Biografía de Jaime Fernández (1914-1998)
Biografía de Jaime Fernández (1914-1998) 
 
Jaime Fernández Rodríguez nació en El Ferrol el 24 de septiembre de 1914, en el seno de una familia muy católica de comerciantes acomodados (era primo hermano del militante poumista Eugenio Fernández Granell, famoso pintor surrealista). Desde muy joven, casi un niño, constató y sufrió la injusticia social contra la que se rebeló hasta el fin de sus días. Un trágico acontecimiento marcó muy profundamente su vida. La muerte, a los dieciséis años, de su hermano menor Eulogio, que se había inscrito en las milicias cuando aún no podía hacerlo por ser menor de edad, que desapareció en el frente de Madrid (octubre-noviembre de 1936).
 

El compromiso político de Jaime fue muy temprano, como para muchos otros en España y en todas partes, a causa del prestigio y ejemplo de la Revolución Rusa. Simpatizó con el Partido Comunista de España (PCE) en La Coruña, en 1931; pero muy pronto evolucionó, gracias a la lectura de los textos revolucionarios que criticaban la degeneración de esta revolución. Ingresó pues en la Izquierda Comunista de España (ICE) en 1933, en Madrid, donde trabajó en los Almacenes Simeón.

En 1935, votó a favor de la fusión con el Bloc Obrer i Camperol (BOC) para constituir el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Cuando se encontraba cumpliendo el servicio militar obligatorio en el célebre Alcázar de Toledo, estalló la guerra civil. Se evadió en agosto de 1936, saltando con otros cinco la muralla de esta gran fortaleza, para unirse al campo republicano. Por su parte, lo que quería alcanzar era el campo de la revolución social. Tras el éxito de la evasión pudo informar sobre la situación militar del Alcázar y la moral de las tropas que permanecían en el interior de la fortaleza. La realidad descrita por Jaime es totalmente opuesta a la que explicó posteriormente el franquismo victorioso. Ingresó en las milicias del POUM en Madrid y fue elegido jefe de batallón por los milicianos de base.

Jaime criticó la táctica del Comité Ejecutivo del POUM y constató su coincidencia con las posiciones políticas de Munis. Formó parte de la Sección Bolchevique-Leninista de España (SBLE), al mismo tiempo que continuaba militando en el seno del POUM. En Barcelona, intervino en las luchas de las barricadas durante las Jornadas de Mayo de 1937. Con Julio Cid Gaitán y otros militantes, presentes en Barcelona para participar en el Congreso del POUM, distribuyó la octavilla de la SBLE en las barricadas, que defendía la continuidad de la lucha, exigía el castigo de los provocadores y daba consignas para la consolidación de un Frente Revolucionario del proletariado.

 
Jaime Fernández, con zamarra, a la izquierda de la foto.
Munis, con abrigo oscuro, a la derecha de la foto.
 

El 16 de junio de 1937, el gobierno de Negrín, dominado por los estalinistas, detuvo al CE del POUM, que fue ilegalizado. Jaime Fernández fue arrestado el 2 de septiembre de 1937 por ser miliciano del POUM. Estuvo encarcelado durante cinco meses, primero en la Cárcel Modelo de Barcelona y luego en Rosas de Llobregat (hoy Sant Feliu de Llobregat).

Salió de prisión el 7 de febrero de 1938, y sólo cinco días más tarde, el 12 de febrero, fue detenido de nuevo con la mayoría de los militantes de la SBLE, acusados del asesinato de León Narwicz, capitán de las Brigadas Internacionales, de nacionalidad polaca, agente del Servicio de Información Militar (SIM), infiltrado en el POUM y en la SBLE. Un gaboc (grupo de acción del POUM) asesinó a Leon Narwicz con tres disparos en la cabeza, como venganza por el asesinato de Andrés Nin. Pero el POUM no hizo nada para descargar a los militantes de la SBLE de una acusación de asesinato que sabían que era falsa y que implicaba la pena de muerte.

Jaime Fernández sufrió durante un mes, con Manuel Fernández-Grandizo y Martínez (G. Munis), Domenico Sedran (Adolfo Carlini), Aaage Kielso, Luigi Zanon, Víctor Ondik y Teodoro Sanz, las torturas de los agentes del SIM y de la policía estalinista, dirigida por el comisario Javier Méndez (miembro del SIM), y controlada por Julián Grimau, el “ojo de Moscú” en Barcelona.

El 13 de marzo de 1938 fueron recluidos en la Cárcel Modelo de Barcelona. El fiscal pidió la pena de muerte para Jaime Fernández, Munis y Adolfo Carlini. El 23 de abril de 1938, Jaime Fernández y Teodoro Sanz fueron trasladados a campos de trabajo. Jaime Fernández fue internado, con Quique (Enrique Rodríguez Arroyo) y Teodoro Sanz, en Omells de Na Gaia, donde padeció y superó las horribles condiciones del campo de exterminio estalinista del SIM, dirigido por los criminales Astorga y Mendoza. Luego fue destinado al campo para castigo de desertores del SIM en la playa de La Pelosa, en Rosas (Alt Empordà, provincia de Gerona).

El 23 de agosto, fue reclamado para ser juzgado por el asesinato de Leon Narwicz, pero fue enviado por un error burocrático a los tribunales de Gerona, en lugar de los de Barcelona.

El 5 de septiembre de 1938, obtuvo autorización para enrolarse en una unidad militar (la División 45), en la que vivió bajo la vigilancia constante de los guardas estalinistas. Consiguió evadirse en octubre de 1938, tras su hospitalización a causa de una herida de bala en la pierna en una acción en el frente.

Más tarde, en París, un dirigente del POUM que le conoció en el frente en esa época, le aseguró que se había dado la orden de fusilarlo. Así pues, la herida en la pierna, más espectacular que grave, le había salvado la vida. Como muchos otros marchó a Francia, donde fue “acogido” en los campos para refugiados. Se evadió en cuanto pudo, es decir, rápidamente. Una vez libre, reanudó su actividad militante en el movimiento trotskista, al tiempo que trabajaba como obrero en varias regiones francesas, bajo nombres prestados. Detenido por la policía francesa en París, le obligaron a elegir entre la Legión Extranjera o la prisión. No tuvo dudas: la prisión. Conoció pues, La Santé y Fresne.

Leal a las posiciones internacionalistas llegó a convencer a varios camaradas españoles, socialistas y anarquistas, entre los que podemos citar a Manuel Parada (de las Juventudes Socialistas), Tomás Ballesta (cenetista que había sido miliciano en la columna Durruti), Jorge Soteras (militante de la CNT) y Félix Castellar, para constituir en Angers un grupo, de fuerzas muy reducidas, que lanzó octavillas que defendían el derrotismo revolucionario y la transformación de la guerra imperialista en guerra civil revolucionaria. Se situó pues al margen y contra la táctica propugnada por la Cuarta Internacional, que defendía la participación en los movimientos de resistencia nacional al fascismo. Esta actividad de Jaime Fernández en Francia coincidía plenamente con las tesis de Munis, defendidas por el Grupo Español en México de la Cuarta Internacional, sin que en ese momento hubiese contacto entre ambos. Para Jaime, la Segunda guerra mundial es una guerra imperialista que concibe al proletariado, la clase explotada, como carne de cañón. El proletariado debe pues oponerse, imponiendo sus propios intereses, que consisten en acabar con toda explotación, con todas las fronteras nacionales, con el Estado capitalista, ya se proclame democrático, fascista, o de cualquier otro modo.

El Grupo Bolchevique-Leninista Español (Sección española de la Cuarta Internacional) editó en Francia seis números de Comunismo, entre noviembre de 1943 y septiembre de 1945.

Tras la Liberación, Jaime Fernández con otros militantes trotskistas españoles, antiguos y nuevos, como José Quesada Suárez, Esteban Bilbao, Miguel Olmeda, Agustín Rodríguez, etcétera…, constituyeron con G. Munis, y el poeta surrealista francés Benjamin Péret, dirigentes del Grupo Español en México, una nueva organización que se llamó Grupo comunista internacionalista (GCI).

El GCI entabló un debate en el seno de la Cuarta Internacional que debía conducir irremediablemente a la ruptura. El debate sostenido por G. Munis, Benjamín Péret y Natalia Sedova Trotsky, reconsideraba la naturaleza del Estado ruso, criticaba la participación en las resistencias nacionales (o abandono del internacionalismo proletario) y criticaba la táctica de alianzas con las organizaciones estalinistas.

Desde enero de 1945 (una vez restablecido el contacto entre los camaradas en Francia y en México) hasta febrero de 1948 aparecieron diecisiete números de Lucha de Clases, primero como órgano del Grupo Comunista Internacionalista y luego como órgano de la sección española de la Cuarta Internacional.

En 1946, Jaime Fernández regresó por primera vez a España como militante trotskista (aunque ya muy crítico con el trotskismo oficial). Permaneció poco tiempo, pues se le avisó que la policía franquista seguía su pista. Volvió pues a Francia. Fue uno de los firmantes del documento «Explicación y llamamiento a los militantes y secciones de la Cuarta Internacional», que en 1948 confirmaba la ruptura del GCI con la Cuarta Internacional.

El GCI se unió a otros militantes internacionalistas para constituir, en el invierno de 1948, una efímera Unión Obrera Internacional, en la que también participaba un pequeño núcleo vietnamita. El grupo contaba con una cincuentena de militantes, tanto en París como en provincias: Benjamín Péret, Louis Gontarbert (“Sania”), Lambert Dornier, Sophie Moen, Edgar Petsch, Guy Perrard…; los españoles: G. Munis, Jaime Fernández, Paco Gómez, Agustín Rodríguez; los indochinos: Ngo Van, Lu sanh Hanh (“Lucien”), Phuc, etcétera…. Publicaron en francés un boletín mimeografiado, titulado La Bataille internationale.

En 1952, Munis fue detenido en Madrid, y algunos días más tarde le siguió Jaime Fernández en Barcelona, en compañía de jóvenes contactos, Pedro Blanco y «Cholo», a causa de la participación del grupo en la huelga de tranvías de Barcelona, en marzo de 1951.

Jaime Fernández fue condenado a ocho años de prisión, de los que cumplió cuatro en el Penal de Santoña. Salió de prisión en mayo de 1956. Al no encontrar trabajo por culpa de sus antecedentes penales, se vio obligado a emigrar a Francia en octubre de 1959. Primero en España, y luego en París, defendió las posiciones del grupo Fomento Obrero Revolucionario (FOR) que editó la revista Alarma desde diciembre de 1958. Jaime fue uno de los fundadores de FOR, junto con sus amigos y camaradas Benjamín Péret y G. Munis (que salió de la prisión en 1957, viviendo desde entonces en París). A causa de divergencias con Munis sobre el funcionamiento interno del grupo, Jaime, con la mayoría de los jóvenes militantes que lo constituían, rompió con el FOR en 1962, coincidiendo con el paso de Alarma primera serie a Alarma segunda serie]. Jaime participó entonces en reuniones, de ICO (Informations et Correspondance Ouvrières), organización fundada por Henri Simon, después de su ruptura con Socialisme ou Barbarie,pero nunca compartió la posición “consejista” y antipartido que ICO propugnaba. Jaime rechazaba la concepción “leninista” del Partido y su centralismo democrático.

En mayo de 1968, Jaime, como obrero de las NMPP (Nouvelles Messageries de la Presse Parisienne), animó en esta empresa, en manos de la CGT (más fuerte que la patronal), un comité obrero sobre una base antisindical, que propugnaba la autoorganización del proletariado y denunciaba a los sindicatos como organizaciones de defensa del capitalismo. Trabajó hasta su jubilación, que avanzó a la edad de 63 años para poder gozar del Derecho a la pereza de Paul Lafargue, texto que difundió cuanto pudo en los medios obreros. A raíz de los acontecimientos de mayo, retomó el contacto con Munis y se incorporó de nuevo activamente en el FOR a partir de 1970.

Fue muy activo en España durante la Transición. Viajó a menudo entre París y Barcelona para participar en las numerosas asambleas y reuniones obreras anticapitalistas, muy frecuentes en esa época, denunciando y combatiendo siempre a las fuerzas políticas que consideraba como enemigos de la clase obrera (P”C” y PSOE principalmente) así como a los sindicatos; con el fin de combatir las ilusiones que muchos se hacían sobre la democracia después de tantos años de dictadura. Él consideraba que el proletariado poseía potencialmente la fuerza suficiente para terminar con la auténtica dictadura: la del capital sobre el trabajo, revista ésta la forma democrática, militarista, burocrática, fascista o cualquier otra. Pensaba que el capitalismo ya había creado a nivel mundial, gracias a la miseria y explotación del proletariado, las condiciones materiales objetivas más que suficientes para que el proletariado destruyera de cuajo el capitalismo e impusiera la sociedad sin clases ni fronteras.

Jaime Fernández se instaló definitivamente en Barcelona en 1988, después de romper definitivamente con FOR con motivo, una vez más, de una cuestión organizativa. Incluso cuando los problemas de salud (sobre todo de visión) le impidieron continuar con la militancia activa de toda su vida, apoyó constantemente a los exmilitantes de FOR (dos expulsados y otros que habían roto) que editaron la revista El esclavo asalariado, en Francia y en España.

Jaime Fernández murió el 11 de julio de 1998, en Barcelona, sin poder llegar a vivir aquello por lo que había luchado toda su vida: la conquista de una sociedad sin amos ni esclavos, sin Estado, sin policía, sin ejército, sin trabajo asalariado.

Agustín Guillamón y Eulogio Izquierdo

Actualizado en noviembre de 2024

(Aportaciones puntuales de Philippe Bourrinet y Henri Simon)

FUENTES:

A.- Bibliografía:

1.- «El camarada Jaime Fernández logra escapar del Alcázar toledano». POUM, Madrid (28-8-1936).

2.- «Sumari número 94, 10 de marzo 1938. Jutjat Especial n1 1 del Tribunal d’Espionatge i Alta Traició de Catalunya. Per Alta traición por complot, propaganda y asesinato del capitán León Narwitsch. Contra Manuel Fernández Grandizo, Adolfo Carlini Roca, Aege Kielso, Jaime Fernández Rodríguez, Luís Zanon Grim, Teodoro San Hernández, Víctor O­ndik, Baldomero Palau Millán.» Archivo Histórico Nacional de Madrid. Legajo 1719.

3.- (Anónimo): «Jaime, 1914-1998. Ta lutte continue!». El esclavo asalariado n° 5 (1998), Barcelona.

4.- GUILLAMON, Agustín (ed.): Documentación histórica del trosquismo español (1936-1948). De la guerra civil a la ruptura con la IV Internacional. Ediciones de La Torre, Madrid, 1996.

5.- PRÉVAN, Guy: Benjamin Péret, révolutionnaire permanent. Editions Syllepse, Paris, 1999.

B.- Algunos artículos de Jaime Fernández, firmados J. Costa:

– «La represión stalinista». Revolución. Boletín de la Sección Española de la IV Internacional, nº 1. [París], (1948).

– «Lo que dice Costa». Boletín de discusión nº 26 del Grupo comunista internacionalista, Paris, febrero 1949.

– «Tarea y responsabilidad de los revolucionarios». Alarma, 30 serie, nº 1. [Barcelona], (abril 1977).

– «Violencia revolucionaria». Alarma nº 2 (agosto 1977)

– «Trampa nacional». Alarma nº 4 (primavera 1978).

– «Como los buitres». Alarma nº 5 (verano 1978).

– «Democracia y lucha de clases». Alarma nº 6 (otoño-invierno 1978).

– «Stalinismo, anti-stalinismo». Alarma nº 13 (mayo 1982).

C.- Artículos complementarias a consultar en la web SER HISTÓRICO:

Kielso, Aage: serhistorico.net

Masó, Albert: serhistorico.net

Munis G.: serhistorico.net

Narwicz, Leon: serhistorico.net

Péret, Benjamin: serhistorico.net

Quesada, José: serhistorico.net

D.- Texto de la octavilla de la SBLE, repartida en las barricadas barcelonesas el 5 de mayo de 1937

Viva la ofensiva revolucionaria.

Nada de compromisos. Desarme de la Guardia Nacional Republicana y de la Guardia de Asalto reaccionarias. El momento es decisivo. La próxima vez será demasiado tarde.

Huelga general en todas las industrias que no trabajen para la guerra hasta la dimisión del gobierno reaccionario. Sólo el Poder Proletario puede asegurar la victoria militar.

ARMAMENTO TOTAL DE LA CLASE OBRERA

VIVA LA UNIDAD DE ACCIÓN CNT-FAI-POUM

VIVA EL FRENTE REVOLUCIONARIO DEL PROLETARIADO

EN LOS TALLERES, FÁBRICAS, BARRICADAS, ETC: ¡COMITÉS DE DEFENSA REVOLUCIONARIA!

Sección bolchevique-leninista de España (por la IV Internacional)

Octavilla de la SBLE del 4 de mayo de 1937, distribuida el 5 en las barricadas, reproducida en La Lutte Ouvrière, número 48 del 10 de junio de 1937


Fuente → serhistorico.net

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