Azcárate, Romero Marín, López Raimundo, Sánchez Montero, etc), hizo unas declaraciones al periódico italiano L'Europeo en la que dijo: 'yo no comprendo ni a los vascos ni a los guerrilleros del FRAP" y añadió sobre las acciones armadas [contra el feixisme] "¿A quién sirven?, ¿a quién sino al gobierno y a la policía? En algunos casos pienso si esto no será obra del gobierno, de la policía...'.

'Esta es la posición que mantuvo oficialmente Mundo Obrero que, por ejemplo, en un artículo de Carrillo en la segunda semana de septiembre, decía, refiriéndose al FRAP: 'Tenemos que condenar sin ninguna vacilación ese terrorismo'...

'Esta actitud tuvo sus repercusiones en diverso sentido. Ya se ha visto el boicot que organizaron los abogados del PCE a la hora de defender a militantes del FRAP en los Consejos de Guerra. También en las reuniones de fuerzas [polítiques] intentaron oponerse a las movilizaciones... en muchas ocasiones, la actividad de zapa de los revisionistas del PCE contribuyó a sembrar la confusión, a desorientar a sectores populares, a impedir que se movilizasen para salvar la vida a los luchadores antifascistas condenados a muerte. Pero en ese boicot, no sólo participaron los revisionistas del PCE... la llamada 'Junta Democràtica" que dirigía el PCE y la llamada 'Convergencía' o 'Plataforma' encabezada por el PSOE, hicieron una declaración conjunta el 18 de septiembre [de 1975]: en ella no había ni una sola palabra contra las penas de muerte".

Es lo mismo que ocurrió cuando el asesinato (un año antes) del revolucionario anarquista catalán Salvador Puig Antich. Tampoco el carrillismo quiso hacer nada a favor del joven antifascista. Y en Palma, recuerdo a la perfección los problemas que tuvo mi buena amiga Lieta López, la esposa del hombre que fue el alma de la resistencia cultural antifranquista en tiempo de la dictadura, Jaume Adrover. Lieta fue detenida y acusada falsamente de ser una "perillosa terrorista"... ¡por el simple hecho de haber en su casa unas cartas del escritor Alfonso Sastre! Lieta López no obtuvo en ningún momento la normal solidaridad que debería haber encontrado entre las fuerzas de la oposición, especialmente el PCE en las Islas. Miseries que todo el mundo ya conoce: ¡ganas de llegar al poder al precio que sea, a pesar de que fuera dejando solos, ante los muros de ejecución, los jóvenes más valientes de la generación de los años setenta! La indiferencia del carrillismo y la socialdemócracia frente a los últimos crímenes del fascismo no detuvo, sin embargo, las movilizaciones populares ni en el Estado español ni en el resto del mundo. De Londres a Pekín, de Marsella a Japón, de Lisboa a La Habana, de Chile a EEUU, de Berlín a Milán, por todas partes la gente salió a la calle en un intento desesperado de salvar la vida de los cinco revolucionarios que habían sido condenados a muerte en infamas consejos de guerra sin garantía legal alguna. París, Marsella, Toulouse, eran llamas encendidas, chispas solidarias en la larga noche del 27 de septiembre de 1975. En Suecia, Italia, Alemania, Bélgica, Suiza, los Países Bajos... en Canadá y en Venezuela hubo concentraciones masivas de manifestaciones (como la que ocurrió en Lisboa). Es evidente que si PCE y PSOE no hubieran sido firmes de manos y pies en el franquismo reciclado habrían podido (actuando conjuntamente con las demás fuerzas de izquierda) construir un amplio movimiento de resistencia antifascista. El esfuerzo unitario antirrepresivo habría servido para golpear fuerte a la dictadura en el camino en el camino de avanzar hacia la república y el socialismo. Pero no era esa la voluntad de los dirigentes del PCE y del PSOE. La dirección que habían escogido, desde mucho tiempo, no era el de la lucha consecuente contra el fascismo; todo lo contrario: su función era precisamente ayudar a la burguesía a detener la ola revolucionaria que durante la transición golpeaba el sistema y ponía en peligro la maniobra del capitalismo español: cambiar alguna para dejar lo esencial del régimen surgido de la victoria reaccionaria de 1939.


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