El 2 de abril de 2024 se van a cumplir 90 años de la creación de Izquierda Republicana. Aun vigente, este partido político nació como consecuencia de una serie de hechos que condujeron a una catarsis muy necesaria en la izquierda republicana. ¿De qué hechos hablamos? Por ejemplo, los malos resultados que obtuvieron en las elecciones de 1933 los diferentes partidos que se presentaban en el arco republicano de las izquierdas. Pero también los cambios que se hicieron en la ley electoral en el verano de 1933, el desgaste normal de haber encabezado un cambio tan significativo como lo fue el hecho de pasar de una monarquía a un régimen republicano. También los continuos alzamientos desde el ejército, las revueltas en zonas industriales, etc.
Todo ello condujo a la reflexión de los líderes e ideólogos de partidos y agrupaciones republicanas, puesto que la dispersión de fuerzas políticas había sido un fracaso frente a la unión de las derechas. Figuras de la talla de un renacido Manuel Azaña, Marcelino Domingo o desde tierras gallegas, Santiago Casares Quiroga, comenzaron a mover un engranaje lento y dificultoso que consiguiera aunar en un solo partido las diferentes formas de ver y hacer la república, pero desde diferentes ángulos dentro de la propia izquierda. Hablamos de la suma de fuerzas que se centró principalmente en Acción Republicana (la agrupación de Azaña), los miembros del Partido Republicano Radical Socialista Independiente (bajo el mando de Marcelino Domingo) o los galleguistas de la Organización Republicana Gallega Autónoma, que eran dirigidos por Santiago Casares Quiroga.
Y hemos de decir que no fue un proceso sencillo; desde un primer momento surgieron fricciones, desconfianzas, adhesiones y separaciones, comentarios de toda índole. Pero en el fondo subyacía una necesidad perentoria de encauzar la República por los postulados bajo los que había nacido.
El camino hacia la fusión lo emprendieron de forma seria, aunque no oficial, en febrero. Pero fue marzo el mes con más reuniones, noticias al respecto y movimientos estratégicos de todo tipo, tanto favorables como tendentes a desequilibrar un acuerdo que de salida ya parecía abocado a concluir con éxito. Muestra de ello se puede seguir en la cuenta creada por la Asociación Manuel Azaña en la red social X, bajo el nombre de @IR_90aniv, donde a lo largo de más de 100 posts, hemos podido seguir el día a día de las negociaciones, como si estuviéramos en el propio año de 1934. Para ello se ha utilizado la Biblioteca Virtual del Patrimonio Histórico, con la que hemos podido atestiguar a través de muchos y diferentes medios de prensa, cómo fue transcurriendo el camino a la fusión en un solo partido.
Marzo de 1934, a pesar de ser un mes complicado, puesto que se decretó un estado de alarma y pasaron a prohibirse todo tipo de actos o reuniones políticas, conduciría finalmente a la unión de los partidos. De hecho, fue a principios de ese mes cuando ya se barajó un proyecto de Estatuto de I.R., que se puede consultar en Galiciana, el Archivo Digital de Galicia, gracias al fondo donado por la familia de Casares Quiroga y que os adjuntamos aquí para su consulta.
Finalmente, tras muchas reuniones, declaraciones y noticias al respecto, una vez levantada la prohibición por parte del Ministerio de la Gobernación de realizar actos políticos, se llegó al acuerdo de que el día 31 de marzo se reunirían por separado los miembros de Acción Republicana, la O.R.G.A. y el P.R.R.S.I. a fin de disolverse definitivamente y así poder acudir a la Asamblea de fusión, que se había anunciado para los días 1 y 2 de abril de 1934.
Gracias a la prensa del momento, vamos a glosar lo que allí sucedió y cómo se llegó a la proclamación de Manuel Azaña como líder de Izquierda Republicana, un partido que en apenas año y medio llegaría a conseguir 87 diputados en las elecciones de 1936.
Domingo, 1 de abril de 19341
Sede del Partido Radical Republicano Socialista Independiente. Palacio de la Prensa de Madrid, Plaza de Callao (entreplanta).
12 h.: Sesión inaugural. Salón atestado de público. Los afiliados llevaban brazaletes con los colores nacionales.
Entre los asistentes: Victoria Kent, Francisco Barnés, Antonio Zozaya, Luis Bello, Honorato de Castro, Isidoro Vergara, Manuel Andrés Casaus, Augusto Barcia, Antonio Lezama, Emilio González López, Enrique Ramos, Carlos Esplá, Pedro Vargas, Emilio Palomo, Alejo García,…
Presidencia del Congreso: Emilio Baeza Medina, Emilio González López, Torres Ruiz.
Abrió el congreso E. Baeza Medina, saludando en nombre de los tres comités de las tres agrupaciones que pasaban a integrar la nueva formación.
Después se pasó a elegir la Comisión dictaminadora de actas, aceptándose la propuesta para la mesa presidencial: Manuel Muñoz, Antonio Velao, Emilio González López, Francisco Barnés, Manuel Álvarez Ugena, Salvador M. Fontela, Francisco Carreras Reura, Gregorio Villarías y Manuel Insúa.
Se suspendió la sesión para que la Comisión dictaminadora pudiera hacer su trabajo. Mientras sucedía esto, hicieron su entrada en el salón los señores Azaña y Casares Quiroga y un poco después, Marcelino Domingo, quien fue recibido con grandes aplausos y vivas a la República.
A las 13 horas se reanudó la sesión. Desde la Comisión dictaminadora de actas, el señor Carreras Roure dio cuenta del dictamen y se aprobaron todas las actas, con excepción de las de Cáceres y Alicante por defectos en la presentación de la documentación de sus representantes.
Aprobadas el resto de actas, quedó constituido el Congreso y el señor Baeza Medina dio lectura a las propuestas de las Mesas de discusión y Comisiones en que se había de dividir la Asamblea
Desde las juventudes de Madrid, uno de sus miembros solicitó que las juventudes estuvieran presentes en las comisiones de Estatutos y afiliados, lo que se acordó por aclamación. Se discutieron las actas anteriormente rechazadas y finalmente se aprobaron, habiéndose comprobado su veracidad. Se hizo también una lectura de una carta que enviaba desde la prisión el señor Biedma, ex director de Telecomunicación.
Se leyeron los nombres definitivos de las comisiones, que fueron aprobados por aclamación y se reunieron inmediatamente para empezar a trabajar.
Se suspendió la sesión hasta las 18 horas de la tarde.
Azaña, Domingo y Casares Quiroga salieron a la calle, donde fueron ovacionados por los transeúntes de la Gran Vía.
A las 18:15 se reanudó la Asamblea bajo la presidencia de la primera mesa de discusión, formada por don José Estruch, don Arturo Gómez Lobo y don José Díaz. Se leyó el acta de la mañana y fue aprobada.
Inmediatamente ocupó la presidencia la segunda Mesa, constituida por don Mariano Gómez, don Francisco Casas y don Felisindo Álvarez Sexteira. Se leyó el dictamen de la Comisión de Ideario político. El señor Manteca, delegado por Canarias, impugnó las bases 12 y 16, que trataban de las comunicaciones marítimas, en el sentido de que debía estructurarse un proyecto de crédito marítimo. Augusto Barcia, aclaró cuantas dudas surgieron. También Mariano Ruiz Funes solicitó algunas aclaraciones al art. 17 de aquel programa, que trataba de la reforma agraria y, especialmente, de la aparcería. También contestó Augusto Barcia.
El delegado por Navarra, señor Bengaray, pidió la incorporación al dictamen de la cuestión relativa al rescate de bienes comunales. A lo que el señor Barcia contestó que ya estaba prevista por la Comisión.
Quedó aprobado, por tanto, el tercer punto del orden del día de la Asamblea.
Antes de pasar al cuarto punto, que trataba del “proyecto de Estatutos del partido”, se leyeron numerosos telegramas y telefonemas dirigidos a los asambleístas y Azaña o Domingo.
Seguidamente, el señor Serrano Batanero, en nombre de la Comisión de Estatutos, comunicó que únicamente habían logrado llegar con sus trabajos hasta el art. 30., y que habían sido aceptadas y estudiadas con todo detenimiento todas aquellas enmiendas presentadas dentro del plazo reglamentario.
El señor Ballester Gozalvo procedió a la lectura de los Estatutos dictaminados por la Comisión correspondiente. Algunos de los autores de enmiendas defendieron sus diversos puntos de vista, que fueron analizados por los señores Serrano Batanero, Escobedo y Ballester.
A las nueve y media de la noche terminó la sesión, al llegar a la aprobación del art. 30 del dictamen. El señor Mariano Joven previamente advirtió a los asambleístas que los autores de las enmiendas presentadas al resto de los artículos que faltaban por aprobarse, deberían dirigirse ante la Comisión para abreviar la labor de asimilación y acoplamiento de aquellas.
El lunes 2 la Asamblea debía arrancar a las diez y media de la mañana. Faltaban por aprobar 15 artículos del proyecto de Estatutos, así como las disposiciones generales y transitorias de los mismos.
También deberían discutirse los siguientes puntos del día:
Quinto. Proyecto de declaración sobre la condición de afiliado y organización económica del partido.
Sexto. Proyecto de declaración política sobre la actuación pública e inmediata de IR
Séptima. Elección del Consejo nacional.
Lunes día 2 de abril de 19342
A las 11 de la mañana dio comienzo el segundo día de la Asamblea, continuando con los temas que figuraban en el orden del día. Después de examinado el ideario del partido fue aprobado. Se dio cuenta de los trabajos de la ponencia encargada de la declaración política.
El señor Ruiz-Funes, por la Comisión, glosó los fundamentos de la declaración manifestando que la unión entre las fuerzas republicanas no debía producirse solo por una coincidencia en las ideas, sino también porque existía una coincidencia de conducta que llevaría a la identidad de los imperativos morales.
Después de esto, se levantó la sesión, acordándose reunión para las 16 h. con motivo de la elección del Comité nacional. También se anunció discurso del señor Azaña para las 18 horas.
Por la tarde se celebró la última sesión de la Asamblea de partidos para constituir el bloque de elementos políticos de izquierdas.
En esta sesión se discutió el punto séptimo, procediéndose después a votar las personas que habrían de constituir el Comité nacional. En la votación fueron depositadas 81 papeletas, de las cuales 66 aceptaban la candidatura propuesta por la ponencia sin modificar y 15 con ligeras modificaciones. Hecho el escrutinio fue elegido presidente don Manuel Azaña, vicepresidente don Marcelino Domingo y secretario general don José Salmerón. Además fueron proclamados 25 vocales.
El Consejo Nacional de Izquierda Republicana queda formado por las siguientes personas:
Presidente – D. Manuel Azaña Díaz (81 votos)
Vicepresidente – D. Marcelino Domingo Sanjuán (79)
Secretario general – D. José Salmerón (78)
Vocales – D. Santiago Casares Quiroga (81), José Sánchez Covisa (81), Teótico Sevilla (80), R. Seijas (80), Manuel García Becerra (80), Ramón de Viguri (80), Salvador Quemades (80), Gabriel Franco (81), Valentín Álvarez (81), Gregorio Vilatela (81), José María Díaz Villamil (81), José Palanco Romero (80), Juan José Cremades (80), Tomás Martín Hernández (81), Manuel Muñoz Martínez (81), Emilio Artal (81), Francisco Pérez Carballo (81), Mariano Ruiz Funes (81), Luis Bello Trompeta (78), Santiago Pi y Suñer (78), Manuel Andrés (77), Felisindo Álvarez Xesteira (77), Mariano Joven (8), Emilio Baeza Medina (3) y Francisco Barnés.
Después de haber sido designado presidente del Comité el señor Azaña, este pronunció unas palabras de gratitud para todos cuantos le votaron. Se ocupó detalladamente de la gestión del Gobierno durante el tiempo que estuvo al frente del Gabinete y expresó el deber que tenían todos los republicanos de lograr que la República se desenvolviera adecuadamente y con arreglo a sus postulados.
También se ocupó de su estado de ánimo en aquel momento, expresando el deseo de que no se hubieran acordado de él al formar el Comité nacional.
Analizó la gestión del Gobierno en aquel momento y dijo que habían pasado ya 6 meses, tiempo suficiente para juzgar con acierto la labor que llevaba realizada.
Dijo que I.R. debía dar batalla en varios frentes: tanto frente a los poderes públicos como frente al país. Habían formado un partido fuerte que debía de actuar con eficacia y energía para lograr la paz y la tranquilidad públicas, que debía convertirse en el primer afán.
Azaña fue muy aplaudido y felicitado al terminar su discurso.
Fuente → manuelazana.org
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