Una investigación periodística aborda los secretos de los últimos fusilamientos de Franco
Una investigación periodística aborda los secretos de los últimos fusilamientos de Franco / Roger Mateos Miret 

El periodista Roger Mateos, en la imagen, aborda en su último libro, 'El verano de los inocentes' (Anagrama), los secretos en torno a los últimos fusilamientos del franquismo. EFE/ Alejandro García

El periodista Roger Mateos aborda en su último libro, ‘El verano de los inocentes’ (Anagrama), los secretos en torno a los últimos fusilamientos del franquismo, el 27 de septiembre de 1975, de los que este mes se cumplirán cincuenta años.

Mateos (Barcelona, 1977), actualmente jefe de Política de la Agencia EFE en Barcelona, profundiza en el caso de Xosé Humberto Baena, militante gallego del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), una organización que en el verano de 1975 se lanzó a la lucha armada contra el régimen de Franco y cometió tres atentados mortales.

Baena fue uno de los tres militantes del FRAP -junto a José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García Sanz- acusados de terrorismo y fusilados el 27 de septiembre de 1975 en Hoyo de Manzanares (Madrid), el mismo día en que fueron ejecutados Ángel Otaegui y Juan Paredes «Txiki», miembros de ETA.

«A apenas dos meses de su muerte, Franco desoyó las peticiones de clemencia que le llegaron desde todas partes, incluido el papa Pablo VI. El régimen se sentía débil y redobló la represión para no dar la sensación de que estaba perdiendo el control de la calle», asegura Mateos a EFE.

A partir de documentos de archivos personales de exmilitantes, archivos oficiales, testimonios de antiguos dirigentes del FRAP y de personas relacionadas con los comandos, Mateos llega a la conclusión de que la policía franquista acusó falsamente a Baena como autor material del atentado del 14 de julio de 1975, que le costó la vida a Lucio Rodríguez Martín, agente de la Policía Armada que vigilaba la entrada de las oficinas de Iberia en la calle Alenza de Madrid.

El periodista Roger Mateos, en la imagen, aborda en su último libro, ‘El verano de los inocentes’ (Anagrama), los secretos en torno a los últimos fusilamientos del franquismo, el 27 de septiembre de 1975, de los que este mes se cumplirán cincuenta años.EFE/ Alejandro García

El «cuarto hombre» de la calle Alenza
 

Mateos recopila datos e indicios que desmienten la versión policial sobre la autoría del atentado -en el que supuestamente participó Baena junto a otros dos militantes del FRAP- y apunta a la presencia de un «cuarto hombre» en el escenario del crimen, que consiguió librarse de la ola de detenciones.

Por el asesinato de la calle Alenza, del 14 de julio de 1975, y el atentado de la calle Villavaliente de Madrid, del 16 de agosto, en el que murió el teniente de la Guardia Civil Antonio Pose, fueron condenados a muerte ocho militantes del FRAP, en unos consejos de guerra que, según señala Mateos, fueron una «farsa».

Actas de las reuniones de la cúpula del partido

Uno de los hallazgos documentales que aporta el libro son las actas de las reuniones que la dirección del Partido Comunista de España (marxista-leninista) -núcleo político que impulsó la creación del FRAP- celebró en los últimos años de la dictadura franquista.

Fue en la reunión del 19 de enero de 1975 cuando la cúpula del partido se convenció de que había que adoptar «nuevas formas de lucha», una idea que se materializó en los meses posteriores con la creación de los primeros grupos armados del FRAP, que actuaron fundamentalmente en Madrid, Barcelona y Valencia.

Entrenamiento militar en Albania

Mateos aporta también documentos inéditos encontrados en el Archivo Estatal Central de Albania, entre ellos unos informes del régimen comunista albanés que revelan que una delegación de cuatro militantes del FRAP viajó en secreto a Tirana en 1971 para seguir un curso de entrenamiento militar durante un mes y medio.

«Las delegaciones españolas enviadas a Albania para recibir entrenamiento militar parece que fueron escasas y apenas sirvieron para el tipo de atentados cometidos por el FRAP en el verano de 1975, porque el adiestramiento que ofrecían los albaneses iba más enfocado a una guerra de guerrillas rural», concluye Mateos.


Fuente → efe.com

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