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El laicismo escolar republicano en Baltasar Champsaur Sicilia (1854-1934) / Olegario Naegrín
IV Coloquio de Historia de la Educacion
Palma de Mallorca, 1986
El laicismo escolar republicano en
Baltasar Chaapsaur Sicilia
Olegario Naegrín Fajardo
Universidad a Distancia
Baltasar Champeaur Sicilia, que nació en Las Palmas de Gran Canaria, el 3 de noviembre de 1854 (1) y falleció en la misma ciudad, a finales de 1934, puede ser considerada por su obra escrita y por la importancia de las actividades que desarrolló, uno de los autores contemporáneos más dignos de aparecer como representante de la intelectualidad canaria de la segunda mitad del siglo XIX y especialmente del primer tercio del S. XX.
Sin embargo, Chaapsaur Sicilia es prácticamente un desconocido incluso para los estudiosos de la cultura canaria contemporánea, como lo revela el hecho de la dificultad de encontrar su nombre y sus obras en enciclopedias, antologías e historias de la literatura insulares(2).¿Cómo ha sido esto posible con un hombre que, en el decir de uno de sus discípulos, ¿presento y fue “ejemplar arquetipo de una clase de profesor que no abunda desgraciadamente mucho en España, Alternador de cátedra y libro? Biclinio de educador y escritor. ¿En su ideal entierro he creído ver un ardido cortejo, donde Ortega y Gasset, Unamuho, Marañón, Cajal, Pidal, Machado, Diego, Guillen, Salinas, constituían "esmerada vanguardia"? (3).
En nuestra opinión, una de las razones fundamentales de olvido en que se ha tenido a B. Chaza psaur ha sido su militancia política y su decidida lucha por la liberación espiritual y material del ser humano.mAutores de mucha menor calidad y - de menor trascendencia y sustancia, pero poco conflictivos, pisa el poder, permanecen en el recuerdo colectivo a través de semblanzas y otras rememoraciones convencionales; nuestro autor, que se codeó con la intelectualidad española de su época y trascendió los límites insulares con su obra y pensamiento, ha sido dejado caer en el olvido.
B. Champsaur hizo sus estudios primarios y secundarios en Las Palmas y los universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona. Terminada la licenciatura hizo oposiciones a cátedras de Francés e ingresó como profesor en el Instituto de Mataró, donde ejerció durante algunos años.
Se sabe que en la década de los ochenta viajó repetidas veces a las Baleares y ya en 1887 había sido trasladado a Palma de Mallorca, donde continuó impartiendo la cátedra de francés en el Instituto de Segunda Enseñanza y, a la vez, fue nombrado director de la Escuela Libre. En Palma permaneció hasta 1912, desarrollando una intensa labor social, educativa y política en diversas asociaciones obreras y liberales, dictando numerosos curaos y conferencias. De esta época data su intercambio epistolar con Miguel de Unamuno y Francisco Giner de los Ríos (5).
A principios de 1912 fue trasladado al Instituto de La Laguna en Tenerife, donde ejerció durante cinco años y conoció de cerca a las principales figuras del mundo de la cultura y la enseñanza de entonces: L.Rodríguez Figueroa, I. Maffiotte, A. Cabrera Pinto, A.Zerolo, E.Rodríguez Francés, etc. Colaboró frecuentemente en los periódicos y revistas de Santa Cruz y publicó algunas de sus obras fundamentales: su novela Mi muerta (191 A) y sus ensayos Nueva religiosidad(1913) y Hacia la cultura europea (1917).
A mitad de 1917 se trasladó a Las Palmas como director del Instituto de dicha ciudad, continuando en su cátedra de francés, hasta su jubilación en 1924. En Gran Canaria sigue evidenciando su interés por la educación y la pedagogía y aumenta considerablemente su producción periodística y literaria. Por el ideal socialista. Humanización del arte. Transformismo. Anotaciones. Religión filosófica. La Escuela Laica. etc.
En Las Palmas reanuda viejas amistades de juventud y entra en contacto con los intelectuales liberales: Hermanos Millares, F.González Días, Dr. A. Bosch Millares y los jóvenes progresistas que lo visitaban en su retiro del Puerto de la Luz. Fue durante varios años presidente de la Agrupación Socialista de Las Palmas.
Su última etapa fue la de un hombre enfermo y solitario. Soy, viejo y muy viejo y solo, solo. La muerte me arrebató hace un año y medio a mi última compañera, la dulce Sisita que había sacrificado a mi soledad su juventud esplendorosa...” (6). Sin embargo, con la instauración de la II República recibió nuevos bríos y volvió a escribir apasionados artículos y a dar conferencias políticas sobre lo que había sido el ideal de su vida y cuyo advenimiento vislumbraba ya desde la Dicta-blanda :” Es una fortuna vivir en una época de rebeldía, de duda y de incredulidad, fuente de liberación en todos los órdenes de la conducta y del pensamiento. ¿Es una fortuna respirar el ambiente de fina racionalización deseada, lo mismo para la vida política como para las graves y urgentes cuestiones sociales del mundo entero? Es una fortuna poder asistir a la aparición, del soberano poder del proletariado... Y si es una desgracia también haber visto su portar a esta pobre España una dictadura loca de siete años y otra, algo menos loca, que aún vive, es una fortuna sentir el estremecimiento democrático y realmente liberal que surge de lo. días hondos de la entraña del pueblo español, que no tardará demasiado en dar pruebas de que no es tan manso como pretenden los mandarines •' (?).
Su concepción filosófica
Champsaur se declaraba agnóstico, en cuanto a su concepción filosófica del hombre y del mundo, y socialista en política; en su obra se aprecia también la incidencia del pensamiento krauslsta, de los planteamientos educativos de la Institución Libre de Enseñanza en su versión más radical y del darvinismo (8).
El punto de partida de Champsaur es la necesidad de formar en el hombre la convicción de que "el primer deber de todo".
El espíritu recto no es ni ocultar ni velar su pensamiento, contente o disguste a los demás. Basta estar a bien con su conciencia... Todo pensar que no sea nuestro, o que no sea aceptado libremente por nosotros mismos, debe rechazarse sin vacilación" (9).
El segundo principio en torno al que gira todo su pensamiento filosófico es el de que "las opiniones no pueden ni deben referirse nunca más que a las verdades evidentes o a las verdades demostrables", que, en su opinión, son las que no ejercen coacción o imposición sobre nosotros en oposición a la mayor parte de todo cuanto nos rodea que pertenece a la inmensidad de lo probable,"no solamente en las cuestiones filosóficas y las llamadas metafísicas, sino hasta en los problemas de puro carácter científico"(10).
Un tercer principio surge de la distinción entre la manifestación de necesidades intelectuales y necesidades físicas en las colectividades políticas. Dentro de esas necesidades imperiosas destaca Champsaur la de la enseñanza, "uno de los problemas más trascendentales de todos los países". De ahí que, en su opinión, sea el Estado,"por su poder, por su naturaleza, por sus fines y por su independencia, el único que puede encargarse de sostener y organizar, sin imposiciones de nadie, absolutamente de nadie, la enseñanza nacional, forja de donde ha de salir la nación de mañana, iluminad» y fortalecida con todas las adquisiciones de la ciencia, las imposiciones racionales de la más pura moral, la savia regeneradora del arte y la más que humana inclinación al bien..."(11).
Es importante observar que, inmediatamente, realiza nuestro autor una matización a la afirmación anterior: "Nosotros aspiramos siempre a la menor cantidad de Estado: pero hoy, en el asunto de la enseñanza, es un deber de toda persona realmente civilizada, apoyarlo y defenderlo para que nadie le arrebate esta función suya trascendental...". Champsaur es tajante respecto a quién debe controlar la enseñanza pública. Te da la enseñanza, que está y debe estar solo a su cargo, debe participar de la misma índole civil o laica, que el mismo Estado" (12).
Escuela laica y laicismo escolar Champsaur no se muestra partidario del neutralismo escolar propugnado por otros educadores contemporáneos y sí del laicismo escolar, que llevaba consigo el no enseñar religión alguna en la escuela. Pero, ¿por qué rechazar la enseñanza de cualquier religión de la escuela? Tira nuestro autor, uno de los componentes fundamentales de toda religión son los dogmas, los ritos y el culto, y ante ello se pregunta:"!, es esto lo que van a enseñar las religiones en la escuela?.¿Enseñar dogmas que no entienden ni los mismos que los enseñan?.¿Qué hará la inteligencia de los niños ante semejante misterioso negruras? ¡Seguramente, quedar ciegos y sordos y con el vértigo de lo incomprensible! ¡El niño, que no quiere sino luz, comprensión, inducciones o deducciones lógicas, si pudiera ser, visibles y tangibles! No es este manjar ni siquiera para inteligencias ya formadas... ¿Es posible que no se tengan escrúpulos, y hasta que se tenga la audacia de llevar al alma del niño tales monstruosidades? "Realmente esto constituye un delito moral, para el que la pedagogía científica debiera tener una sanción inexorable" (13).
Por lo que se refiere al supuesto derecho de los padres a decidir la educación religiosa de sus hijos, Champsaur es terminante: " ¡Derechos de los padres!. Ninguno, absolutamente ninguno. Toda persona es sagrada e inviolable. Nadie puede atentar a su libertad y a su independencia, en cuestiones que solo dependen de su libre determinación” (1i|). En su opinión, las creencias religiosas solo deben ser enseñadas a partir de los dieciocho años, "pero solo en las iglesias y en el seno de las familias". En la enseñanza, jamás..." . Sin embargo, admite que en los institutos y universidades debe enseñarse la historia de las principales religiones y, asimismo, que deberían publicarse libros populares para que se extendiesen dichos conocimientos.
Aunque ya hemos sugerido algunas ideas básicas para entender los objetivos, la finalidad y el alcance de la escuela laica, siguiendo el pensamiento de 3. Champsaur, conviene que precisemos más en concreto su concepción de laicismo escolar.
El fin de la escuela laica es para Champsaur, “la vigorización racional y la iluminación intelectual y ótica de los jóvenes a quienes educa e instruye, libre de la dañina rigidez y estancamiento de una creencia religiosa, que, en cuanto a lo dogmático, que es lo único que tiene de religioso, no contiene ni una sola verdad, ni evidente ni demostrable, circunstancia que la hace en absoluto perjudicial en la verdadera acción pedagógica de la primera enseñanza"(15).
Para nuestro autor, todo en la escuela laica, "tiene y debe tener el carácter de lo demostrable, de lo explicable, de lo fácilmente concebible , de lo asimilable, de lo que ilumine y vigorice y dilate lentamente el reducido horizonte de la mente infantil". El fin de la acción libre de las "energías intelectuales y morales laicas es forjar hombres fuertes de cuerpo y espíritu, de personalidad libre e independiente, cuyos actos han de ser completamente suyos, y suyos desde el alumbramiento de la razón hasta la muerte"(16).
El ideario librepensador de Champsaur queda expuesto con la claridad didáctica que le caracteriza: " .-"Porque el espíritu laico no quiere niños-merengues, muchos hipócritas, de raquítica y sumisa personalidad, incapaces de las fuertes resoluciones y del sentido humano desinteresado de la vida". Nosotros somos nacidos y forjados al aire libre, y ellos son plantas desmirriadas de estufa, a las que un ventanal abierto marchita y mata" (17) .
"La característica de la escuela laica propugnada por Champsaur es la de entender que la escuela laica supone siempre el respeto más absoluto de la libertad de conciencia, y el respeto más absoluto a todas las religiones positivas: "Solo la escuela laica puede dar su enseñanza honradamente, racionalmente, humanamente, con la tolerancia y el desinterés de una institución consciente de sus altos deberes pedagógicos... La escuela laica es, sin duda, lugar de pacificación y de hermandad" (18) .
Como resumen del planteamiento pedagógico de Champsaui* se puede decir que la escuela laica que propone es la misma por la que la burguesía liberal española había venido luchando desde finales del siglo XVIII, caracterizándose a grandes rasgos por su independencia del poder religioso, facultar la educación y la instrucción de hombres autónomos, capaces de actuar por sí mismos, en función de su conciencia, y por ofrecer una formación integral, que tuviese en cuenta las diversas facetas educables de cada persona.
¿Hasta qué punto una escuela de las características señaladas tenía cabida en la España de los años treinta que conocía Champsaur y, más en concreto, en la realidad canaria de entonces ?. ¿Era posible compatibilizar la escuela laica y un sistema de clases sociales caracterizado por la desigualdad?.
De nuevo, las palabras de Baltasar Champsaur responden a nuestros interrogantes de una manera clara: "Cuando la sociedad esté completamente transformada y el socialismo impere en las grandes nacionalidades, devolviendo la vida a tantos millones de seres humanos que hasta hoy han vivido como muertos, entonces la escuela laica vivirá en su Verdadero elemento, sin lucha ni contradicción, como modeladora libre, insustituible, de los hombres, también transformados, en el seno de nuevas colectividades basadas en la verdadera justicia y el verdadero derecho. Todas las grandes ideas de indiscutible fecundidad para el mejoramiento de todos, se encamarán en la escuela laica como vía regeneradora.” (19).
El trozo transcrito puede ser considerado dentro de los planteamientos del más depurado socialismo utópico de los siglos XVIII y XIX, si bien nuestro autor es consciente de las limitaciones que impone la realidad española que le habla tocado vivir: "La escuela laica en este país, todavía sin oxígeno, sin virilidad y sin decisiones enérgicas, no puede implantarse. Pero todos nosotros tenemos la convicción de que no pasará mucho tiempo sin que este funesto régimen desaparezca, para dar lugar, ahora, por lo menos, al triunfo de una República lo menos burguesa posible, en la que la escuela laica tendrá su vida, noble y fecunda, asegurada” (20).
Réplica a los enemigos de la escuela laica. Utilizando los argumentos de tres escritores pertenecientes a campos ideológicos diferentes (A. Manjón, R. M- de Labra y W. Kriege), expone Champsaur lo que, a su juicio, no es la escuela laica.
A sus manos habían llegado por entonces dos folletos contra la escuela laica escritos por Andrés Manjón. La lectura, especialmente del segundo de ellos, es, en palabras de Champsaur, "tan originalmente desequilibrado, caprichoso y ligero, que el lector bien enterado de este interesante problema no puede menos de sonreír...¡ Qué arrogancia!.¡Qué desfachatez!.¡Qué pedan tezca suficiencia!'! Después de descalificar este tipo de análisis, propone "ecjiar a un lado estos escritos superficiales, sectarios , llenos de odio, incapaces de formular pensamientos serios, razonados, serenos..."(21).
Nuestro autor se muestra, por el contrario, conciliador con la idea expuesta por Labra sobre la no identificación entre enseñanza laica y enseñanza antirreligiosa: "Entiéndase bien que la recomendación de la enseñanza laica supone siempre, como ninguna otra afirmación, el respeto más absoluto de la libertad de conciencia, y el respeto más absoluto a todas las religiones positivas"(22).
Siendo coherente con su planteamiento de diálogo y aceptación. De posturas opuestas, pero razonadas, presta la atención debida al libro de 'Vilhem Kriege titulado La escuela neutra ante la luz de la verdad, aunque no está de acuerdo con sus argumentos que son "los de todos los religiosos,..Con estas premisas, los budistas pudieran declarar igualmente que el punto céntrico de toda la vida espiritual es el budismo". Por el contrario, nuestro autor defiende que el centro de la vida espiritual del hombre es "esta admirable trinidad que acompañará siempre al hombre mientras existe: la verdad, el bien y la belleza" (23).
Conclusiones
No conocemos aún suficientemente la calidad del pensamiento pedagógico canario en el primer tercio del siglo XX y durante la II República. No hay estudios suficientes para llegar a una valoración de tal naturaleza. Por eso es importante sacar a luz los planteamientos pedagógicos de Champsaur, representante de una minoría que , poco a poco, iba haciendo oír su voz, a pesar de las dificultades del momento. Sin olvidar que, sea cual sea la originalidad del autor, éste escribía, en las últimas etapas de su vida, en Canarias y, especialmente, para tranformar su medio, y , sin embargo, utilizaba datos, argumentos, bibliografía que demuestran a las claras su preparación y sus amplias y seleccionadas lecturas de filosofía, sociología y pedagogía»
¿Qué impacto tuvo la obra de Champsaur, especialmente La escuela laica, en Canarias en los años treinta?. No es fácil saberlo, dada la inexistencia de estudios sobre el particular y la escasez de datos con la que nos hemos encontrado al respecto hasta el momento. Sin embargo, es significativo el propio hecho de que fuera posible su publicación y, al mismo tiempo, la minoría lectora de la época fuera potencialmente conocedora de las ideas allí vertidas.
Si bien aún es pronto para hacer una valoración de conjunto de la obra educativa y el pensamiento pedagógico de Champsaur, sí que estamos en condiciones de resaltar la importancia que tuvo la constitución de la Liga laica canaria, adherida a la de Madrid y propiciada por la Agrupación Canaria Socialista, que trajo consigo la toma de contacto del movimiento de profesores canarios con los del resto de las regiones del Estado republicano, rompiendo así el aislamiento producido por las condiciones subjetivas y objetivas, lo que se ha venido denominando las ''peculiaridades' de nuestro pueblo.
En cuanto a su pequeña obra La escuela laica, queremos insistir en que, además de su valor intrínseco, es de destacar el hecho de ser una de las contadas obras que sobre esta materia se publicaron en Canarias en el primer tercio del S. XX.
Champsaur Sicilia pasó las últimas etapas de su vida concentrada en la publicación de su obra, en sus actividades pedagógicas y en la política activa. Su producción fue amplia y variada, siendo de destacar su coherencia temática e ideológica y la defensa de los valores del socialismo de aquella época.
En el campo educativo, la escala de valores, los objetivos y fines que señala, están en íntima relación con los principios del laicismo escolar republicano internacional, con el movimiento laico español y, asimismo, con los planteamientos de la Escuela Nueva.
Su pensamiento filosófico y pedagógico se caracteriza por el profundo humanismo y el materialismo dialéctico, ciertamente elemental, que lo impregna. El laicismo escolar de B. Champsaur es canario, español y universal; los valores que propugna coinciden esencialmente con los de los radicales, republicanos y socialistas europeos de la segunda mitad del S.XIX y el primer tercio del S. XX, enfrentados a los valores mantenidos por los grupos conservadores y, especialmente, por la Iglesia católica.
NOTAS
(1) Según su partida de bautismo, B. Champsaur nació en Las Palmas de Gran Canaria el 20 de noviembre de 185U»Libro Io de bautismo de la parroquia de San*bernardo, folio 558. Baltasar fue el cuarto hijo de Dña. Ana de los Angeles Sicilia González y de D. José Balthazard Seglsmond Champsaur Borel, natural de Marsella. Por parte de su madre era nieto del comerciante y armador de barcos D. Domingo Sicilia Sánchez, natural de la isla de La Palma y de Dña. Isabel González Bolaños, natural de Arucas. La mayoría de los datos biográficos los conocemos gracias a la amabilidad de Dña. Lola y D. Bernardo de la Torre - Champsaur, familiares directos de nuestro autor.
(2) Es de resaltar que las personas a las que hemos acudido buscando información ni siquiera conocían la existencia del autot, cuyo nombre no figura, a pesar de su copiosa producción literaria, eu la Historia de la Literatura canaria. de Artlles y Quintana. Las Palmas,. 19?8.Que sepamos la única publicación reciente que se ocupa con cierto deta lie de B. Champsaur es nuestro trabajo :’'Retablo de educadores canarios contemporáneos: de Viera y Cía vi jo a Champea ur Sicilia'’. Anuario de Estudios Atlánticos. Madrid-Las R3tlma6,n° 28, 1982,pp.7O5-76U.
(3) ESPINOSA,A. Un recuerdo. A D. Baltasar Champsaur, en el cielo de Las Palmas". La Prensa. Santa Cruz de Tenerife, 2 de septiembre de 193^.
(4) Es posible que en la Hemeroteca de Palma de Mallorca se encuentren numerosos artículos suyos, a3Í como reseñas de sus conferencias y actividades político-sociales, como la creación del Centro Instructivo de la Federación Obrera de Palma. A medida que avance nuestra investigación, de la que ahora ofrecemos sólo los primeros .frutos, se irán haciendo las comprobaciones concretas de estos aspectos aún desconocidos.
(5) Aunque en estos momentos sólo poseemos copias de dos cartas de Unamuno, otras dos de Giner y una de Pardo Baz¿u (ta das ellas cedidas por D. Bernardo de la Torre), seguimos la búsqueda de su correspondencia con personalidades del mundo cultural de su época.
(6) SILVA ROJO,F.:"Don Baltasar Champsaur". El Tribuno. Las Palmas de Gran Canaria, martes, 30 de mayo de 1933»
(7) CHAMPSAUR SICILIA, B. : La escuela laica. Las Palmas de Gran Canaria, Impr. High Life,193O, p. 3.
(8) Acerca de la preocupación darwinista de Champsaur, puede consultarse el libro de T.F. GLICK: Darwln en Eenaña. Barcelona, Edic. Península, 1982; vid., especialmente, el capit. Io :"La recepción del darwinismo en España",pp.13 y sa. y el apéndice 3°:"Títulos sobre evolucionismo én la biblioteca de Champsaur Sicilia", pp. 99 y ss.
(9) CHAMPSAUR SICILIA,B. : La escuela laica.QP. cit. , p.4;vid. también nuestro trabajo citado ¡"Retablo de educadores canarios...", pp. 750 y se.
(10) Ibidem, p.4
(11) Ibidem, p. 7
(12) Ibidem, p. 8
(13) Ibidem, p. 15
(14) Ibidem, p. 14
(15) Ibidem, p. 8
(16) Ibidem, p. 9
(17) Ibidem, p. 10
(18) Ibidem, p. 19
(19) Ibidem, p. 22
(20) Ibidem, p. 22
(21) Ibidem, p. 13.
D. Andrés Manjórx fue canónico del Sacromonte granadino y fundador de las Escuelas del Ave María. Junto al padre Poveda y otros destacados pedagogos, se constituyó en uno de los bastiones de la escuela católica en abierta oposición al movimiento liberal y progresista de Escuela Nueva y, en particular, a los planteamientos del laicismo y neutralismo escolares.
(22) Rafael María de Labra, político krausista e instituciónista, figura clave de la cultura y la educación de finales del siglo XIX. Se refiere .Champsaur en el texto transcrito a unas palabras pronunciadas por Rafael M= de Labra,55 años antea de la aparición de La escuela laica, en el Congreso de los Diputados, precisamente mientras se discutía sobre el tema educativo .‘"Pero sí he de aprovechar esta oca sión para hacer la más severa protesta contra la idea de que, al afirmarse la enseñanza laica, se afirma la enseñanza antirreligiosa. Todo lo contrario. Entiéndase bien que la recomendación de la enseñanza laica, supone siempre, como ninguna otra afirmación, el respeto más absoluto de la libertad de la conciencia, y el respeto más absoluto a todas las religiones positivas. Esta es una solución de verdadera concordia". CHAMPSAUR, op. cit., pp. 13-14.
(23) La obra de 7/. Kriege lleva un prólogo de Miral, catedrático entonces de Salamanca, de quien Champsaur dice ¡"No estará muy a gusto con nuestr pensador casi diabólico D. Miguel de Unamuno". CHAMPSAUR, op. cit., p. 14.
Fuente → redacción - laicismo.org
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