A medio siglo de distancia de una dolorosa tragedia de la emigración extremeña en la carretera, un recordatorio de la misma, un contexto histórico necesario y una reflexión de presente.
Los planes de la Junta para el retorno de jóvenes en el extranjero no están pensados para enfrentar el problema de verdad. La Junta no genera empleo público para los jóvenes.
En efecto, este no será el primer accidente colectivo ni el último que aflija a los emigrantes de Extremadura. En la memoria estaba bien reciente otro siniestro estremecedor: el 21 de diciembre de 1971, en las vísperas de las navidades y también en Zaragoza, el río Ebro se había tragado a otros diez parias de Extremadura, al precipitarse el autobús en sus aguas.
José María Pagador daba cuenta de ello en un poema que titularía Sangre extremeña en el Ebro. Dos de sus estrofas dicen así:
“De la emigración venían, por diciembre hasta sus pueblos;
venían para Navidad, llegaron para su entierro.
Eran de esta Extremadura donde el pan les era incierto
y vinieron a morirse en un río forastero”.
El 19 de junio de 1984 un nuevo accidente se ensañará con emigrantes extremeños. 11 muertos y 10 heridos será el balance de la tragedia. El autobús había salido de Quintana de la Serena y se dirigía a Bilbao. El accidente se produjo a cinco kilómetros de Salamanca y en él perecerían emigrantes que proceden de Perales del Puerto, Zalamea, Campanario, Monroy y Montánchez.La emigración ha sido y es una de las grandes heridas de Extremadura.
Como ha señalado Moisés Cayetano, la persona que sin duda más ha investigado la emigración en nuestra tierra, entre 1951 y 1975 Extremadura perdió más del 45% de su población. La pérdida ascendería nada menos que a 403.204 personas en la provincia de Badajoz y a 268.219 en la de Cáceres
Como ha señalado Moisés Cayetano, la persona que sin duda más ha investigado la emigración en nuestra tierra, entre 1951 y 1975 Extremadura perdió más del 45% de su población. La pérdida ascendería nada menos que a 403.204 personas en la provincia de Badajoz y a 268.219 en la de Cáceres. “Si a ello unimos el crecimiento vegetativo que los emigrantes generan, y que al tratarse de una población joven es superior al de aquellos que no emigraron, podemos afirmar que la pérdida real supera al 50% de la población”. Y para más inri, como demuestra el Instituto Nacional de Estadística, la sangría continúa. Datos del 1 de julio de 2024: Extremadura es la única región que pierde población mientras España bate su máximo histórico.
Fuente → elsaltodiario.com
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