
[Este comunicado fue leído por Jesús Rodríguez, activista de La Comuna, en el acto «50 años de impunidad» del día 24 de junio celebrado en el Teatro del Barrio]
El derecho a no sufrir tortura ni trato inhumano o degradante es un derecho fundamental de la persona humana. Y así está reconocido en todos los tratados sobre derechos humanos.
Durante la dictadura franquista, las fuerzas de seguridad del estado practicaron la tortura con total impunidad. Y lo hicieron de forma sistemática contra las personas que ejercimos actividad política contra aquel régimen criminal.
Las fuerzas represivas del franquismo utilizaron la tortura como un instrumento para destruir a un grupo entero de la población caracterizado por sus ideas políticas, lo que la convierte en un crimen de lesa humanidad.
En consecuencia, las víctimas de aquellas torturas que aún estamos vivas hemos exigido, dentro y fuera de España, nuestro derecho a la justicia universal como víctimas de crímenes de lesa humanidad.
Desgraciadamente, en sus 50 años de vida, la democracia que tenemos no solo ha negado la justicia a las víctimas de las torturas franquistas, sino que también ha sido incapaz de poner fin a la práctica de la tortura en el Reino de España.
En España se ha seguido torturando. Y así lo atestiguan los numerosos casos, debidamente documentados, que han sido acreditados por informes de organismos españoles y también internacionales de indiscutible solvencia. Los 50 años de nuestra democracia han sido 50 años de impunidad para la tortura.
Para poner fin a esa impunidad, exigimos justicia hoy para las víctimas de torturas bajo la dictadura franquista. Pero exigimos también justicia para todas las personas que han sufrido tortura en los 50 años de nuestra democracia. Porque la tortura es un crimen sea cual sea la víctima y sea cual sea el motivo por el que se practica.
Las víctimas del franquismo no exigimos justicia por haber luchado contra Franco, sino por nuestra simple condición de personas humanas.
En defensa de los derechos fundamentales de todas.
Por quienes han sufrido tortura, en cualquier tiempo y lugar.
Porque luchar contra la tortura, ayer, hoy y mañana, es luchar por la humanidad.
Fuente → lacomunapresxsdelfranquismo.org
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