Acedo Colunga, la “Memoria” de un fiscal sanguinario
Acedo Colunga, la “Memoria” de un fiscal sanguinario
Iñaki Urdanibia

Mucho se ha escrito sobre la guerra civil y acerca de la brutal represión que pusieron en marcha los sublevados, mas frente lo que algunos pretenden todavía existen asuntos pendientes de aclaración: ignorados u ocultados, con el fin de no abrir heridas que dirían algunos, sin tener en cuenta que algunas heridas no se han cerrado y que a pesar de los pesares la búsqueda de la verdad es una tarea irremplazable, más cuando algunos, siglas incluidas, pretenden silenciar cualquier voz que trate de estos asuntos, aun cuando esta sea alzada con rigor y ateniéndose a hechos indiscutibles. Es el caso del libro que traigo a esta página: «Castigar a los rojos» de Ángel Viñas, Francisco Espinosa y Guillermo Portilla, editado por Crítica y que cuenta como prologuista a Baltasar Garzón*.

Reza el subtítulo de la obra Acedo Colunga, el gran arquitecto de la represión franquista, dejando claro desde él, el eje sobre el que van a girar las tres partes de este necesario libro. El caballero nombrado ideó y puso en práctica las medidas tanto en lo que hace a la propaganda como a las penas que se habían de imponer en pie con el fin de depurar responsabilidades a quienes no comulgasen con los principios del renacimiento patrio; además de la amalgama al por mayor que metía en el mismo saco de rojos, judeo-masones, bolcheviques y demás miembros de la anti-España, como los republicanos, convertían a las víctimas en verdugos y viceversa, resultando así que los rebeldes y sublevados no eran ellos, quienes se levantaron contra la legalidad republicana, sino aquellos que trataban de que dicha legalidad fuese respetada; nada, los leales fueron ellos, y los rebeldes quienes había pretendido organizar una democracia constitucional en condiciones. La verdadera esencia patria, de la España inmortal y situada en el centro del mapa del mundo mundial por el mismo Sagrado Corazón (en vos confío) para cumplir su destino en lo universal residía en los tradicionalistas, los ultra-católicos y demás yerbas totalitarias, émulos, en su singularidad celtibérica, del fascismo que irrumpía con fuerza por el Viejo Continente…España eran de los que estaban dispuesto a caer por ella y por Dios.

Si las ideas de tal caballero imperaron desde el principio del alzamiento cruzado, sus huellas se dejaron sentir en los tiempos del franquismo, ya que al combate contra el enemigo…les llamaba el deber de manera permanente y perentoria; así, tales postulados fueron adecuados a los diferentes momentos de la dictadura nacional-católica, siempre manteniendo, no obstante, el espíritu de las ideas de Acedo Colunga. La Memoria del fiscal del ejército de ocupación se transcribe en las páginas 233 a 300, y no hace falta ni decirlo que realmente es un ejemplo de daltonismo ideológico-político, amén del paradigma de la paranoia cainita y schmittiana (de Carl Schmitt, jurista alemán que inspiró las leyes nazis) que convertía la política en la perenne lucha contra el insidioso enemigo. La Memoria mentada fue presentada el día 15 de enero de 1939, como manual de uso para inquisidores, que diga de los administradores de la victoria en los infames consejos de guerra que se celebraron en las plazas mayores de algunas ciudades, para ejemplo y escarmiento del personal. El material -publicado por primera vez -sirvió, como digo, para guía de jueces, por llamarlos así, además de para orientar la represión penal; estas no se andaban con chiquitas y eran presentadas, poco menos, como medidas de puro higienismo que mantuviese sano el cuerpo social que había sido envenenado por las ideas republicanas, comunistas, anarquistas, ante las que era preciso alzar la bandera de los verdaderos caballeros españoles que defendía los valores del caudillo, del imperio, de la unidad patria y, por supuesto, de la sacrosanta religión católica.

Si el otro decía que lo contrario de civil es militar, la Memoria de la que hablo, daba primacía a lo militar sobre lo civil…El estamento uniformado había sido relegado y de este modo se había esfumado la necesaria presencia del orden, en el que cada órgano ha de cumplir su función para que el organismo social funciones de la manera debida. Como sugería líneas arriba las penas eran brutales y así la eliminación física, además de la económica y moral, regían con respecto a quienes no hubiesen sido, o fuesen, afectos al Alzamiento Nacional. Para el fiel cumplimiento de tales fines todo un entramado organizativo fue puesto en marcha: servicios de información y tribunales especiales que reprimiesen la masonería y el comunismo, además de los campos de concentración y toda la red que se extendía por todo el tejido social desde abajo hasta la cúspide: alcaldes, beneméritos, falangistas, curas, chivatos, etc., etc., etc.

No le dolían prendas al caballero que respondía al nombre de Acedo Colunga a la hora de reclamarse de las bondades de la santa inquisición y su no menos santo tribunal. Por encima de todos el Caudillo, que era la mente privilegiada que siempre sabía lo que se debía de hacer. El ejemplo de Julián Besteiro sirve de modelo sobre cómo funcionaba la diabólica maquinaria puesta en pie por el lúcido arquitectos social y político: no se le juzgaba por lo que había hecho sino por ser lo que era…pues nada, condenado a muerte, al final se le conmutó la pena a cambio de treinta y dos años de prisión, modo de proceder igual al que en el III Reich se había llevado a cabo con los judíos, aniquilarlos no por haber hecho algo sino por ser /pertenecer a una creencia, convertida en abracadabra supuestamente científico, en raza.

Teniente coronel y más tarde general de división, Acedo Colunga, urdió un detallado plan(reitero que puede verse la letra de su Memoria) para reprimir a quienes no defendiesen el Glorioso Movimiento Nacional, que impuso el terror mientras llamaba terroristas a quienes habían defendido la Constitución republicana.

Acerca de la oportunidad del libro no es necesario detenerse ya que salta a la vista ya que además del deber de memoria histórica, los tiempos que corren indican que irrumpen con soberana fuerza las voces que, sin ambages, reivindican las maravillas del régimen franquista…

——————————————————————–

( * ) El prologuista y según el cristal…o la geografía

Vaya por delante que estas líneas no están motivadas por una animadversión personal de servidor con respecto al juez super-star Baltasar Garzón, sino que es una valoración bastante generalizada desde el lugar desde el que escribo, Euskadi, y me da la impresión que también desde otros lares. Tal vez aquí podría aplicarse aquello de que España es diferente, a otras nacionalidades periféricas que se dice: Euskadi…o Catalunya, y lo digo ya que si en el resto del Estado español el juez es respetado y tenido por un ser inequívocamente de izquierdas, en los lugares que nombro las cosas son un tanto diferentes.

En lo referente a Euskadi, que es desde donde escribo, hace unos años se montó una novela acerca del diario Egin, y su radio, medios que fueron clausurados por orden judicial suya. Más tarde el Tribual Supremo dictó que aquella decisión fue injusta.

No de índole menor fue la absurda idea que defendió acerca de que los niños nacidos en Baracaldo eran empadronados en Bilbao y en otras poblaciones, alterando los certificados de nacimiento lo que era una operación de limpieza étnica(sic), con el fin de inflar las zonas abertzales en detrimento de las zonas de votos mayoritariamente unionistas…se le olvidaba al caballero, o en caso contrario era fruto de la mala fe, que la maternidad de Bilbao/Vizcaya se hallaba en tal localidad vizcaína…al igual que sucede con el hipódromo de San Sebastián que está en Lasarte o el aeropuerto en Hondarribia…¡cosas!

De los torturados que pasaron por delante de sus narices denunciando el trato recibido en comisarías y cuartelillos…nada supo, impasibles el ademán; por lo visto los malos tratos, moratones, etc., no inspiraban su espíritu narrador.

Con respecto a Catalunya, del 29 de junio al 14 de julio, poco antes de los Juegos Olímpicos 1992 de Barcelona, las fuerzas de seguridad del estado, español por supuesto, realizaron una redada con la excusa de desarticular Terra Lliure, organización armada que hacía un años que había abandonado la lucha. La operación fue dirigida por Baltasar Garzón, con el resultado de 45 personas detenidas, de ellas diecisiete denunciaron torturas…denuncias que nunca fueron investigadas, por lo que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, condenó al Estado español por no haber investigado cuando había claros indicios de que las denuncias tenían base sobrada.

¡Baltasar y cierra España!

Si no lo digo, reviento y no es cosa de pringar la alfombra persa.


Fuente → kaosenlared.net

banner distribuidora