Represión franquista en San Fernando (Cádiz). Asesinatos mediante farsas judiciales

En fechas posteriores, a la entrada y represión ejercida por los criminales franquistas, los mismos administradores municipales del “nuevo” régimen dieron a conocer un informe en el que dieron cuenta de que en San Fernando nunca hubo por parte de la población Republicana ningún atisbo de arbitrariedad, violencia, o atentados contra propiedades o personas. No se destruyeron casas ni edificios públicos, ni fábricas, comercios, bancos, museos, no se destruyeron obras de arte, no se atentó contra iglesias, conventos, capillas. A nadie asesinaron los Republicanos. Calles, puentes, ferrocarriles, puertos, estaciones destruidas, ninguna.

No obstante los sublevados fascistas de 1936, arrastraron a la muerte a decenas de Republicanos durante el verano de 1936, y a otros muchos en fechas posteriores mediante criminales bandos de guerra. Tampoco de esta matanza se libraron marineros y marinos leales a la República, aunque algunos, pocos de ellos, fueron sometidos en estas fechas a juicios sediciosos. A partir de 1938 tuvieron lugar farsas judiciales contra personal civil, un entramado legal estructurado para dar una apariencia de legitimidad a los asesinatos, pero cuyo único objetivo real era acabar definitivamente con cualquier oposición al nuevo régimen establecido por los sublevados, mediante condenas a muerte y el establecimiento de un clima de terror. En toda España, los tribunales que dictaban las sentencias estaban formados exclusivamente por militares, vulneraron todos los derechos asociados a un proceso judicial normal. La aplicación de acusaciones de ‘rebelión militar’ o ‘auxilio a la rebelión’, contra personas que defendían precisamente el orden legal Republicano establecido el 14 de Julio de 1931, era una monstruosidad jurídica.

El 7 de Octubre, tras una farsa judicial, Vicente Gómez Gómez, 23 años, natural de Santa Fe (Granada), hijo de Rafael y Nieves fue asesinado en San Fernando. Y el 26 de Noviembre, Sebastián Lobato Ramírez, 51 años, empleado del resguardo de consumos, natural de San Fernando, murió extrañamente eviscerado en San Fernando, estaba. Estaba casado con María Nonasco Vargas, dejó un hijo.

Ya en 1938, José Batista Vela, fue condenado en consejo de guerra a pena de prisión en el Penal de la Casería de Ossio. En la cárcel contrajo una enfermedad que le produjo la muerte. El 9 de Enero de 1938 Felipe Palma Albarrán, 53 años, hijo de Antonio y María, sin instrucción, murió de bronconeumonía en el hospital de San Carlos mientras cumplía pena de cárcel. Había sido condenado por comunista, y por llevar una bandera con el puño en alto en una manifestación. El 27 de Mayo fusilaron a José García Castellón por sus ideas extremistas.

El 20 de Agosto de 1938 los fascistas sometieron a una farsa judicial y asesinaron en San Fernando a varios Republicanos nacidos y vecinos de Grazalema (Cádiz), a los que que después arrojaron a una fosa común: El Jornalero Francisco Palacios Tornay, 30 años, hijo de Juan e Isabel. Profesión del campo, estaba casado con Ana Peña Becerra. Dejó 3 hijos; Igualmente el Jornalero Julián Álvarez Calle, de 27 años, Y el zapatero Pedro Rincón Román de 22 años, hijo de José y María Jesús; también era zapatero Ramón Vega Román, 41 años, hijo de Diego y Teresa, casado con Ana Castro Sánchez. Dejó 7 hijos; Diego Román Palma, era un jornalero de 27 años, hijo de Juan José y María; Juan Gómez Pérez tenía 29 años, era hijo de Andrés e Isabel, estaba casado con Francisca Ríos Borrego. Dejó 3 hijos

– En 1939, Antonio Regidor Moreno, 36 años, natural de San Fernando. Y residente en Figueres (Alt Ampurdá, Girona). Fue sometido a juicio en la prisión del Puerto de Santa María, acusado de traición, y directamente asesinado. 

– El 7 de Mayo de 1940, Cristóbal Cepillo De Los Reyes, natural de San Fernando, fue fusilado en Castellón. 

– Antonio Cereceda Besada, escribiente del Registro de la Propiedad, afiliado a Izquierda Republicana fue encarcelado el 18 de agosto de 1936 en la prisión municipal. A los 10 días, por orden del comandante militar de la plaza, Ricardo Olivera Manzorro, fue conducido al Penal de la Casería de Ossio. Sometido a consejo de guerra y condenado a 6 años. Aunque fue liberado en 1940, las secuelas le arrastraron a la muerte por arterioesclerosis.

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El Primer DNI Republicano