A pesar de su papel clave en la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE) y como director del Hospital de Carabineros durante la Guerra Civil, el doctor Luis Calandre Ibáñez sigue siendo ignorado por la historiografía, omisión que persiste en publicaciones recientes.
Es inaceptable que investigadores no consulten los documentos oficiales accesibles de las actas de la Junta para Ampliación de Estudios (JAE). Dejando, de nuevo, fuera de la historia de la ciencia al doctor Luis Calandre Ibáñez, eminente cardiólogo, perteneciente a la escuela de Cajal y director del Hospital de Carabineros.
Esto es lo que acaba de ocurrir con el reciente libro "Ciencia y Política en España de la JAE al CSIC", coordinado por Antonio F. Canales Serrano, editado con financiación del Ministerio de Ciencia. Canales es catedrático de Historia de la Educación, Universidad Complutense de Madrid.
Aunque no me ha llamado mucho la atención, siguiendo la tendencia oficial, que no cite a mi abuelo, el eminente doctor Luis Calandre Ibáñez, como subdelegado de la JAE en Madrid durante la Guerra Civil, voy a tomarme la molestia de transcribir algunos párrafos de las actas de las sesiones que tuvieron lugar en el año 1938 en el local del Institut de Estudis Catalans, calle Les Corts 630 (Diputació de Barcelona), donde se prepara su nombramiento para abrir en Madrid una oficina de enlace entre la Junta Delegada de la JAE en Barcelona y la central de Madrid, debido al intenso intercambio.
Secuencias en Barcelona, nombramiento oficial de Calandre:
Sesión del libro de actas de 8 de octubre de 1938: asisten los señores Márquez, Machado, Riba, Navarro Tomás, secretario M., Royo Gómez, vicesecretario: temas, entre otros.
Subdelegación en Madrid de la Comisión Delegada para las consultas y asuntos que se presenten.
Sesión del libro de actas de la Comisión Delegada en Barcelona de la JAE, 12 de noviembre de 1938: toma de posesión de la Junta para Ampliación de Estudios en Madrid de Calandre, y retribución por este encargo e instrucciones para su actuación.
Desde la central en Madrid, el 26 de octubre de 1938, Duque de Medinaceli, Lapesa, comunica a José Royo Gómez que Calandre ha recibido el nombramiento y cambiado impresiones con nosotros. Como el oficio del nombramiento de Calandre como subdelegado ha desaparecido o sido destruido, como tantos documentos comprometidos, he tenido que basarme en otros documentos oficiales, como estas actas de la Comisión Delegada.
Estas y otras actas de las sesiones que tuvieron lugar en Barcelona, desde mayo a diciembre de 1938, se encuentran en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, Ministerio de Cultura. En ellos comprobamos el nombramiento y toma de posesión de Calandre como subdelegado, que inmediatamente puso en práctica, como vemos en la carta dirigida a la contable Calvillo, de la Residencia de Señoritas, en Madrid. Membrete de la Subdelegación, JAE, Duque de Medinaceli, Madrid, diciembre de 1938.
La pregunta es por qué se empeñan, estos y otros historiadores de la Junta para Ampliación de Estudios, en esta burda manipulación, cuando mi abuelo fue el que creó el primer laboratorio de la JAE en la Residencia de Estudiantes en 1910, y el último subdelegado de la JAE que estuvo resistiendo en Madrid, mientras dirigía el Hospital de Carabineros, situado en la Residencia de Estudiantes, en 1939, donde se hizo construir por la II República un refugio antiaéreo para proteger a los milicianos enfermos de malaria.
Luego fue duramente represaliado, depurado por los franquistas, cosa que en este libro que hemos comentado al principio no se dice. No aparece entre los depurados.
Aniversario de su fallecimiento en 1961
Pronto, el 29 de septiembre, será el 63 aniversario de la muerte de Luis Calandre Ibáñez, del que seguro nadie se acordará. Vaya este artículo mío en su honor, tan mancillado por los historiadores de la ciencia y la medicina, al ignorarlo, salvo algunas excepciones, libro tras libro, exposición tras exposición, año tras año. Y así llevamos ya 20 años, hasta que el cuerpo aguante, esta carrera de fondo contra la ignorancia y la manipulación de la historia de la ciencia y la medicina.
Fuente → nuevatribuna.es
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