Caso no habitual, se invitó a la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», grupo social de dentro del Ateneo de Madrid. Negrín fue socio del mismo. Llegó a ser integrante de la Junta de Gobierno en 1930 y con la primera Presidencia de Fernando de los Ríos. Yo fui integrante de la Junta en las tres últimas Presidencias de Carlos París, entre 2009 y 2014, cuando falleció.
Explicaba, que la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», oficializada el 23 de abril de 2009 y con la firma, entre otras personalidades, de Alberto Gil Novales, muy rara vez hemos participado en actos externos al Ateneo.
No es que el Reglamento histórico de dicha asociación (el Ateneo), nos lo impida: nos lo permite, precisamente porque es un Reglamento de profunda base republicana.
Por tal razón lo hemos defendido -los y las «de Negrín» (y «de París»)-, ante muy fuertes intentos de reconvertir, esa Constitución histórica del Ateneo, en clave anti-social, corporativa. Y lo hemos hecho, defendido, con éxito (27 de octubre de 2022 y 30 de mayo de 2023). Así, la Constitución histórica del Ateneo de Madrid, permanece.
Pero explicaba, que la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», ha participado en pocas actividades externas, pues nos centramos, (lógicamente) en el Ateneo madrileño del cual formamos parte (a mucha honra) y dentro también de «Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo», la segunda mayor fuerza electoral ateneísta hoy (y la primera entre 2010-2015).
No obstante, invitada la Agrupación a asistir a la Asamblea republicana en Toledo, allí que fui, excepcionalmente, quien esto firma.
No sabía todas las personas quienes asistirían. Pero sí me constaba que habría varias a las cuales conozco y de cuyo compromiso leal por la III República para España estoy seguro.
Por eso fui. Más en calidad -finalmente-, de observador, que otra cosa. No he participado en los grupos de elaboración y coordinación posteriores que se formaron. No es ese el papel de la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», ni el mío propio. Sí tengo confianza en cuanto, en esos ámbitos, hagan colectivos asociativos como «Al Servicio de la República» (ASR), por ejemplo.
También digo, muy formalmente, que nadie cuente con la Agrupación «Negrín» -precisamente por ser, también, «ateneísta»-, para estar junto a quienes autorizaron a Falange de las JONS (ver aquí)
en el Ateneo de Madrid en octubre de 2019. Por más «republicanas» que puedan decirse esas personas (yo no lo creo).
Igualmente, para estar, nosotros/as, con quienes pretenden la reconversión neoliberal y antisocial del Ateneo madrileño. No importa tampoco cuánto de «progresistas» puedan considerarse algunas de esas personas. Tampoco cuenten con estar junto a la Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», mientras sigan estando en grupos con neoliberales y al servicio de grandes corporaciones del Capital.
Sé que las personas, ateneístas, «de Negrín», tenemos «fama» de muy duras; de «intransigentes» Qué le vamos a hacer… nos «va en el nombre».
No se nos escapa que, no de hoy, pero sí aún más claramente en estos tiempos cuando las contradicciones del régimen monárquico impuesto en España en 1975 (y «constitucionalizado» en el 78), son cada vez mayores, hay toda una línea de «republicanismo» aparente, cuya finalidad real es «prolongar la vida útil» de ese régimen.
(Ello no significa -conste-, que todas las personas quienes participan de esa línea, lo sepan. Pero quienes dirigen, sí).
La Agrupación Ateneísta «Juan Negrín», por su propia ya larga experiencia (ver aquí)
no quiere participar junto a personas dirigentes de esa línea. Sean o no del Ateneo que compartimos. Lo digo «sin acritud», parafraseando al reciente socio del Ateneo madrileño, Felipe González Márquez.
A continuación, reproduzco fielmente las palabras que llevaba escritas yo para pronunciar en la Asamblea de Toledo, si llegaba el caso. Finalmente no llegó (no fue necesario) y no intervine. Pero esto es cuanto llevaba y lo publico hoy por si puede servir, en cualquier momento, para quienes siguen trabajando, sea en Toledo o en cualquier otro lugar, por una III República española digna continuadora de la II. No por una «monarquía sostenible» ni por una «República» (neo) liberal.
No: por una República como la que defendieron personas como Juan Negrín. Reproduzco entonces:
* * *
Buenos días. La Agrupación Ateneísta «Juan Negrín» saludamos fraternalmente a esta Asamblea republicana. Agradecemos la iniciativa que la puso en marcha y la invitación que se nos ha hecho a venir.
Somos «negrinistas». ¿Qué significa eso; es un término que me invento ahora? No: se usó históricamente. A veces como elogio, otras como anatemización. Pero su significado era el mismo siempre: «negrinistas» eran quienes se negaban a rendir la República española. Quienes nunca se rindieron. «Negrinistas» eran socialistas marxistas, eran republicanos de izquierda y de unión. Eran comunistas. Eran ugetistas y también cenetistas como el Secretario General Horacio M. Prieto. Eran también quienes de Esquerra Republicana de Catalunya y del PNV luchaban por el Gobierno del Frente Popular y no renunciaban -reitero-, a la República española que reconoció sus autonomías.
Todo eso fue históricamente el «negrinismo»: el no capitular, el no renunciar. Lo dijo muy claro el Presidente en sus discursos del exilio (Negrín fue «también» el Primer presidente del Gobierno de la República española en el Exilio, hasta septiembre de 1945):
«Es mentira que se hubiera perdido la guerra. Lo que se hizo fue entregar acogotado al pueblo español, que aún sigue luchando (…) A los que luchamos por la recuperación de España y de la República, es ése criterio y piedra de toque que han de marcar el único lindero para la posibilidad de una labor conjunta. Decimos la recuperación porque la República sigue subsistiendo, como subsiste España. Sólo la voluntad del pueblo español, que le dio vida, podría extinguirla. Y el pueblo es republicano (…) Tanto al abandonar España, como al llegar, horas después, a Francia, el Gobierno afirmó su legitimidad y declaró que seguiría luchando indefinidamente hasta lograr el restablecimiento de la República, que consideraba subyugada pero no abolida. ¡Nunca capitulamos! ¡Nunca nos rendimos! ¡Nunca aceptamos haber sido vencidos! (…) No podemos por ningún concepto admitir, ni siquiera como transición, la monarquía en España. Una restauración monárquica sería de efectos semejantes y deplorables, como los de la restauración anterior, que hizo pasar a España por uno de los períodos de mayor envilecimiento. La monarquía creó problemas que nunca existieron, problemas que han pesado como grave lastre sobre la República y sus Gobiernos. No, la monarquía, nunca jamás».
Son palabras literales de Juan Negrín. Como sabemos, fue expulsado del PSOE en 1946, junto a camaradas de la talla de Julio Álvarez del Vayo, Ramón Lamoneda, Ramón González Peña, Matilde de la Torre y Max Aub, entre otros y otras.
El Primero de mayo de 1938, el Gobierno de Negrín sintetizó su Programa. Fueron los conocidos como «13 Puntos de Negrín». Extraigo sus párrafos más significativos pues, a mi entender, siguen siendo necesarios ochenta y cinco años después. Se decía con literalidad en esos «Puntos de Negrín»:
«República popular representada por un Estado vigoroso que se asiente sobre principios de pura democracia»
«Asegurar la independencia absoluta y la integridad total de España».
«Liberación de nuestro territorio de las fuerzas militares extranjeras»
«Respeto a las libertades regionales sin menoscabo de la unidad española»
«El Estado español garantizará la plenitud de los derechos al ciudadano en la vida civil y social, la libertad de conciencia, y asegurará el libre ejercicio de las creencias y prácticas religiosas»
«El Estado garantizará la propiedad legal y legítimamente adquirida, dentro de los límites que impongan el supremo interés nacional y la protección a los elementos productores»
«Profunda reforma agraria que liquide la vieja aristocrática propiedad semifeudal»
«El Estado garantizará los derechos del trabajador a través de una legislación social avanzada»
«El Ejército español estará al servicio de la Nación misma, estará libre de toda hegemonía».
«El Estado español se reafirma en la doctrina constitucional de renuncia a la guerra como instrumento de política nacional»
«Amplia amnistía para todos los españoles que quieran cooperar a la inmensa labor de reconstrucción»
Comprobarán Vds. que he hablado todo el tiempo a esta Asamblea republicana desde, aparentemente, el pasado. Pero es porque en España sigue pendiente.
Realizar ese pasado que fue truncado con la traición y la sangre, es la única vía -para quienes nos reconocemos en el «negrinismo», estemos en las organizaciones en las que estemos-; la única vía, digo, para hacer el futuro. Más propiamente dicho, para recuperarlo.
Y termino diciendo, desde mi plena independencia, que a mi juicio, la persona quien actualmente y desde hace ya no pocos años, mejor encarna el republicanismo en su sentido político y real; quiero decir, pues, el republicanismo de verdad y para toda nuestra España, esa persona es, por cuanto he visto, el profesor Pedro García Bilbao.
Muchas gracias por la atención. Salud y mis mejores deseos para los trabajos de esta Asamblea.
Fuente → diario16plus.com
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