
Francisco González Tejera
Grupo de mujeres tamaraceiteras con la montaña de San Gregorio al fondo sin construcciones, en donde ahora solo hay cemento y hormigón con todo tipo de edificaciones y centros comerciales. Del libro de Esteban Gabriel Santana Cabrera, “Un paseo por Tamaraceite”
«Como hacen ahora en el barrio de Las Torres queriendo expropiar cientos de viviendas de familias humildes en aquellos años recurrieron a todo tipo de estratagemas para quedarse con el patrimonio de todos, recurriendo incluso a la muerte…»
La especulación urbanística no era nueva a principios de los años 30 y esa tremenda presión del poder económico de Las Palmas de Gran Canaria, la recibieron todos los grupos de gobierno del Ayuntamiento de San Lorenzo, que superaba en tamaño y riqueza agrícola al capitalino.
Querían ampliar la ciudad al coste que fuera en un principio por la Barriada de Guanarteme. Por eso la última Corporación del Frente Popular les dejó claro en varias ocasiones por escrito a los gerifaltes, en su mayoría miembros de Falange, que “San Lorenzo no se tocaba”.
Eso generó una enorme y desmesurada indignación entre aquellos millonarios de ideología fascista en plena democracia republicana.
Tras el golpe de estado todo fue como una caída de fichas de dominó, detuvieron al alcalde comunista, Juan Santana Vega y a todos los concejales y funcionarios de izquierda para fusilarlos, comenzaron los paseíllos de las Brigadas del amanecer, las torturas, las desapariciones y crímenes brutales de más de una veintena de hombres y en esos días tras la vergonzosa sedición asesinaron al niño Braulio en su cuna la triste Navidad de 1936. Luego anexionaron ilegalmente el histórico municipio en una reunión con la pistola del gobernador militar en la mesa.
En la actualidad Tamaraceite es un conglomerado de construcciones sin control, consiguieron su objetivo de arrasar por casi todos los elementos esenciales de la identidad de un pueblo, arruinando la economía de los negocios locales, creciendo desmesuradamente en población sin que los servicios públicos: salud, transportes, conexiones viales…, estén a la altura de la ciudadanía.
Acabaron con un sueño colectivo tan solo por dinero, regando de horror y muerte un territorio de esperanza y progreso.
Fuente → viajandoentrelatormenta.com
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