La represión contra las lesbianas durante el franquismo
La represión contra las lesbianas durante el franquismo 
Mar Sifre Rigol

Junta Provincial de Sevilla del Patronato de Protección a la Mujer. Foto: Junta de Andalucía

"Conductas irregulares especialmente por sus tendencias homosexuales". "La joven presenta graves trastornos de conducta con tendencias homosexuales". "Sostiene relaciones 'demasiado afectivas' con otras compañeras". "Considero necesario que la joven sea reconocida por un psiquiatra, por presentar síntomas de tipo homosexual". "Debido a la intensificación de estas tendencias, se aconseja el traslado a un centro psiquiátrico para su mejor estudio psicopatológico y tratamiento". "Opinamos que debe ser trasladada a un Centro Psiquiátrico para su estudio y rehabilitación". Todas las frases han sido extraídas de informes del Patronato de Protección a la Mujer de entre 1965 y 1973, aunque la institución también ejerció violencia contra las mujeres durante la transición y los primeros años de democracia. Consuelo García del Cid, ex interna de centros del Patronato, ha cedido la documentación a Orgull para poder realizar este reportaje.

"En el imaginario colectivo ha quedado grabada la idea de que las lesbianas eran invisibles durante el franquismo; la realidad es que sufrieron discriminación, castigos y torturas"

En el imaginario colectivo ha quedado grabada la idea de que las lesbianas eran invisibles durante el franquismo y que esto las salvó de la represión, a diferencia de los hombres gays o bisexuales y de las mujeres trans, que sí eran perseguidos por las leyes de 'vagos y maleantes' y de 'peligrosidad y rehabilitación social'. La realidad es que las mujeres lesbianas sufrieron también discriminación, castigos y torturas por parte del régimen franquista.

Los documentos que aporta Consuelo García del Cid muestran varios informes en los que la posible homosexualidad de las internas era motivo para que fueran enviadas a un psiquiátrico. Los archivos fueron proporcionados por un desconocido y entregados en mano a García del Cid en un descampado.

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Documento encontrado por Consuelo García del Cid. No se admite su reproducción sin el consentimiento expreso de la autora

¿Pero qué era el Patronato de Protección a la Mujer? Consuelo García del Cid lo define así: "Fue una Gestapo española contra las mujeres. Era una institución fascista desconocida que contaba con reformatorios, que eran auténticos centros de castigo y adoctrinamiento religioso, donde encerraban a cualquier chica que se saliera de la norma. De los 16 a los 25 años, a las mujeres nos tutelaba la Patrona, se encargaba de pasear por lo que llamaban 'zonas de conflicto'. Es decir, por el centro de las ciudades, los cines, los parques, los sitios para bailar o las piscinas, por ejemplo. Las guardianas de la moral habían aprobado unas oposiciones con dos requisitos: ser afines al régimen franquista y tener una moral impecable”.

 "La posible homosexualidad de las internas era motivo para que fueran enviadas a un psiquiátrico"

Ella entró como interna con 16 años, en 1975. Desde uno de los centros del Patronato vivió la muerte de Franco. Estuvo dos años. "Los reformatorios eran lugares de castigo. Se trataba de reconducir conductas, lo que querían era anularte la personalidad. Había un adoctrinamiento religioso extremo. Tenías talleres de trabajo diarios y te pasabas el día frotando, rezando o trabajando. Legalmente, lo presentaban como una escuela, pero dime en qué colegio de internado" trabajando. ¿Cómo se puede defender esto académicamente? Además, vivíamos encerradas allí”, explica Consuelo García del Cid.

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Consuelo García del Cid. Foto: Cedida

Cuando la liberaron, tal y como ella narra, hizo una promesa: “Aunque pasen 40 años, yo seré escritora y el país entero se enterará de lo que nos han hecho”. La cumplió con la publicación del libro Las desterradas hijas de Eva (Algon Editores) en 2012. Desde entonces ha continuado investigando y publicando en torno al Patronato de Protección a la Mujer. Una de sus denuncias es la represión que sufrían las lesbianas en los reformatorios franquistas, y que ha sido invisibilizada.

"A todas nos destrozó el Patronato", expresa Consuelo García del Cid, y continúa: "pero no te puedes imaginar lo que hicieron con las lesbianas. Eran torturadas de la manera más cruel. Es criminal lo que hicieron con ellas. Había un pabellón, llamado 'las patronatas', donde practicaban electrocho. las enviaban porque tenían 'conductos homosexuales'”.

Consuelo García del Cid: " Las lesbianas eran torturadas de la manera más cruel. Había un pabellón, llamado 'las patronatas', donde les practicaban electrochoques"

De hecho, tal y como puede leerse en los documentos que adjunta este reportaje, la posible homosexualidad de las internas era motivo suficiente para que fueran internadas o enviadas al psiquiátrico. "Considero necesario que la joven sea reconocida por un psiquiatra, por presentar síntomas de tipo homosexual" o "Debido a la intensificación de estas tendencias, se aconseja el traslado a un centro psiquiátrico para su mejor estudio psicopatológico y tratamiento" son sólo algunas de las frases que se pueden leer en los informes proporcionados por Consuelo García del C.

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Documento encontrado por Consuelo García del Cid. No se admite su reproducción sin el consentimiento expreso de la autora

Eva García de la Torre, exalcaldesa de la ciudad gallega de O Porriño, fue encerrada con 16 años en un reformatorio del Patronato después de que le encontraran una carta donde manifestaba que sentía algo por la mujer por la que trabajaba. Eva García de la Torre murió en el 2022 de un infarto, pero quien fue pareja durante veinte años, Silvia Fernández Quinteiro, ha investigado su caso. Ambas estudiaron en pie.

Fernández Quinteiro nos cuenta que Eva García de la Torre se crió en centros tutelados de Sevilla desde los cuatro meses hasta pasada la mayoría de edad. Eran lugares gestionados por monjas en las que las internas realizaban trabajos forzados. Desde la adolescencia las enviaban a trabajar como sirvientas.

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Eva García de la Torre. Foto: Cedida

Fue en este contexto cuando en 1978, Eva García de la Torre, que tenía 16 años, escribió una carta dirigida a una de las monjas con las que había crecido.

Tal y como narra Silvia Fernández Quinteiro, "se trataba de un proceso sumarísimo en el que las menores no tenían derecho a un abogado. A Eva le tomaron declaración el mismo día de la denuncia". La acusaron de homosexualidad por el contenido de la carta y por haber encontrado un aparato masturbatorio. “Cosas gravísimas, como puedes ver”, asegura con ironía Fernández Quinteiro.

Silvia Fernández Quinteiro: “Hay quien podría pensar que mejor que no cuente estas cosas, pero como dice Gisèle Pelicot: 'que la vergüenza cambie de bando'”

"Hay quien podría pensar que mejor que no cuente estas cosas, pero como dice Gisèle Pelicot: 'que la vergüenza cambie de bando'. Eva era una chica de 16 años que no hizo nada mal hecho", declara la que fue su pareja.

En los documentos encontrados por Silvia Fernández Quinteiro se puede leer la declaración que hizo Eva García de la Torre cuando fue juzgada. Manifestó que era cierto que se masturbaba y que había escrito una carta en la que decía que estaba hecha un lío y que no sabía si estaba enamorada de la señora, pero aseguraba que ella no era homosexual. También exponía que no le gustaba que la volvieran a internar.

Aunque Eva García de la Torre había estado en centros tutelados desde que era un bebé, en los últimos meses había podido gozar de cierta libertad. Es decir, no estaba interna todo el tiempo, salía por trabajar, siempre por medio de trabajos forzados.

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Documento encontrado por Consuelo García del Cid. No se admite su reproducción sin el consentimiento expreso de la autora

"Era una criatura de 16 años ante un tribunal sin defensa. El proceso ante el Tribunal Tutelar tenía muy pocas garantías. No había ni abogado ni procurador", explica Fernández Quinteiro. Y añade: "Es curioso que en la resolución se establece que Eva queda ingresada en un centro del Patronato, sin visitas y sin ningún plazo. Te metían hasta que te reformabas, pero las condenas deben tener un plazo, debes saber cuándo se acaba".

La poca libertad que había tenido Eva García de la Torre en los meses anteriores se esfumó, así como la posibilidad de emanciparse.

Hacía tres años que Franco estaba muerto, un año antes se habían celebrado las primeras elecciones democráticas después de la dictadura y en España se negociaba la Constitución.

Consuelo García del Cid: “El daño causado fue tal que las pocas supervivientes lesbianas no se atreven a hablar”

Sin embargo, Eva García de la Torre no fue enviada a ningún centro psiquiátrico. Las conclusiones de su pareja es que las monjas debían evitarlo: "De alguna manera, se sentían culpables, como si hubieran fallado. Lo habían educado desde pequeña y ahora era lesbiana". Evidentemente, permaneció interna, pero no tuvo que hacerlo en el peor de los regímenes.

Consuelo García del Cid asegura que ella misma halló diferencias en el tratamiento de las internas según el centro del Patronato y la congregación que le tuviera a cargo. Explica que existían los centros de preservación, que define como “el infierno”, y los centros de reeducación. "Hablo por mí, los de reeducación también eran una cárcel, pero nos reconocían los derechos", declara.

En uno de estos centros, el de Buen Pastor, en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona, ​​pasó la última etapa como interna. Narra que poco después de llegar, le dijeron “ allí está la tortillera ”, en referencia a una interna lesbiana. Le sorprendió que no se lo llevaran al psiquiátrico, como había visto que hacían en otros centros.

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Pavelló de dones de l’hospital psiquiàtric de Ciempozuelos

"Las lesbianas eran consideradas normales. Era natural y tolerado, tampoco las miraban mal", expone Consuelo García del Cid sobre el centro de Buen Pastor en Barcelona. En este caso, quienes se encargaba de la gestión eran las monjas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Sobre el ambiente que se respiraba, explica que le recuerda el de la cárcel de la película Tacones Lejanos de Pedro Almodóvar.

Un contexto completamente diferente de aquél se vivía en los centros de las monjas Adoratrices. “Eran el horror”, declara Consuelo García del Cid. aquí', y tenías que esconderte para darle un abrazo”.

En principio, Eva García de la Torre no vivió el horror de los peores centros, pero sufrió las consecuencias de ser lesbiana debiendo permanecer internada. Su baja fue firmada en 1985, siete años después, porque se casaba con un hombre. Ésta fue la escapatoria.

"La vigilancia era tal que las internas ni siquiera se podían abrazar"

Sin embargo, Silvia Fernández Quinteiro, la que fue su pareja, narra que Eva García de la Torre murió en el 2022 sin saber que la represión que ella había vivido por parte del Patronato de Protección a la Mujer era una estructura de origen franquista que no sólo le había castigado a ella.

Fernández Quinteiro expresa que “ni ella misma era capaz de identificar el sistema”, y continúa: “Yo le identifiqué leyendo un reportaje en El País de Esther López Barceló”. Cuando se topó con el texto, enseguida entendió que lo que se contaba era lo que había sufrido su pareja y que tantas veces habían hablado.

Fue a raíz de esto que se puso en contacto con víctimas de Patronato de Protección en la Mujer, como Consuelo García del Cid, y empezó a investigar sobre el tema y sobre el caso de Eva García de la Torre. "Encontrar la información de su vida me reconcilia con muchas cosas. Ella nunca puso nombre a todo esto", asegura Fernández Quinteiro.

Consuelo García del Cid: "El asesino de las lesbianas, quien las metió en psiquiátricos y quien les destrozó la vida, fue el Patronato"

Aunque Eva García de la Torre nunca pudo saber que lo vivido formaba parte de un sistema represivo contra las mujeres, tenía la intención de investigar en torno al tema, pero la muerte prematura no se lo permitió. Es por eso que Silvia Fernández Quinteiro declara: "Yo hago todo esto casi como un encargo. Lo hago como un acto de amor. Tú quisiste hacerlo, y no pudiste".

Más allá del caso de Eva García de la Torre, la realidad es que prácticamente no existen testigos públicos de mujeres lesbianas que sufrieron la represión del Patronato de Protección a la Mujer. No significa que no existan o que no estén vivas, pero no quieren hablar. Consuelo García del Cid proclama que “el daño causado fue tal que las pocas supervivientes lesbianas no se atreven a hablar”.

Consuelo García del Cid: "El franquismo y el Patronato hicieron un auténtico genocidio con las lesbianas"

García del Cid no tiene pelos en la lengua para decir que "el asesino de las lesbianas, quien las metió en psiquiátricos y quien les destrozó la vida fue el Patronato. Muchas murieron allí y ni siquiera están vivas para poder contarlo, y nadie ha hecho nada por ellas. Te puedo jurar que el franquismo lesbianas”.

El dolor tampoco es el único de los motivos por los que muchas víctimas no se atreven a hablar públicamente. Cuando Consuelo García del Cid, en 2012, hizo pública la represión del Patronato, recibió amenazas de muerte anónimas por teléfono durante meses. "Te coseremos la boca con cordón umbilical" es una de las frases que le dijeron en una de estas llamadas, que siempre estaban hechas por una voz de hombre. A pesar de la distancia en los años, desafiar al régimen franquista y el sistema religioso tiene consecuencias, y comportaba poner en peligro la integridad física.


Fuente → orgull.barcelona

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