
Descubre la conmovedora historia de Dolores Sánchez, la niña de Jerez que desafió a Franco a sus 15 años. Su valiente acto ante la represión franquista merece ser recordado y reconocido, especialmente en el Día contra la Dictadura, con un gesto de reparación histórica en la ciudad.
El 18 de julio, Día oficial de condena de la dictadura franquista según la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, nos obliga a recordar que la represión franquista fue un fenómeno integral y omnipresente que se infiltró en todos los aspectos de la vida. No se limitó a los fusilamientos y las cunetas, sino que buscó exterminar la libertad intelectual, los sueños y la dignidad de millones de personas. En este contexto de terror y silencio, la historia de Dolores Sánchez, la niña de Jerez que desafió a Franco, emerge como un faro de valentía y resistencia. Con apenas 15 años, su simple pero poderoso acto de rebeldía la situó frente al aparato represivo de un régimen que no toleraba la disidencia, sin importar la edad.
La represión franquista: más allá de los fusilamientos
La dictadura franquista se instauró sobre lo que algunos han denominado un “fascismo divino”, donde Franco era la representación terrenal de Dios y cualquier crítica al régimen se interpretaba como una blasfemia. Este principio justificó una persecución constante y sin piedad. Como señalaron parlamentarios europeos, la represión se sostuvo en la “complicidad y el sostén de los ‘españoles ordinarios’”, quienes por miedo, oportunismo o convicción, denunciaban a vecinos y familiares. Dentro de este sistema, cualquier persona, sin importar su edad, podía ser sometida al tribunal de la inquisición franquista. Este fue el caso, no anecdótico, de Dolores Sánchez en mayo de 1938.
El valiente desafío de Dolores Sánchez a Franco
Afortunadamente, el expediente nº 26893 del Archivo Municipal de Jerez, hallado por el historiador Cristóbal Orellana, y transcrito en su artículo «Una niña antifranquista de Jerez escribió en mayo de 1938: ‘Viva Azaña, muera Franco’«, nos revela la instrucción de un consejo de guerra contra la joven. En un oficio de julio de 1938, el Capitán Federico Montero informaba sobre el motivo de su detención: Dolores Sánchez, la niña de Jerez que desafió a Franco, había sido encarcelada por escribir en el sobre de una carta a su hermana las palabras “Viva Azaña y muera Franco, y viva Azaña aunque me maten”. En ese momento, la adolescente llevaba ya un mes y cinco días en prisión. A pesar de que sus padres no tenían antecedentes políticos, la conciencia antifascista de Dolores era tan clara e intensa que se atrevió a firmar su rechazo al régimen en un momento de máxima represión en la ciudad.
Jerez tiene una deuda con Dolores Sánchez
Décadas después, y en un contexto democrático, la memoria de esta joven valiente debe ser reparada. Su caso, que evoca salvando las distancias el de Ana Frank, es un recordatorio de que el miedo no logró someter a todos los corazones. Por ello, la propuesta de que una calle de Jerez de la Frontera lleve su nombre no es un simple homenaje, sino un acto de justicia histórica. Sería un gesto especialmente simbólico que esa calle fuera la que hoy todavía se llama “Paz Varela”, un comandante ligado al franquismo. Dedicar la calle a Dolores Sánchez, la niña de Jerez que desafió a Franco, sería un paso vital para la recuperación de una memoria democrática, honrando a quienes, como ella, demostraron un valor inquebrantable en la defensa de la libertad.
Fotografía © memoriahistoricadejerez.blogspot.com
Fuente → jerezsinfronteras.es
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