Luis Buñuel contra el cine franquista y el espíritu de la cruzada (y II)
Luis Buñuel contra el cine franquista y el espíritu de la cruzada (y II) 
Miquel López Crespí

Pero la exaltación imperial, la mistificación de la historia por parte de los corifeos del fascismo español, no finía con la aparición de comedias del tipo La vida en un hilo. Peludo) vamos a verue (sin entender demasiadas cosas, afortunadamente, de aquellas monstruosidades) Locura de amor (1948), una adaptación de la obra del mismo título de Manuel Tamayo dirigida por Alberto Marro y Ricardo de Baños En el "Gardenia", el cine al aire libre que había salido de sa Pobla. Puerto de Pollensa Reina Santa, Inés de Castilla... La dictadura nos quiere "formar" con Alba de América, Jeromín, Pequeñeces... Una película estrenada a finales de los cincuenta (pero que había sido rodada en el año 1951) causó un cierto bache en el ambiente mortecino de la dictadura (y de rey) la edad) no podía profundizar en los hallazgos del filme, es cierto es que Surcos (este es el nombre de la película) me dejó un cierto puesto cinematográfico en la conciencia Años después me daría cuenta de esta influencia viendo determinadas obras en el Cine Club Universitario de más el ejército de la República, en el Estado Mayor de Galán) hacía al padre en aquellos años de la posguerra, en sa Pobla. de una forma completamente inesperada construía una obra clásica del cine español. Por primera vez en el cine rodado en la España franquista se trataban cuestiones "tabú" para directores y guionistas: la emigración del campo a la ciudad, el mercado negro y el estraperlo, el paro, la prostitución, la explotación de los trabajadores por empresarios sin escrú Natividad Zaro y el escritor Gonzalo Torrente Ballester. La película (y eso molestó muchísimo a la censura fascista) es también un documental del Madrid triste de los años cincuenta. Sebastián Parera nos muestra el aspecto gris, mediocre, tremendamente pavoroso de la España de los vencedores en la guerra civil. Arenzana, Marisa de Leza, José Prada, Félix Dafauce, Ricardo de Lucía... La película no cayó bien ni en los corifeos del franquismo ni en la iglesia católica que enseguida la calificó de "gravemente peligrosa" y fue considerada "apestada" como el equipo técnico de la nieve Conde, el equipo técnico. la "mala fama" conseguida entre los círculos del poder fascista a causa de esta película. 

El tío y el padre hablaron mucho tiempo del filme de Nieves Conde. Yo, con trece años, no entendía aún tanta importancia dada a un filme. Fue mucho más adelante (concretamente en una nueva visión hecha a finales de los años sesenta) cuando capté la carga de profundidad que significaba Surcos. Pero eran estas veces a la conciencia (aunque no entendiéramos las obras a la perfección) las que servían para ir abren nuestra imaginación de adolescentes a la importancia del cine. 

Mientras, se seguía viviendo de recuerdos. Comentarios referentes a películas borradas de la historia del cine del Estado como Nuestro culpable (Fernando Mignoni, 1937), aquellos impresionantes documentales de la productora "Laia Films": Ollaires de Breda (Biadiu, 1937)... Las películas más importantes hechas en la zona republicana en tiempo de la zona republicana 1938) y sobre todo L'Espoir, escrita y dirigida por André Malraux, y el famoso documental Tierra española (Joris Ivens, 1937) sin olvidar los noticiarios que producía "Film Popular" (de tendencia comunista), Por todo el mundo (1938) o los que patrocinaba la CNT-FA1, por ejemplo. Ahora bien: de las charlas en voz baja con tío y papá un nombre me quedaba bien grabado en la memoria. Me refiero a Buñuel. ¡Buñuel! Es cuánto oye hablar por primera vez de Las Hurdes (Tierra sin pan), un histórico documental de veintisiete minutos de duración producido por Ramón Acin (le había tocado la lotería y le dio el dinero a Buñuel!), que dirigió el mismo Luis Buñuel... Había producido igualmente (Centinela alerta! (Gremillon, 193) Edad de Ero (1932) se convierte en un director de fama mundial muy ligado a la izquierda y al surrealismo. 

De las charlas familiares junto a la hoguera, en sa Pobla, me restaba a la memoria este nombre: Buñuel. como si fuera ahora mismo la primera ocasión en la que pude ver a Los olvidados (1950). Estaba en un pequeño cineclub de Perpiñán, a principios de los años setenta. Archibaldo de la Cruz (1955), Nazarín (1958), Los ambiciosos (1959), El ángel exterminador (1962). de la burguesía (1970), El fantasma de la libertad (1972) o Ese oscuro objeto del deseo (1977). 

Pero el "descubrimiento" de Buñuel viene sin duda con Viridiana (1961). La síntesis que hace Buñuel de un Estado español históricamente dominado por la represión cultural católica, por la opresión feudal de un caciquismo que parece eterno... La fuerza de las imágenes del filme que recuerdan, transformadas por el oficio y el tiempo, el impacto bestial de Las Hurdes o La edad de oro que esa jamás abandona el oro (aquella influencia del sur) de aquella película (estamos a mediados de los años sesenta) consideramos ya para siempre a Luis Buñuel como uno de "nuestros" clásicos. Supuso que hizo mucho en esta mitificación constante del director aragonés los estudios que se realizaban en las revistas progresistas de aquellos años. Son trabajos que van saliendo en Triunfo y Nuestro cine. Los comentarios que oíamos por Radio París, la BBC de Londres o Radio España Independiente situando a Buñuel junto a los directores españoles exiliados (C. Velo. JM García Ascott, L. Alcoriza, F. Arrabal...) contribuirán a consolidar ya para siempre sus obras con una aureola de permanente admiración. Estamos en el año setenta. Después de tantos años de exilio, insultos por parte de los "intelectuales" del régimen franquista, Buñuel puede volver al Estado español. Eduardo Ducay produce Tristana, que Buñuel empezará a filmar en 1970. El guión (del mismo Buñuel y de Julio Alejandro sobre la famosa novela de Benito Pérez Galdos Tristana) ha estado prohibido por la censura durante cinco años. El proyecto parece que nunca se podrá realizar. Poco a poco se vencen las dificultades puestas por la dictadura y sus serviles y, con buena parte de los mejores actores y actrices de esa época (Catherine Deneuve, Fernando Rey, Franco Nero, Lola Gaos, José Fernández, José Casas, Sergio Mendizábal, José Calvo, Julio Gorostegui, Alfredo Santac Juanjo Menéndez, Mari Paz Condal, Cándida Losada, Antonio Ferrandis, José María Caffarel, Joaquín Pamplona) comienza la filmación. 

A partir de ese momento (a pesar de que Buñuel vuelve a tener los acostumbrados problemas con el régimen franquista), el director exiliado se convierte en un punto de referencia subversivo para todas las culturas del Estado español. De nada han servido los treinta años de marginación y criminalización constantes de nuestros exiliados republicanos, de la cultura antifascista. Buñuel, de cuyo nombre había oído hablar casi a escondidas en las tenebrosas noches de la posguerra, volvía a vivir en los cines de todo el Estado.


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