
Entre 1977 y 1979, hay registrados tres casos sólo en Andalucía, en los que el gatillo fácil de la guardia civil se llevó por delante la vida de tres jóvenes
Las muertes en controles policiales de la policía o de la guardia civil, en las carreteras del estado español en los años de la Transición y en los primeros de la democracia fueron frecuentes, y en ellos se repitió el mismo patrón de impunidad, ya que los fallecidos, en la mayor parte jóvenes, incluso menores de edad, fueron acusados de saltarse el control, o bien por carecer de documentación o por conducir coches robados. Una versión oficial que, entonces, pocos medios de comunicación ponían en duda. Entre 1977 y 1979, hay registrados tres casos sólo en Andalucía, en los que el gatillo fácil de la guardia civil se llevó por delante la vida de tres jóvenes. Otros tres jóvenes más, Juan Mañas, Luis Montero y Luis Cobo, serían asesinados en 1981, en el tristemente famoso “Caso Almería”.
El 8 de febrero de 1977, el diario El País, publicaba una escueta nota titulada, “Conductor muerto por un guardia civil de tráfico”, en la que se leía lo siguiente:
“El conductor de un vehículo robado resultó muerto en la noche del pasado domingo cuando, tras intentar atropellar a un motorista de la Guardia Civil de Tráfico, que le había dado el alto, se daba a la fuga. El motorista, que tuvo que saltar a la cuneta, en la autopista de Badajoz, efectuó varios disparos. El vehículo iba conducido por Manuel Lorente Martín, de veintisiete años, de edad, natural y vecino de Estepona (Málaga), encofrador de profesión que fue quien resultó muerto. Junto con el fallecido viajaban otros dos jóvenes, uno de ellos, José Flores, de veinticinco años, natural de Barbate de Franco y vecino de Manilva (Málaga), que fue detenido por un peatón desconocido que colaboró con la fuerza pública. El otro no pudo ser aprehendido.”
No hay más información respecto al suceso, excepto que entonces el gobernador civil de Málaga, de donde era originaria la víctima, era Enrique Riverola, durante cuyo mandato fue asesinado José García Caparrós, un joven de 18 años, y como Manuel Lorente, por un disparo de bala, durante una carga policial, en una manifestación por la autonomía andaluza, el 4 de diciembre de 1977.
Un año después, también el diario del grupo PRISA, daba la noticia de un caso similar, fechado el 3 de diciembre de 1978, esta vez firmado por el periodista Joaquín Marín, “Joven muerto en Málaga al tratar de eludir un control”. Esta vez el artículo era algo más detallado:
“Juan Ruiz Morales, natural de Málaga, de dieciocho años de edad, resultó ayer muerto por disparos de la Guardia Civil poco después de que se saltara un control establecido en una carretera de entrada a Málaga desde el interior de la provincia, cuando viajaba en un coche acompañado de otros tres jóvenes. Uno de estos acompañantes, que anoche aún no había sido identificado, resultó herido de gravedad, operado de urgencia en el hospital civil, su estado tendía a mejorar.
El hecho ocurrió a las dos y veinte de la tarde. El automóvil, marca Citroën, matrícula MA-9.448, cuya desaparición había sido denunciada por la mañana en Fuengirola, por su propietario, entraba en la ciudad por la carretera de Las Pedrizas. Al ver el control de la Guardia Civil dio la vuelta, saltando el bordillo que separa ambas direcciones. Fue entonces cuando la Guardia Civil disparó al coche, que continuó su marcha porque el conductor fue uno de los ocupantes que no resultó alcanzado. Sin embargo, tuvo que detenerse poco después, ya que las ruedas habían quedado destrozadas al saltar el bordillo. Los dos ocupantes de los asientos delanteros se dieron a la fuga por los montes cercanos perseguidos por números de la Guardia Civil. En el coche quedó Juan Ruiz Morales, que ya había fallecido, mientras que el cuarto viajero salió del automóvil en un intento de darse a la fuga, lo que no pudo conseguir por la gravedad de sus heridas.
La Guardia Civil trasladó al herido, de unos catorce años de edad, al Hospital Civil. Tras la operación, había optimismo con respecto a su estado. Según fuentes oficiales, Juan Ruiz Morales tenía antecedentes por robo, riñas con armas y sustracción de automóviles.”
Al año siguiente, el 11 de abril de 1979, otro joven, de 17 años de edad, Juan Alamillos, resultaba muerto por disparos de la guardia civil en un control en el Rincón de la Victoria, en Málaga, en la carretera que une esta población con Benajarafe, mientras conducía un coche robado, en compañía de otros dos menores, de 15 y 16 años, que fueron detenidos tras impactar el vehículo contra un camión. El joven fallecido era natural del municipio barcelonés de Igualada, y tres días más tarde, tuvo un multitudinario funeral en la parroquia del barrio de Montserrat, donde vivía su familia.”
El mismo periodista repetía titular en las páginas de El País, al día siguiente del suceso “Joven muerto en un control de la Guardia Civil”. El artículo decía lo siguiente:
“Juan Alamillos, de diecisiete años y natural de Igualada (Barcelona), resultó muerto en la madrugada del miércoles cerca de Rincón de la Victoria (Málaga) al no respetar el coche en que viajaba el alto de la Guardia Civil. Se sabe que el coche, que había sido robado en Murcia, iba ocupado por tres jóvenes y no respetó el alto de los agentes, quienes hicieron uso de sus armas reglamentarias. Los otros dos jóvenes, que fueron detenidos, son F. P., de quince años, y J. C. P., de dieciséis.”
Entre 1977 y 1982 hubo otra docena larga de víctimas de las fuerzas de orden público, especialmente a manos de la guardia civil, en controles de carretera. Víctimas olvidadas de una Transición que no fue, para nada, modélica y pacífica. Para ellos nadie reclamó Verdad, Justicia y Reparación.
Fuente → nuevarevolucion.es
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