El asesinato del diputado Comunista de la II República Española, Bautista Garcés Granell, por maleantes franquistas en Córdoba en 1936
El asesinato del diputado Comunista de la II República Española, Bautista Garcés Granell, por maleantes franquistas en Córdoba en 1936
 
La gran tragedia de Córdoba bajo el golpe militar de 1936, una matanza salvaje contra la población civil es comparable a los grandes genocidios de la historia de la humanidad. No fue algo simplemente local. Fue un ataque generalizado y sangriento contra la izquierda, la clase obrera, el Republicanismo, contra la élite Republicana gobernante y contra la intelectualidad y la cultura. La irrupción del fascismo en España en 1936 supuso en varios años la aniquilación de centenares de miles de personas: en el paredón, en las prisiones, en los campos de concentración, bajo los fusiles, el hambre, la depauperación y la exclusión, todo a gran escala, sin contar la desgracia de medio millón de exiliados. En Córdoba fueron inmolados no menos de 15.000 Republicanos.
 

Bautista Garcet Granell nació en Córdoba en 1899. Era el mayor de los 3 hijos de José María y Ramona, campesinos oriundos de Frías (Teruel), tenían 3 hijos. Desde niño comenzó a trabajar de jornalero, viviendo las injusticias y desigualdades del campo andaluz. A los 8 años, Bautista quedó marcado por la dureza de la represión de la guardia civil contra los campesinos. Entraron en la finca 2 muchachos, de 14 ó 15 años, a robar naranjas. Los guardias tendieron a los muchachos en el suelo y los azotaron sin camisa hasta que brotó la sangre. Bautista quedó marcado por aquella crueldad. Con 12 años ya daba mítines a los obreros campesinos de la finca. Fue detenido por primera vez con 16 años.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera padeció otras muchas detenciones. En 1925 comenzó a trabajar como obrero en la empresa Electro-Mecánicas de Córdoba donde conoció y se casó con Francisca Castro Flores, tuvieron 2 hijos. Tras la proclamación de la II República Garcés ingresó en el PCE. En una huelga en las Electro-Mecánicas en 1932, fue encarcelado durante un mes. Bautista continuó reivindicando derechos laborales a lo largo de 1933. Ya era líder comunista consolidado, Secretario General en Córdoba, miembro del Comité Central del PCE y Secretario del Sindicato Único de Industrias Sidero-Metalúrgicas. Aunque no participaron en la revolución de Octubre de 1934, los derechistas realizaron una oleada injustificada de encarcelamientos, entre ellos Bautista Garcés quien dio testimonio de las torturas sufridas: “Tres días estuvieron pegándome golpes en el cuartel de la guardia civil con las culatas de los fusiles, con instrumentos contundentes, retorcimiento de los brazos, los huesos crujían”. Estuvo un año en la cárcel.

En las elecciones de Febrero de 1936 Garcés obtuvo acta de diputado a Cortes, fue vocal suplente en las comisiones de Industria, Comercio y Paro Obrero. El golpe militar de 1936 triunfó en Córdoba capital el 18 de Julio. Ese día Bautista Garcés fue detenido en la calle junto con el ex diputado Joaquín García Hidalgo, y los llevaron al calabozo del Cuartel de Artillería, que mandaba el “coronel” golpista Ciriaco Cascajo. En la noche del 28-29 de Garcés fue asesiando mediante fusilamiento en el cementerio de San Rafael, junto con el diputado socialista por Málaga Antonio Acuña Carballar. El cuerpo de Garcés pudo ser rescatado por la familia, tal y como narra su propia hija Herminia Garcés: «…un señor fue a buscar a mi tío para que reconociera el cuerpo de su hermano Bautista muerto. Fueron al cementerio de San Rafael y comenzaron a remover un montón de cadáveres, hasta que lo encontraron muy ensangrentado debajo del cadáver de una mujer. Otro señor lío a mi padre en una sábana y lo llevó en su coche al cementerio de La Salud.

En los días siguientes, fueron cayendo otras muchas autoridades Republicanas: el alcalde socialista Manuel Sánchez Badajoz, Joaquín García Hidalgo, Luis Dorado Luque, Antonio Bujalance López, Vicente Martín Romera, el alcalde de Cádiz Manuel de la Pinta Leal, el presidente de la Diputación, alcaldes, médicos Republicanos, intelectuales.. El asesinato de Bautista Garcés, como el de tantos miles de personas, destrozó su hogar y su familia, que tuvo que padecer el desastre y la humillación del hambre. El crimen dejó moralmente abatidos a todos sus familiares, era la estrategia del terror expansivo.

En las Memorias inéditas de Herminia Garcés, entonces una niña de 5 años, se cuenta lo que ocurrió en su casa después del asesinato de su padre: “Recuerdo a mi madre llorando, y la casa llena de gente dándole consuelo. La policía entró en nuestra casa, arrojaron todo por la ventana y prendieron fuego a libros y papeles. Mi madre también fue perseguida, tuvo que salir huyendo hacia la sierra, evitando caminos, escondiéndose entre matorrales”.

Los comunistas de Villanueva de Córdoba, al tener noticia del crimen cometido en Córdoba, decidieron, a mediados de Agosto de 1936, honrar al diputado asesinado poniendo el nombre de “Bautista Garcés” a sus recién creadas “Milicias Villanueva”, en los días finales de Julio.

Historia, Memoria y Literatura (Francisco Moreno Gómez). Caídos por la república y por la patria. Los Diputados Andaluces de 1936 (María del Carmen Fernández Albéndiz)


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