El 11 de Septiembre de 1977, durante la Diada de Barcelona, la policía franquista Asesinó de un pelotazo de goma en la cabeza al joven Carlos Gustavo Frecher Solana
El 11 de Septiembre de 1977, durante la Diada de Barcelona, la policía franquista Asesinó de un pelotazo de goma en la cabeza al joven Carlos Gustavo Frecher Solana / Tulio Riomesta

 

El 11 de Septiembre de 1977 había convocada en Barcelona una manifestación por la Diada, el Día Nacional de Cataluña, que transcurrió de forma pacífica durante un soleado Domingo. “Más de un millón de gargantas y una sola voz: ¡Autonomía!. La manifestación demostró las ansias de autogobierno del pueblo catalán, y el deseo de recuperar sus instituciones. El último presidente de la Generalitat, Lluís Companys, había sido fusilado en 1940, por los golpistas franquistas en el castillo de Montjuic, y su antecesor, Francesc Macià, había declarado la República Catalana, el 14 de Abril de 1931. La memoria y la identidad catalana había sobrevivido a los 40 años de dictadura, y el pueblo catalán lo manifestó cívicamente en las calles de sus ciudades y sus pueblos.

Sin embargo, la reivindicación nacional catalana quedó empañada por una hecho trágico. Cuando el final de la movilización recorría el Passeig de Gràcia, la policía comenzó a hostigar a los manifestantes utilizando abundante material antidisturbios, botes de humo y balas de goma. Esta violencia provocó enfrentamientos por todo el eje Rambla-Plaça de Catalunya. Además se presentaron provocadores de ultraderecha en las Ramblas que incendiaron autobuses y causaron constantes disturbios. La actuación desproporcionada de la policía franquista dejó decenas de heridos. Rosario García, de 15 años, recibió un pelotazo de goma en el pecho izquierdo, que le fracturó la clavícula, y fragmentos del hueso se le incrustaron en el pulmón; a pesar de la gravedad de sus heridas, pudo salvar la vida.

Los enfrentamientos se prolongaron, los alrededores de la calle Pelai fueron tomados por la policía mercenaria franquista, y un grupo de manifestantes buscó refugio en un bar cercano, hacia donde los maderos dispararon pelotas de goma. Uno de los proyectiles impactó contra la cabeza de Carlos Gustavo Frecher Solana, quien ni siquiera había participado en el acto. Frecher tenía 28 años, estaba casado y era padre de una niña de 5 meses. Se dirigía al establecimiento a comprar tabaco. La víctima perdió el conocimiento, y cayó al suelo sangrando por la boca. Un hombre de Cruz Roja y otras 3 personas salieron de la cafetería para ayudar al herido e introducir el cuerpo en el establecimiento, mientras la Policía seguía disparando. Según los testigos los agentes entraron en la cafetería “golpeando a todos los que se encontraban” y un sargento incluso “dio patadas al herido”.

Frecher fue trasladado al dispensario de Pere Camps descerebrado. Padecía una contusión craneoencefálica, hematomas, conmoción cerebral y fractura de cráneo, que le dejaron en estado vegetativo. En una primera versión de los hechos la policía indicó que Frecher había sido atropellado por los manifestantes en su huida de la policía, pero tras la evidencia de los informes médicos, la jefatura de policía de Barcelona rectificó la primera versión y reconoció que la fractura de cráneo había sido causada por impacto de una bala de goma.

Las centrales sindicales, CCOO, CNT, CSUT, SOC, CU y UGT, antes de conocerse la noticia de la muerte de Frecher, pidieron en un comunicado conjunto, la dimisión de Martín Villa como máximo responsable de la actuación de la policía en los incidentes. Gustavo murió a los pocos días. Se celebró un funeral en Sant Andreu convocado por las centrales sindicales, que reunió a 6.000 personas. Asistieron representantes sindicales, Joan Raventós y otros miembros de la asamblea de parlamentarios de Cataluña.

Finalizado el acto religioso, los 6.000 asistentes se manifestaron durante más de una hora desde la plaza Orfila, por San Andrés, paseo de Fraga i Puig y plaza del Virrey Amat. Los manifestantes marchaban con gran cantidad de banderas y pancartas, y gritaban diversos eslóganes, entre ellos “Carlos, hermano, nosotros no olvidamos, Vosotros, fascistas, sois los terroristas, Disolución de cuerpos represivos, Basta ya de asesinatos, Más trabajo y menos policía y Martín Villa, dimisión”.

La utilización de la violencia por parte del franquismo tuvo como objetivo crear un clima desestabilizante, provocando alarma ciudadana para favorecer una “sangrienta transición” que solo debía realizarse según las únicas directrices que los franquistas estaban dispuestos a consentir, mantener a toda costa sus privilegios, poder político, mediático, judicial, sus propiedades, tierra, mar y aire, sus negocios, control social e ideológico, fuerzas armadas, policiales, etc, nada debía cambiar, y por supuesto ninguna represalia contra cualquier franquista. Cualquier intento de las fuerzas progresistas para equilibrar la balanza por muy leve que fuera, fue combatido por los fascistas con la fuerza de las pistolas y las bombas. En eso colaboró activamente el aparato policial, la guardia civil, y los grupos terroristas ultraderechistas al servicio del franquismo.

Documentos: Nueva Revolución (Angelo Nero). Wikipedia. El País (Xavier Moret).


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