
50º aniversario de los últimos fusilamientos del franquismo: nunca olvidaremos el crimen
Han pasado cincuenta años desde aquel funesto 27 de septiembre de 1975. Una fecha que pasará a la Historia como muestra de la barbarie que representó para nuestro país la dictadura franquista. Ese día cinco jóvenes antifascistas fueron fusilados: tres de ellos pertenecían al FRAP y al PCE (m-l) y dos eran militantes de ETA.
Son muchos los españoles que ignoran ese acontecimiento y sus circunstancias, y otros han leído o escuchado versiones tergiversadas en las que se acusa a nuestros camaradas de terrorismo. Lo cierto es que esos fusilamientos, los últimos de la dictadura, se encuadran en un proceso de agudización de la lucha popular contra la dictadura de Franco y también de crisis del régimen.
La oposición al franquismo se incrementó notablemente en la década de los años sesenta, implicando a sectores de la sociedad cada vez más amplios: clase obrera, estudiantes universitarios, sectores de las llamadas clases medias, intelectuales, grupos de sacerdotes jóvenes y movimientos nacionalistas en Cataluña, Galicia y, con especial fuerza, en Euskadi. El régimen se encontraba cada más aislado y el atentado que costó la vida a Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno, en diciembre de 1973, abrió una profunda brecha en las filas franquistas entre quienes querían responder exclusivamente con el terror, como siempre habían hecho, y un sector que consideraba necesario además un cambio controlado, porque la estructura política e institucional del franquismo ya no servía a los intereses de la oligarquía y empeñarse en mantenerla abría la posibilidad de un proceso revolucionario.
Para que esa maniobra reformista prosperase era necesario que entre las fuerzas de la oposición hubiera un interlocutor válido que tuviese prestigio entre las masas antifranquistas, además de capacidad de movilización. Esa fuerza era el Partido Comunista de España, a cuya cabeza estaba Santiago Carrillo como secretario general. EL PCE, que había tenido un papel fundamental durante la Guerra Civil y en la posterior lucha guerrillera, había adoptado desde 1956 la política de reconciliación nacional como salida de la dictadura, lo que implicaba el diálogo y el acuerdo con las fuerzas sociales que habían desencadenado la guerra y aplastado la República.
En un contexto de fuerte movilización antifascista que posibilitaba una ruptura con el franquismo, las maniobras de Carrillo apuntaban a una desmovilización social y política que significaba renunciar, entre otras cosas, a la República. Para frustrar esa maniobra y aprovechar el empuje de la oposición popular, el FRAP decidió pasar a la lucha armada como medio de que el combate antifranquista diera un salto cualitativo.
Esas son las coordenadas históricas en las que se inscriben las acciones armadas del FRAP en 1975, que no tienen nada que ver con el terrorismo. En primer lugar, son acciones que acompañan a una intensa lucha de clases, que en algunos momentos y lugares concretos adquiere una dimensión potencialmente cercana a lo que podríamos denominar situación prerrevolucionaria. En segundo lugar, van dirigidas contra elementos concretos del aparato represivo y en ningún caso provocan daños en la población civil; y, por último, representan una forma legítima de defensa frente a un régimen caracterizado por una represión brutal, sistemática y permanente contra amplios sectores de la población.
Otra cuestión es que el FRAP y el PCE (m-l) no consiguieran imponer su línea política y, en consecuencia, no pudieran impedir la puesta en marcha de la mal llamada Transición democrática (1975-1978), consistente en un pacto entre las clases dominantes franquistas y una oposición oficial (PSOE y PCE) que renunció a la ruptura democrática con la dictadura, aceptó la monarquía impuesta por Franco y renunció a la República. El resultado fue que todo al aparato del estado franquista no sufrió ninguna depuración y pasó íntegramente al nuevo régimen. Policías, jueces, militares, todo el personal de la Administración franquista, se convirtieron, como por arte de magia, en funcionarios demócratas. Ahora bien, el aparato estatal no son sólo hombres y mujeres, sino formas de funcionamiento, hábitos, intereses creados y relaciones de poder. Y entre esos hábitos estaba la corrupción generalizada, basada en los negocios turbios, el enchufismo, la evasión de impuestos, el enriquecimiento rápido y la impunidad para los poderosos. Toda esa podredumbre se incorporó al régimen del 78.
Reivindicamos la memoria y la lucha de nuestros camaradas Humberto Baena Alonso, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo, que sacrificaron su vida combatiendo contra el fascismo, por el socialismo y por la República. Rendimos homenaje a unos héroes que llegaron en la defensa de sus ideales al máximo sacrificio, a la entrega de su vida. Nosotros tenemos la obligación y el compromiso de continuar su lucha.
Rendimos también homenaje a todas las víctimas de la dictadura franquista y de la Transición. Es una vergüenza y un verdadero escándalo moral y político que en España haya cientos de fosas comunes sin exhumar, en las que yacen miles de hombres y mujeres asesinados por defender la legalidad republicana. No ha habido para estas víctimas justicia ni reparación. Tampoco han tenido el reconocimiento de víctimas del terrorismo las personas asesinadas por los cuerpos policiales y los grupos fascistas entre 1975 y 1978. Ni olvido ni perdón para los crímenes del franquismo y para quienes los perpetraron. Aunque desgraciadamente no se ha podido juzgar a los autores del genocidio republicano, debemos exigir una condena moral y política tajante de todos los que participaron en la represión franquista y combatir de forma decidida los intentos de justificar y embellecer una dictadura que tuvo un carácter abiertamente fascista y terrorista.
Vivimos tiempos de incertidumbre política; tiempos difíciles en los que el fascismo ya no es una sombra que amenaza, sino una realidad. El Partido Popular y Vox muestran abiertamente su talante reaccionario y sus objetivos involucionistas en lo relativo a derechos civiles democráticos y sociales. Pero tampoco debemos olvidar los efectos devastadores que en amplios sectores sociales tienen las políticas impulsadas por la izquierda oficial, que no está dispuesta a enfrentarse con el gran capital, provocando desánimo y frustración.
El único camino es continuar el combate contra la monarquía, forjando la unidad popular, para conseguir la proclamación de la República Popular y Federativa. En este 50º aniversario el Partido Comunista de España (marxista-leninista), enarbolando las banderas roja y republicana, llama a la resistencia y a la lucha hasta la victoria final.
27 de septiembre, 50 años después
Secretariado del CC del Partido Comunista de España (marxista-leninista)
Al cumplirse medio siglo desde que el criminal e ilegítimo régimen fascista del dictador Franco y su camarilla de colaboradores necesarios —encabezada por el «emérito» Juan Carlos de Borbón—, culminase sus últimos asesinatos oficiales, se multiplican los «buitres callados» que han extendido sus alas, como cantaba Luis Eduardo Aute, en forma de análisis, estudios, artículos, novelas y opiniones sobre el 27 de septiembre de 1975, apuntalando una versión oficial de los hechos al servicio del entramado institucional, político y económico del Régimen del 78.
Cipriano Martos: siempre en nuestra memoria
La cuestión de la «memoria histórica» —o democrática, según interese—, sigue siendo una trinchera en España. Una confusa trinchera en la que chocan las contradicciones y las vergüenzas de quienes tratan de mantener oculta la implicación directa en los crímenes franquistas de personajes y organizaciones muy presentes en la vida política contemporánea, y quienes hacen lo propio con los encubrimientos, colaboraciones y oportunos silencios de la «izquierda» en nuestra «modélica transición».
La Ley de Amnistía de octubre de 1977, diseñada y aprobada en apenas 3 meses por unas Cortes Generales surgidas tras una tímida reforma del sistema político franquista, sigue siendo, 50 años después de la muerte del dictador, el principal cierre de seguridad del pacto de silencio entre la cúpula fascista y los partidos de la oposición que aceptaron la impunidad y la supervivencia del «espíritu del 18 de Julio». Por eso, cualquier mirada a los cimientos de nuestra «democracia ejemplar» provoca tensiones entre los herederos de quienes firmaron aquel pacto.
Para evitar esas miradas indiscretas, se ha impuesto otro pacto: el de acercarse a los acontecimientos relacionados con la dictadura de forma estrictamente histórica. No solo de los ya lejanos acontecimientos que culminaron con el levantamiento de gran parte de la cúpula militar contra el régimen constitucional de la II República Española —hechos que gran parte de la historiografía oficial presentan prácticamente como inevitables, e incluso justificados debido a la situación política de 1936—, sino también acontecimientos mucho más cercanos, como los últimos asesinatos de Estado.
El tratamiento que muchos mercenarios de la pluma y el teclado han realizado en este 50 aniversario del 27 de septiembre así lo demuestra, tratando de transmitir un mensaje simple pero efectivo: la dictadura fue un episodio trágico de nuestra historia en la que muchos inocentes sufrieron y murieron; algo que debemos reconocer y lamentar, pero que ya no puede cambiarse y que, además, ha sido felizmente superado. Algo así como quien se informa sobre los horrores de la inquisición medieval. Con esta visión se remacha de nuevo el punto final de la Ley de Amnistía y su mensaje: «todos cometieron crímenes, todos fueron al mismo tiempo víctimas y verdugos, y por tanto es imposible hacer justicia con unos sin hacer una injusticia con los otros. Lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva».
Esa falsa premisa sobre los crímenes «de los dos bandos» se reproduce también de la mano de ciertos políticos, investigadores y periodistas dedicados a escudriñar las sentencias de los tribunales franquistas tratando de rescatar el nombre de víctimas condenadas a pesar de la ausencia o la evidente falsedad de las pruebas en su contra —es decir, inocentes—, y el resto de víctimas… condenadas por hechos suficientemente probados como crímenes y delitos según el código penal fascista.
La realidad es que ninguna de las decenas de miles de sentencias dictadas por los tribunales de la dictadura entre julio de 1936 y —al menos—, diciembre de 1975 pueden considerarse válidas, al estar al servicio de un régimen ilegítimo, amparadas en un código penal creado específicamente para dar cobertura legal al del terrorismo de Estado fascista. Tratar de desligar de ese océano de injusticia a un puñado de víctimas «más inocentes» que el resto, es tanto un flaco favor a la justicia como una legitimación indirecta de la ilegalidad franquista. Teniendo esto en cuenta, cabe recordar igualmente que toda acción, pacífica o violenta, organizada o individual, emprendida contra un régimen de opresión, injusticia y terror organizado, es un derecho irrenunciable de cualquier persona, avalado incluso por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 cuando define como esencial «Que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión» (preámbulo). Desde cualquiera de las perspectivas, es evidente que no se puede hablar de culpables en aplicación de las leyes impuestas en España durante los oscuros 40 años de dictadura criminal fascista.
Sin embargo, estos razonamientos evidentes son difíciles de defender frente a la inmensa mayoría que comulga —más o menos conscientemente— con la versión oficial de la «modélica transición», de nuestra «democracia ejemplar», y de la «reconciliación nacional» que muchos siguen esgrimiendo contra quienes se niegan a olvidar la historia de los últimos 80 años de España, y recuerdan que existen víctimas y verdugos, con nombres y apellidos. Estas son las voces incómodas que ya durante la misma dictadura señalaban que otro camino era posible y deseable: el camino de la ruptura con el pacto de silencio que la reforma democrática anunciaba para la inminente democracia española.
Esas voces estuvieron organizadas desde el primer momento alrededor de unas siglas muy concretas: las del Partido Comunista de España (marxista-leninista), y las del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP). Por eso, esas organizaciones fueron —y siguen siendo— silenciadas, reprimidas y desprestigiadas con saña tanto por quienes cometieron los más abyectos crímenes, como por quienes colaboraron y los encubrieron —y encubren aún hoy— para proteger una paz social y una estabilidad institucional que en la práctica solo sirve para mantener los privilegios de una oligarquía que antes y ahora dice actuar en beneficio del pueblo al mismo tiempo que impone su yugo de miseria material, explotación laboral y manipulación ideológica sobre las más amplias masas populares.
La decisión tomada por el FRAP en 1973 de realizar acciones armadas contra las fuerzas represivas de la dictadura no fue improvisada ni tomada a la ligera, sino fruto de un profundo análisis de la situación del momento y de las previsiones sobre lo que la maniobra política de la inminente transición iba a producir. Era entonces evidente que el «pacto de caballeros» entre las cúpulas de la oposición democrática y de la jerarquía franquista para el traspaso de poderes tras la muerte de Franco se estaba cerrando sin intervención alguna de las clases populares, quienes, por otra parte, estaban redoblando esfuerzos en forma de huelgas, manifestaciones y demás, para tener voz y voto decisivos en ese futuro que se percibía cercano.
Las acciones armadas del FRAP sirvieron para recordar a las cúpulas dirigentes que nunca más se iba a permitir que el destino de nuestro pueblo fuera decidido sin su participación directa, y por eso el agónico régimen redobló esfuerzos para reprimir a esta como a otras organizaciones populares de lucha, en un vano intento de demostrar que aún era capaz de controlar la situación y castigar con toda crudeza a quien osara cuestionarlo.
A la vista está que aquella decisión táctica no tuvo todos los resultados que se esperaban, pues en la «democracia» española sobreviven una serie de anomalías y contradicciones que recuerdan el tenebroso origen de gran parte de sus «padres fundadores» y de sus más altas instituciones. Sin embargo, estamos convencidos, igual que lo estábamos entonces, de que sin el esfuerzo y el sacrificio de miles de hombres y mujeres como los militantes del FRAP y otras organizaciones, este régimen sería todavía mucho más reaccionario y antidemocrático. En ese sentido, se puede decir que se lograron los objetivos.
Nuestro partido y sus organizaciones de masas han organizado a miles de trabajadores a lo largo de sus 60 años de historia, siempre con la firme voluntad de ampliar y defender unos valores radicalmente democráticos, una justicia social sin concesiones y un futuro esperanzador para las clases populares y el proletariado mundial. Por ello, no vamos a cejar en nuestro empeño, ni vamos a caer en valoraciones moralistas sobre formas de lucha buenas o malas, por mucho que sobre nuestro nombre se viertan montañas de basura. Ni lo hicimos en las peores condiciones de la dictadura fascista, ni lo haremos bajo las apariencias democráticas del parlamentarismo burgués. Nuestro único homenaje es continuar la lucha.
Ni olvido para las víctimas ni perdón para los verdugos y sus cómplices
Por la Revolución, el Socialismo y el Comunismo
Viva la lucha de la clase obrera pceml.info
"Los fusilamientos contra el FRAP pueden verse como castigo a su fuerza en el franquismo»
El periodista Roger Mateos investiga el caso de Xosé Baena. Asegura no solo que pudo comprobar su inocencia sin la presencia «de una cuarta persona» sin identificar en el atentado que se le imputó. También recalca la potencia, «ninguneada» por los historiadores, del FRAP en los 70.
«Siento la necesidad de darle un brochazo más personal a una historia que me ha obsesionado de manera enfermiza», deja claro Roger Mateos en la introducción a ‘El verano de los inocente’s (Ed Anagrama, 2025). «Este proyecto interminable me ha abducido», añade.
El politólogo y periodista catalán lleva dos décadas estudiando el proceso del PCE marxista-leninista (m-l) y de su creación posterior, el FRAP, del cual tres de sus militantes fueron los últimos fusilados junto a Txiki y Otaegi tras consejos de guerra en la dictadura, hace ya medio siglo. Uno de ellos (el último, precisamente), el vigués Xosé Baena, asegura Mateos que no cometió el crimen que se le adjudica y que el perpetrador fue una cuarta persona que por un pacto de silencio nunca se descubrió.
En entrevista con NAIZ, también señala cómo «la historiografía tradicional de la Transición» se ocupó de soslayar el «papel importante del FRAP» en el fin del franquismo.
¿Es cierto que lleva 20 años investigando el PCE (m-l)?
Sí, empecé a interesarme por ellos cuando empezaba mi carrera profesional, me llamaban mucho la atención los temas de memoria y en especial el PCE (m-l). Era un partido que estaba hermanado con la Albania comunista, que era su gran patrocinador internacional, lo cual era una excentricidad porque era el régimen más aislacionista del este. Y mi interés fue creciendo porque entendí que su posterior invento, que fue el FRAP, tuvo un papel mucho mas relevante de lo que la historiografía oficial antifranquista admite y ha admitido tradicionalmente. El FRAP en la primer mitad de los 70 tuvo mucha visibilidad, mucha hiperactividad en la calle contra la dictadura y los libros de historia no acostumbran a hacerle suficiente caso. En concreto el año 75 es el mejor ejemplo de esto que estoy diciendo.
Sin ser yo marxista leninista, el tema me ha apasionado siempre. El caso de Albania es una pasión periodística para mi y ademas como está tan poco explorado y estudiado que sentía que pisaba nieve virgen todo el rato. Nadie se ha ocupado de estudiarlo en profundidad.
Comenta que todos los fusilamientos de 1975 fueron hechos horribles pero el caso de Baena fue particular. ¿Por qué?
Más que particular, me llamó la atención lo que me explicó la hermana de Baena, Flor, que contó las ultimas palabras que su hermano le dijo a su padre antes de ser fusilado. Su padre viajó de Vigo a Madrid la última madrugada antes de que lo fusilaran. Llegó a primerísima hora a la cárcel de Carabanchel antes de que se llevaran a su hijo a fusilarlo, acompañado del hijo mayor, Fernando. El padre de Baena ie pregunta a Xosé: «Para mi no hay nada peor que maten a mi propio hijo, pero sería mas doloroso si tú no mataste al policía porque eso significaría que además están matando a un inocente». Baena le contestó: «Lo siento papá, pero no puedo darte este consuelo, no lo maté yo».
Estas palabras me impactaron mucho, porque aunque esto no demuestra nada para mí como periodista, sí me espoleó a intentar confirmar la inocencia que Baena le había asegurado a su padre. Y este ha sido mi trabajo, volcarme en acumular pruebas y evidencias de la inocencia de Baena para demostrar que no fue quien dicen que fue, o sea el autor material del primer atentado mortal del FRAP.
Sobre el contexto histórico, hay muchos jóvenes que no conocen nada del FRAP. ¿Qué fue y qué significó en el franquismo?
El FRAP es una de las fuerzas antifranquistas más infravaloradas a nivel historiográfico. Si bien es verdad que después de los fusilamientos la organización estaba hecha trizas a nivel organizativo, quedó mermada por las detenciones en cadena y la desarticulación y pasó a ser una fuerza irrelevante durante la Transición, no fue así en la primera mitad de los 70, cuando llegó a ser una fuerza muy visible en la calle, hiperactiva. Atrajo a muchos jóvenes republicanos, a la oposición más combativa, y llegó a tener un volumen de militancia muy considerable sobre todo en Madrid, València y Catalunya. Quiero matizar: lejos del volumen de militantes del PCE de Santiago Carrillo, pero mucho más relevante de lo que la historiografía suele recoger. El pico de militancia fue en 1973, y aunque es difícil hablar de números, se contaban por miles, entre 3.000 y 4.000 es una estimación posible. Eran organizaciones en la órbita del PCE (m-l), que creó el FRAP como marca política republicana para aglutinar a mas sectores populares antifranquistas mas allá del propio partido.
Se dice con frecuencia que el FRAP era una banda terrorista, pero las siglas nacen en 1971 y no como rama militar, nace como un frente político, conglomerado de organizaciones sectoriales, como un sindicato, una organización de estudiantes, otra de artistas, otra de campesinos, y el PCE (m-l) su matriz política. Nace como frente para desarrollar actividades políticas, como manifestaciones relámpago contra la dictadura, ataques con bombas molotov contra intereses del régimen, pintadas, etc, pero sin la consigna de matar. Eso cambia en 1975 y entonces sí cambia la estrategia y se conforman grupos armados. Hacen tres atentados mortales, dos en Madrid y uno en Barcelona, entre julio y septiembre del 75.
¿Se podría decir que fueron clave en el parto democrático y por ello se explica el escarmiento con los fusilamientos en juicios-farsa?
Sí, fueron clave justo antes de ese parto. Los actos armados los llevó a cabo con muchísima precipitación, sin la infraestructura necesaria para aguantar un choque de trenes con la dictadura. La organización acabó siendo vapuleada por la represión de Franco. Esa represión redujo drásticamente la capacidad política del frente. Y sí, los fusilamientos pueden ser interpretados como un castigo al crecimiento del FRAP porque el régimen temía que si triunfaban en su desafío podía ser una fuerza realmente temible, porque era de alcance estatal y con aspiración no de independencia de un territorio sino que quería barrer a las elites españolas e instaurar una república española comunista.
Era un grupo que quería cambiar el sistema por completo y la dictadura quiso cortar de raíz esa amenaza para su existencia y se empleó con muchísima dureza contra el FRAP y contra ETA, que ya estaba golpeando al régimen muy fuerte. La dictadura hizo sonar el escarmiento más severo para intentar frenar la campaña de atentados que estaba desestabilizando.
¿Temían que el FRAP contagiara de radicalidad al PCE quizás?
Bueno, mas que nada es que el FRAP empezó a matar a policías y guardias civiles, era un nivel superior de lucha que a la dictadura le generó miedo. El FRAP se convirtió en una fuerza temible porque estaba matando y alarmó sobre todo a los estamentos policiales y militares. El gobierno de Arias Navarro tenía la sensación de que podía perder el control de la calle y eso enervó a los sectores mas ultras del régimen, que ya llevaban tiempo tachando a Arias Navarro de blando, de pusilánime. Quiso Arias demostrar ante estos sectores que no era un presidente débil y posiblemente por eso optó por acelerar los procesos judiciales y dictar las penas muerte.
Por lo que ha documentado, ¿cómo fue el rol de un Franco ya agonizante? ¿Se sabe si le preocupaba especialmente el FRAP?
En el verano del 74 Franco había sufrido una enfermedad por la que había tenido que ser hospitalizado y por primera vez había tenido que ceder las riendas del poder al príncipe Juan Carlos. Eso llevó a la sociedad española a pensar que a Franco le quedaban cuatro días. Finalmente superó aquella crisis de salud pero quedó mermado físicamente y su salud se aguantaba con pinzas. Cuando llega el verano del 75, Franco está viviendo sus últimos meses, se está apagando y tiene a un gobierno que se sentía débil ante la presión de la calle. Dictan las penas de muerte y la reacción internacional es fulminante, las condenas internacionales a esos juicios esperpénticos que condenaron a muerte a varios militantes del FRAP y ETA. Esa condena internacional hizo mella, sobre todo la del papa Pablo VI, que el domingo previo a los fusilamientos pidió clemencia. Esa presión del Vaticano a un régimen nacional-católico debió ser difícil de soportar. Aun así, decidió seguir adelante con tres de las condenas a muerte del FRAP mas las dos de ETA y conmutaron al resto.
¿Cree que ha sido ninguneado el FRAP entre los historiadores después de la Transición?
Sí, creo que se debe al estigma del terrorismo. A una parte del antifranquismo le incomoda reivindicar la lucha del FRAP porque implicó muertes. Y solo se circunscribieron a esos meses del verano pero esa actividad armada para una parte del antifranquismo desautoriza al FRAP. Incluso Carrillo en ese verano se manifestó públicamente en contra del “terrorismo individual” del FRAP, e incluso insinuó que detrás de la estrategia terrorista podía haber alguien de las cloacas del estado franquista dirigiéndola, porque esos atentados interpretaba que favorecían a los sectores mas ultras y torpedeaban los intentos de la oposición moderada. Pero mi tesis es que en la cúpula del PCE (m-l) y del FRAP no había infiltrados, lo que sí hubo una toma de decisiones errónea que acabó en catástrofe porque la organización no estaba preparada para aguantar un pulso con la dictadura.
El libro menciona la lectura sesgada de la realidad que tenia la cupula del FRAP, incluso le pronosticaba un pronto cese a ETA, que acabó existiendo muchos años más.
El FRAP intentó colaborar con ETA, porque interpretaban que era una organización que estaba luchando de tú a tú contra la dictadura y le tenían cierto respeto, por jugarse la piel en el campo de batalla. Pero desaprobaban su estrategia terrorista, consideraban que llevaba a cabo atentados indiscriminados y el FRAP no era partidario de colocaciones de bombas. Aun así, intentó colaborar y buscó puentes, se llegaron a celebrar reuniones discretas en el exilio. La propia cúpula de ETA desconfiaba del FRAP por ser una fuerza española.
Sobre ese desenfoque, esa lectura errónea de que ETA iba a durar poco, se debe a que sus análisis eran muy endogámicos, herméticos, muy poco autocríticos, y entraron en una espiral de autocomplacencia que les llevó a creer sus propios mensajes de que estaban verdaderamente liderando al pueblo español hacia la victoria. Tomaron decisiones en las que sobredimensioan sus fuerzas. Asi como digo que la historiografia los infravalora, también digo que la dirección del FRAP sobredimensionó sus propias fuerzas.
Yendo al caso de Baena. Tras su investigación, usted asegura que hubo una cuarta persona en el atentado por el que lo condenan...
Sí. Es una conclusión a la que he llegado a partir de mi investigación: Baena no fue el autor del atentado por el cual fue fusilado y hubo un cuarto individuo en aquel comando. Y ese cuarto individuo fue el autor material y consiguió escapar a Francia. Ha sido una tarea muy ardua porque los implicados en aquellos acontecimientos son todavía muy reticentes a dar detalles, no es fácil.
¿Ha sido difícil que le cuenten las cosas los que vivieron ese proceso?
Para mí como periodista hablar de estos temas de memoria, de hace ni mas ni menos que 50 años, es algo normal, está todo prescrito y amnistiado además, no entraña excesivos problemas, pero también entiendo que quienes fueron acusados de participar en esos hechos sigan siendo reticentes porque son temas delicados, porque sufrieron muchísimo, sufrieron torturas salvajes en comisarías, detenciones y prisión, condenas a muerte en juicios-farsa, y sufrieron traumas que son difíciles de imaginar. Son reticentes y no puedo hacer otra cosa que respetarlos, aunque considero que tiene todo el sentido reconstruir estos hechos que son muy importantes; fueron los primeros ataques del FRAP, que luego vinieron unos terribles consejos de guerra, con fusilamientos atroces en un año que fue clave para la historia de España.
Otro elemento cotidiano de la dictadura era la tortura y usted deja entrever en el libro que un camarada de Baena lo señaló bajo tormentos policiales.
Sí, lo que hay en el sumario es una declaración policial del primer detenido por el atentado en la calle Alenza, Mayoral, en la cual se señala a Baena. Él dice ‘Daniel’, que era su nombre de guerra en Madrid. Esa declaración policial lo señala como autor pero la tenemos que poner en duda completamente porque lo firmó después de tres días de torturas bárbaras. No sabemos por qué se señala a Baena y después de firmarlo incluso, aunque que Mayoral hubiera señalado lo considero justificable porque en ese momento Baena estaba libre, no había sido detenido, con lo cual quizás tenia esa intención de señalar a quien no podía sufrir consecuencias. Baena, de hecho, también firma declaración autoinculpatoria como autor material, sufrió un infierno de torturas y pudo sacar un escrito de manera clandestina de la cárcel en la DGS de Puerta del Sol en que las denunciaba.
¿Qué pasó con los integrantes del FRAP después de 1975?
El FRAP estaba noqueado y muchos de ellos en el exilio. Entendieron que no podían continuar con la lucha armada. Aun así, crearon grupos armados pero no para matar sino para cometer atracos, para financiar a la organización, que iba destinado a las arcas del partido. En 1978 uno de esos grupos de atraco fue detenido y ahí toda la estructura quedó desmantelada. Hubo encarcelamientos y torturas. En paralelo el PCE (m-l) ya empezaba a prepararse para su legalización y eso finalmente sucedió y se convirtió en una fuerza que operaba legalmente.
Texto publicado por: naiz.eus
Recordando a Raúl Marco: pceml.info
DECLARACION CONJUNTA del PCR de Chile y del del Partido Comunista de España (M-L).
Mayo 1977. Representantes del Partido Comunista de España (M-L) y del Partido Comunista Revolucionario de Chile se han reunido recientemente para examinar la situación política internacional e intercambiar experiencias acerca de la lucha de clases en sus respectivos países. El encuentro se caracterizó por un profundo sentido de fraternidad y de identidad de puntos de vista entre ambos partidos.
Intercambiando opiniones sobre lo ocurrido en los últimos años en España y en Chile, naciones con regímenes dictatoriales con muchos rasgos comunes, se arribó a la conclusión de que en este último país -después del imperialismo norteamericano y de las fuerzas internas más reaccionarias- los principales responsables de la instauración de la actual dictadura militar, son los dirigentes revisionistas chilenos y sus inspiradores: los cabecillas del social-imperialismo ruso.
Son ellos quienes desarmaron ideológica y materialmente al pueblo de Chile, difundiendo la teoría falsa y anti-marxista de la existencia de una pretendida "vía pacífica" al socialismo; quienes sembraron, hasta el día mismo del golpe de estado, confianza en un supuesto espíritu "constitucionalista" y "progresista" de las Fuerzas Armadas reaccionarias chilenas; quienes se opusieron, sistemáticamente, a toda movilización popular destinada a aplastar a los golpistas y a permitir que el pueblo avanzara hacia una real conquista del poder.
Ambos partidos coinciden en que la experiencia chilena confirma una vez más la tesis marxista, que el proletariado y los pueblos encontrarán una encarnizada resistencia en su lucha por alcanzar la independencia nacional y por conquistar el poder y avanzar hacia un auténtico sistema socialista. De dicha experiencia se desprende que las tesis propagadas por los revisionistas soviéticos a partir del XX Congreso del PCUS y propagadas por sus acólitos en escala mundial, acerca de la posibilidad de conquistar el poder e implantar el socialismo por "vía pacífica", son absolutamente falsas y suicidas para los pueblos.
No existe, pues, otro camino para que el proletariado y los pueblos conquisten la independencia nacional y el poder, abriendo paso a la construcción socialista, que la lucha armada popular dirigida por el proletariado, destinada a derrotar la opresión imperialista o socialimperialista y a implantar la dictadura del proletariado, destruyendo el Estado burgués.
Ambos partidos han coincidido, finalmente, que la experiencia chilena demuestra, por lo que respecta a los falsos dirigentes comunistas ligados al socialimperialismo ruso, que su política oportunista y opuesta a la lucha revolucionaria, no constituye una simple desviación ideológica o una mera interpretación errónea del "marxismo", que dicen profesar.
Dicha política oportunista y reaccionaria, es consustancial a su proyecto de oponerse a la revolución para implantar un nuevo régimen de carácter social-fascista, desplazando a ciertos sectores de las clases dominantes tradicionales y en alianza con otros, pero en todo caso contra el pueblo. Dicho régimen de explotación que persiguen, no es otro que un capitalismo de Estado disfrazado de socialismo y al servicio de la burguesía burocrática social-imperialista rusa.
Para conseguir lo anterior están obligados a oponerse a cualquier precio a la lucha revolucionaria del pueblo por conquistar el poder y deben preservar las instituciones básicas del Estado burgués contra el pueblo, en especial las Fuerzas Armadas reaccionarias.
Sólo se proponen, por lo mismo, infiltrar dichas instituciones burguesas y tomarlas por dentro, ya sea a través de procedimientos pacíficos y electorales o a través de un golpe de mano -a espaldas de las masas promovido mediante el apoyo de un sector de las Fuerzas Armadas y del social-imperialismo ruso.
La estrategia del "compromiso histórico" con sus fuerzas políticas proyankis, preconizada en Europa por Carrillo, Berlinguer, Marchais y en Chile -antes y después del golpe de Estado- por los dirigentes revisionistas, no es más que un rodeo del social-imperialismo a realizar en aquellos países situados claramente en la esfera de influencia más sólida del imperialismo norteamericano, para infiltrar las instituciones del Estado burgués, sin oponerse frontalmente al imperialismo.
No obstante, como lo demuestran los ejemplos de Checoeslovaquia, Angola y Zaire, allí donde las condiciones les son más favorables no descartan el uso de la violencia, a condición de que ella no sea la violencia del pueblo bajo dirección revolucionaria. En España, tras la muerte del criminal Franco, las castas dominantes vendidas al imperialismo yanqui, han llevado y llevan a cabo una grotesca farsa democratizante para tratar de engañar y confundir a los pueblos de España y a la opinión pública internacional.
Pero la realidad es que nada esencial ha cambiado en España tras la muerte de Franco. El pelele Juan Carlos, es una marioneta cuyos hilos manejan las castas oligárquicas teledirigidas desde el pentágono. Esta marioneta coronada, educada, designada y entronizada por decisión del dictador Franco, no hace hoy mas que continuar la dictadura franquista, bajo otras formas, pero en esencia con métodos similares de represión y opresión fascistas contra el pueblo.
La clase obrera y las masas populares en España siguen sin los más elementales derechos democráticos. La libertad de reunión, expresión, de huelga, etc., no existen en realidad. Cuando la clase obrera y el pueblo se manifiestan, se expresan, hacen huelga, etc., tienen que enfrentarse a una feroz represión fascista, como lo demuestran los más de 60 antifascistas asesinados en los dos últimos años por la fuerzas represivas por ir a la huelga o manifestarse reclamando las libertades democráticas para el pueblo, por luchar por la república o por exigir la libertad de todos los presos políticos.
Hoy en España siguen en las cárceles los mejores y más decididos luchadores anti-fascistas, en las manifestaciones y movilizaciones del 14 de abril y del 1 de mayo, nuevos hijos del pueblo han sido detenidos, torturados y metidos en las cárceles.
Entre los revolucionarios que aún se encuentran en prisión están buen número de militantes del PCE (M-L) y del FRAP, detenidos hace ya dos años. La pretendida legalización de los partidos políticos en España no es más que una grotesca farsa. Sólo se les concede el derecho a actuar legalmente a aquellos partidos o fuerzas que apoyen y colaboren con la monarquía fascista y acepten sumisamente la dominación yanki en España. Un buen ejemplo de que ésto es así, lo constituye la vergonzosa actitud del partido carrillista, que para ser legalizado no dudó en declarar abiertamente su acatamiento a la monarquía fascista; en renunciar a utilizar la bandera republicana, pasando a adoptar y aceptar la bandera monarca-fascista; en aceptar la dominación yanki en España y apoyar su integración en el bloque agresivo imperialista de la OTAN.
Es más, para favorecer la consolidación de la monarquía y darle una estabilidad que hoy no tiene, Carrillo, frena y sabotea las luchas obreras y populares. Pero los pueblos de España, lejos de dejarse engañar por estas maniobras arrecian cada día mas su lucha por las libertades, por la República y por el socialismo. Ambos partidos, el PCE (M-L) y el PCR de Chile se apoyan resueltamente en la lucha en que están empeñados por impedir la preservación en sus países, tras una farsa de democracia burguesa manipulada por el imperialismo y los reaccionarios con la complicidad revisionista, de los instrumentos y prácticas de represión fascista.
El PCR de Chile apoya la justa política del PCE (M-L) de lucha sin cuartel contra la monarquía fascista, contra el imperialismo y por la instauración en España de una República Popular y Federativa, como primer paso del socialismo en España.
Apoya asímismo la firme política del PCE (M-L) de rechazo y denuncia de la farsa de elecciones que prepara la monarquía para tratar de dar una apariencia de legitimidad a un régimen fascista impuesto al pueblo por la fuerza. Apoya también su justa política de unidad popular en el FRAP y la amplia alternativa unitaria que representa la Convención Republicana de los Pueblos de España, donde tienen cabida todos los antifascistas y republicanos dispuestos a luchar contra la monarquía y por la República, única forma de gobierno que el pueblo ha decidido y defendido, primero en las urnas en 1931 y con las armas en la mano luego, de 1936 a 1939 y por la cual no ha dejado de luchar durante estos últimos 40 años de dictadura fascista.
El PCE (M-L) apoya la lucha del PCR de Chile por unir en torno al Frente del Pueblo antifascista a todos los sectores que están por el derrocamiento de la dictadura militar en Chile, paso importante en el avance hacia la conquista del poder por el pueblo y la implantación de una Democracia Popular, que abra paso al socialismo.
En función de lo anterior, apoya los esfuerzos del PCR de Chile por desenmascarar y combatir la política de los dirigentes revisionistas del falso PC al servicio del social-imperialismo RUSO, tendiente a sabotear todo movimiento de resistencia destinado a derrocar la Junta Fascista; su campaña publicitaria tendiente a ocultar las luchas populares antifascistas y poner de relieve casi exclusivamente las torturas y la represión, intentando así amedrentar al pueblo, presentar la resistencia como "imposible" y abrir paso a una traidora conciliación con los fascistas.
En el aspecto internacional, ambos partidos, concuerdan en que vivimos en la época de la crisis general del capitalismo y del imperialismo; en la época de las revoluciones proletarias y de la conquista de la libertad e independencia nacional por parte de los pueblos. En esta época se observa también la degeneración de diverso regímenes socialistas y de la restauración del capitalismo en ellos, a la que se opone una aguda lucha de los pueblos encabezados por el proletariado y por los marxista-leninistas de dichos países.
Concordamos en estimar que en los últimos años se han agudizado intensamente las contradicciones del mundo contemporáneo, en los marcos de una profunda y sostenida crisis económica que azota a todos los países capitalistas y pseudo-socialistas.
Se han agudizado las contradicciones interimperialistas, colocándose hoy en primer plano dentro de esta contradicción la que opone al imperialismo yanki y al social-imperialismo ruso, con sus respectivos bloques y aliados; las contradicciones entre los pueblos y naciones oprimidas de un lado y el imperialismo, en particular las dos superpotencias, del otro; las contradicciones internas en cada país, entre las masas populares dirigidas por el proletariado y las clases dominantes tradicionales o las neo-burguesías social-fascistas y burocráticas revisionistas; las contradicciones entre los países socialistas y el imperialismo y el social-imperialismo. La agudización de todas las contradicciones determina que aumenten los factores a favor de la revolución como aquellos a favor de la guerra.
Ambos partidos consideran que -en un sentido global- el enemigo principal de la emancipación nacional de los pueblos y países oprimidos y de la emancipación social de las clases explotadas, lo constituyen ambas super-potencias -la URSS y EE.UU-empenadas en dominar y explotar el mundo entero.
Su rivalidad por obtener la hegemonía en esa dominación y explotación mundiales, constituye el principal peligro de guerra en el presente. En las condiciones actuales, el deber de los partidos marxista-leninistas es unirse y apoyarse mutuamente, para promover y tomar la dirección de un amplio frente mundial integrado por todas aquellas fuerzas susceptibles de ser unidas y opuestas a la dominación y hegemonismo de las dos super-potencias.
De esos vínculos entre los marxista-leninistas, debe nacer tanto la coordinación y el apoyo mutuo para desarrollar y encabezar el frente mundial contra las dos superpotencias; como para desarrollar, fortalecer y dirigir la concreción de dicho frente en cada país.
Es deber de los marxista-leninistas, apoyar al auténtico partido marxistaleninista de cada país, desarrollar el movimiento nacional de independencia y por la revolución, dirigido por el proletariado y su partido, el único que garantiza una lucha consecuente contra el hegemonismo de ambas super-potencias, la real liberación nacional y el porvenir de clase -proletario y socialista- de dicho movimiento.
Las contradicciones de los sectores nacionalistas burgueses progresistas contra una o ambas super-potencias, deben ser aprovechadas y estimuladas, sin facilitar, sin embargo, que estos sectores tomen la dirección del proceso de lucha contra ellas, conduciéndolo a la conciliación o a la derrota.
En cada país es preciso apoyar la lucha que encabezan los marxista-leninistas contra ambas super-potencias y, en particular, contra la super-potencia dominante allí, así como contra los sectores dominantes de la clase a su servicio. Las contradicciones que dichos sectores dominantes de clase puedan tener con una super-potencia, por su servilismo frente a aquella que ejerce allí su dominación, no justifican la menor tolerancia frente a ellos por parte de los marxista-leninistas, dada su calidad de fuerzas al servicio de una super-potencia y de opresores y explotadores fundamentales del pueblo.
El centrar la lucha contra la super-potencia dominante en un país, no puede significar que se descuide la lucha en escala mundial contra el hegemonismo de la otra super- potencia, así como impedir su penetración en ese país. Menos aún es aceptable aliarse a ella o facilitar su penetración, so pretexto de combatir a la que ya está presente, pomo lo hacen los revisionistas que facilitan la penetración del socialimperialismo, tras el pretexto de combatir al imperialismo norteamericano. Ambos partidos hermanos reafirman que en la actual situación no es correcto apoyarse en una super-potencia bajo el pretexto de combatir a la otra, al igual que es incorrecto para el proletariado y los pueblos oprimidos, el pretender aliarse con su propia burguesía imperialista o con las fuerzas de clase al servicio de una super-potencia, con el pretexto de combatir contra una o ambas superpotencias.
El Partido Comunista de España (M-L) y el Partido Comunista Revolucionario de Chite, consideran que la unidad, la solidaridad y el apoyo mutuo entre los partidos marxista-leninistas, de acuerdo a los principios y al internacionalismo proletario, son de vital importancia para el porvenir de los pueblos del mundo. Lo son, especialmente en el momento presente de grave crisis del mundo capitalista y de confusión "entre las masas debido a la restauración del capitalismo en países en que el proletariado había derrotado a la burguesía.
Esto es de particular importancia cuando se está organizando una nueva corriente oportunista que dirige sus ataques contra el movimiento marxistaleninista internacional. Dicha corriente utiliza fraseología pseudo-marxistaleninista pero en realidad pretende falsificar y desvirtuar los principios marxistaleninistas. Estos oportunistas pretenden presentarse como los abanderados de la lucha contra el revisionismo moderno y el social-imperialismo, pero en realidad coinciden con él en todas las cuestiones ideológicas esenciales.
Por ello consideramos que la batalla contra esta nueva corriente oportunista no se puede entender separada de la lucha contra el revisionismo moderno, pues esta batalla forma parte y es una prolongación de la lucha imciada en los años sesenta contra el revisionismo moderno.
La nueva corriente oportunista trata de diluir y borrar el principio de que la lucha de clases es el motor de la historia, sustituyendo este principio marxista-leninista por "teorías" acerca del frente único mundial y en cada país, tendientes a borrar el necesario papel dirigente del proletariado y con ello la eficacia de dichos frentes, así como su porvenir socialista; falsean las contradicciones entre los pueblos y naciones oprimidas con sus opresores imperialistas y los reaccionarios de su propio país, no analizan el peligro de guerra y la forma de impedirla y enfrentarla si ella se desencadena, desde un punto de vista de clases; hablan de la lucha contra las dos super-potencias pero en realidad sólo ven como enemigo, en todas partes del mundo en forma unilateral, al social-imperialismo, negando en la práctica la necesidad de combatir también al imperialismo yanki y sus aliados, lo cual es erróneo en general y particularmente grave en los países que están bajo la dominación directa del imperialismo yanki; apoyan y aplauden el fortalecimiento de los ejércitos reaccionarios burgueses e imperialistas, presentándolos como presuntos aliados de la clase obrera y del pueblo en su lucha contra una u otra super-potencia.
Ambos partidos consideran que la salida a la grave situación mundial actual, ha sido acertadamente sintetizada por el camarada Mao Tse-tung -gran maestro del proletariado y de los pueblos del mundo, al cual rendimos un homenaje de profundo dolor por su muerte y de fidelidad a su obra y sus enseñanzas que vivirán siempre -cuando expresara: "o la revolución impide la guerra o la guerra provoca la revolución".
En ambos casos, es la revolución y sólo la revolución: el enfrentamiento de clases entre el proletariado y la burguesía, sea que éste se exprese como lucha de liberación nacional bajo dirección proletaria; como frente mundial contra las super-potencias dirigido por el proletariado; como lucha del pueblo dirigido por el proletariado por la conquista del poder; o como lucha contra el revisionismo en el poder o fuera de él, lo que abrirá a una sociedad sin clases, sin hegemonismos, sin explotación y sin guerras.
Esta tarea de hacer la revolución para impedir la guerra o, si es el caso, de transformar la guerra en revolución, compete en esencia a los marxista-leninistas a la cabeza del proletariado y de los pueblos. Son los únicos que pueden encabezar en forma consecuente esta tarea histórica.
De allí que el fortalecimiento de su unidad en torno a los principios y su colaboración y apoyo mutuos para desarrollar el movimiento marxista-leninista y combatir sus deformaciones, sean hoy más importantes que nunca en el pasado. Por ello, ambos partidos apoyan y valorizan todos los pasos destinados a través de una franca discusión de puntos de vista y del respeto mutuo, a estrechar los lazos entre los partidos marxista-leninistas, ya sea a través de encuentros bilaterales o multilaterales.
En consonancia con lo anterior ponemos de relieve la importancia de los mítines, reuniones y declaraciones bilaterales o conjuntas realizados por numerosos partidos marxista-leninistas, entre ellas, la firmada por numerosos partidos latinoamericanos. Ambos partidos destacan, además, muy especialmente, que el VII Congreso del Partido del Trabajo de Albania y en particular el informe presentado en él por el camarada Enver Hoxha, constituyen una importantísima contribución al fortalecimiento de la unidad de los marxista-leninistas y una valiosa y clarividente aportación para el esclarecimiento y la defensa de las cuestiones de principios del marxismo-leninismo, así como sobre los problemas más importantes de nuestra época.
Mayo 1977
Primera Edición: Mayo 1977 Edición Digital para : Archivo Revolucionario Comunista. Junio, 2005. Chile. Fuente: Documento mecanografiado elaborado por representantes del PCR de Chile y del Partido Comunista de España (M-L). Digitalizado y corregido por: D.E.P.
Información disponible en el sitio ARCHIVO CHILE, Web del Centro Estudios “Miguel Enríquez”, CEME: archivochile.com
Fuente: lemondediplomatique.cl
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