Franquismo, la asignatura pendiente del sistema educativo español
Franquismo, la asignatura pendiente del sistema educativo español
Helena López, Juan Fernández 

Los manuales de historia de la ESO dedican hoy más páginas a explicar la dictadura, pero los historiadores les afean su tono "simplista y acrítico", con poco énfasis en el relato de la represión y la lucha antifranquista
Los profesores se quejan de falta de tiempo para impartir esta materia a unos adolescentes habituados a consumir discursos revisionistas y ultras en las redes sociales

Una generación entera de españoles creció ciega y sorda ante la historia vivida inmediatamente antes de ellos en su país, como si no hubiera ocurrido. Pero este caso de desmemoria colectiva no tuvo lugar en tiempos remotos, sino hace apenas 40 años. La generación de la EGB, gran parte de ella nacida –o al menos educada- en democracia, completó su currículo escolar sin haber recibido información alguna en las aulas sobre la dictadura franquista que habían soportado sus padres.

Los manuales de historia de los años 80 apenas dedicaban una página o dos a tratar esa etapa y a menudo el curso terminaba antes de llegar a ellas. Esos escasos párrafos solían estar dedicados a destacar los cambios socioeconómicos que experimentó España desde la Guerra Civil, pero apenas aparecían referencias políticas de lo ocurrido en esas décadas ni análisis críticos de lo que había supuesto para los españoles vivir 36 años bajo un régimen autoritario. Tampoco se echaban de menos. España acababa de pasar una de las páginas más lamentables de su historia y había más interés en mirar hacia adelante que en explicarles a los menores lo que acababa de suceder en su país.

Cuatro décadas más tarde, el abordaje de la etapa del franquismo que hacen los libros de texto es muy diferente al de entonces en volumen y contenido, pero también lo es el ambiente que se respira en los colegios y los institutos, hoy poblados por chicas y chicos acostumbrados a convivir en las redes sociales con mensajes que les ofrecen versiones manipuladas del pasado.

Hoy es raro encontrar un manual de Geografía e Historia de 4º de la ESO -el curso en el que se da esta materia- que dedique menos de ocho páginas a explicar la dictadura franquista, en las que ahora sí se habla de “represión política”, “régimen fascista”, sistema totalitario y “lucha antifranquista”, elementos que habrían sido impensables en los libros de hace unas décadas.

¡Viva Franco!

Pero tampoco entonces era imaginable que los menores discutieran en los pasillos de los colegios sobre “las cosas buenas que tiene vivir bajo un régimen autoritario”, como discuten hoy con asiduidad, ni que muchos de ellos se apuntaran al reto viral, difundido en Tiktok en clave de broma, de gritar en plena clase delante del profesor: “¡Viva Franco!”.

La historiografía moderna y los actuales métodos didácticos han facilitado a los docentes la tarea de explicar este delicado pasaje de nuestra historia, pero los encargados de cumplir esa misión se quejan de la dificultad que entraña atenderla en tiempos de ‘fake news’ y revisionismos históricos.

El franquismo en el libro de Vicens Vives

El franquismo en el libro de Vicens Vives / R

La libertad de cátedra no evita que los libros de texto sigan siendo hoy las principales guías utilizadas por los profesores para dar el temario. El manual de la editorial Santillana de Geografía e Historia de 4º de la ESO para los institutos de Catalunya dedica 12 páginas a explicar el franquismo, que incluyen epígrafes como ‘Control y propaganda’ (cinco párrafos), ‘La oposición antifranquista’ (cuatro párrafos) o ‘El exilio catalán’ (dos párrafos). El libro de Vicens Vives, uno de los que trata más a fondo y con mayor tono crítico este período histórico, le dedica 18 páginas, en las que aborda cuestiones como ‘La inspiración fascista del régimen’ (cinco párrafos), ‘La mujer sumisa y en casa’ (3 párrafos) o ‘La oposición al régimen’ (dos páginas).

Por su parte, la edición madrileña del manual de Anaya trata el franquismo en otras 18 páginas -en dos de ellas habla de ‘La oposición a la dictadura y su represión’-, y el de la editorial SM lo despacha en ocho hojas, en las que reconoce: “La dictadura franquista acabó con las libertades logradas durante la Segunda República e instauró un modelo de sociedad definido por el conservadurismo y la represión”.

Este despliegue didáctico es mucho mayor del que ofrecían los libros de texto de los años 90, acogidos a la LOGSE, o los de la primera década de este siglo, que seguía las pautas marcadas por la LOE. Sin embargo, algunos historiadores, como Julián Casanova, echan en falta “más profundidad en los contenidos” que se enseñan a los adolescentes. “Ya no son niños, pueden y deben manejar conceptos más desarrollados, y claves que expliquen la historia y no solo la relaten. A menudo, los manuales se limitan a proporcionarles datos propios de preguntas de Trivial, pero dudo que así entiendan lo que supuso vivir casi 40 años bajo una dictadura”, señala el autor de ‘Franco’, la biografía más ambiciosa editada sobre el dictador, publicada esta pasada primavera.

En opinión de Miguel Ángel del Arco, catedrático de Historia de la Universidad de Granada y autor del ensayo ‘La hambruna española’ sobre la miseria que asoló al país en los primeros años del franquismo, los manuales actuales son “bastante buenos”, pero advierte: “Aprender historia no va de memorizar, sino de comprender el pasado para mirar el presente de forma crítica, y esto no siempre se consigue en los institutos en relación a esta etapa histórica”.

El franquismo en el libro de Anaya

El franquismo en el libro de Anaya / R

Las editoriales se defienden alegando que se limitan a aplicar el currículo educativo vigente, y este es, precisamente, uno de los déficits que señalan quienes han analizado el tratamiento del franquismo en los libros de texto: la actual ley educativa, la LOMLOE, que entró en vigor en 2020, define los contenidos de la asignatura de Historia de España de 2º de Bachillerato, que sí ofrece un análisis en profundidad de la dictadura, pero deja abiertos y sin delimitar los temas que deben darse la asignatura de Geografía e Historia de 2º de la ESO, que aparte de la española incluye la universal.

Manuales asépticos

“Esto ha movido a la mayoría de las editoriales a publicar manuales neutros y asépticos, meramente descriptivos y carentes de crítica. Muchos dedican el mismo espacio a hablar de la llegada del SEAT 600 que a la represión política”, observa Carlos Fuentes, profesor de Historia de la Universidad de Valencia y coautor de una investigación sobre la evolución que ha experimentado el abordaje del franquismo en los libros de texto de los institutos desde que llegó la democracia.

Su conclusión es que los materiales didácticos que manejan los adolescentes de hoy siguen pecando de “superficialidad y falta de análisis”. “Se pone demasiado acento en describir el desarrollo económico y reinciden en tópicos como que hubo un franquismo malo al principio y otro bueno al final que poco menos que nos trajo la democracia. Sigue habiendo una especie de tabú escolar en relación a esta etapa de nuestro pasado”, apunta el historiador.

El franquismo en el libro de Santillana

El franquismo en el libro de Santillana / R

La ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, indica en su artículo 44 que “el sistema educativo debe incluir el conocimiento de la historia de la lucha por las libertades democráticas, desarrollando en los libros de texto y materiales curriculares la represión que se produjo durante la guerra y la dictadura”. “En la práctica, esto no está ocurriendo. Menos de la mitad de los textos hablan de la represión y muy pocos mencionan las exhumaciones de las fosas comunes o la reparación a las víctimas”, señala Enrique Javier Díez, catedrático de Educación de la Universidad de León.

En 2020, tras analizar 42 libros de 4º de la ESO y entrevistar a 610 profesores de Secundaria, publicó el ensayo ‘Asignatura pendiente’, cuyo título anticipa la relación que, en su opinión, España mantiene con el franquismo. “Este país decidió construir su democracia sobre el olvido de su pasado y hoy, 50 años después de la muerte del dictador, los escolares continúan conviviendo con el tópico de que contar lo que pasó supone reabrir heridas”, analiza.

En los institutos, los docentes conviven a diario con esta realidad, a la que añaden la presión por las limitaciones de tiempo. En Catalunya, las Ciencias Sociales han pasado de tres horas semanales a solo dos en muchos centros, lo que obliga a los profesores a centrarse en lo prioritario. “Y lo prioritario, en el contexto actual, es que aprendan a discernir qué es verdad y qué es mentira”, reflexiona Isabel Burgas, profesora del instituto Cendrassos de Figueres y miembro del Grup de Treball Exili, Deportació i Holocaust de l’Alt Empordà, formado por profesores de Ciencias Sociales que trabajan para que la memoria histórica llegue a todos los chavales.

El franquismo en el libro de SM

El franquismo en el libro de SM / R

Entender el presente
 

Hay unanimidad entre los docentes en que el temario es “completamente inabarcable”, señala Miquel Carceller, profesor de Historia y jefe de estudios del instituto Joncar de Barcelona. “Las Ciencias Sociales sirven para entender el presente, y es imprescindible un sustrato para fundamentar un pensamiento crítico real ante discursos como los de Trump, Abascal o Alvise”, añade Carceller, quien apunta que el problema no es que no puedan ganar al Trivial, sino que sean incapaces de detectar comportamientos que provocaron desastres en la historia.

A ojos de Burgas, la temporalización es un problema añadido. Dejar el franquismo para el tercer trimestre de 4º de la ESO es demasiado tarde. En su caso, como tiene poco tiempo para explicarlo, además del libro de texto —en su centro usan el de Vicens Vives— trabaja este episodio histórico con el documental valenciano ‘Fills del silenci’, que recoge testimonios de represaliados del franquismo.

Para combatir las carencias de los manuales y los programas didácticos, en algunos centros impulsan proyectos como el que prepara de cara al próximo 20 de noviembre el grupo de trabajo Guerra Civil, Exili i Memòria Democràtica dels Camps i Entorns d’Aprenentatge del Departament d’Educació: un recurso pedagógico en el que desmienten, a través de 50 tarjetones, los bulos que sostienen quienes defienden que “con Franco se vivía mejor”.

En una cara aparece la frase falsa –del tipo “Franco creó los pantanos” o “Las fosas comunes son mentira”-, y al reverso la explicación contrastada de la mentira. ¿Sirve de algo? “Hay que quedarse con la imagen del profesor lanzando semillas en el desierto. Puede que ahora no, pero algún día lloverá y de esas semillas saldrán frutos”, advierte la docente.


Fuente → elperiodico.com

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