Roc Blackblock: "La lucha de los maquis está siendo borrada de nuestra historia"
Roc Blackblock: "La lucha de los maquis está siendo borrada de nuestra historia" / Paula Solanas Alfaro

Muralista
Roc Blackblock, muralista especializado en memoria histórica. Pedro Virgilio

 

En el estudio de Roc Blackblock, en el barrio del Clot de Barcelona, las paredes están llenas de puños en alto, clamores contra el fascismo y una colección inacabable de botes de spray de todos colores (pero sobre todo terrosos). Son algunas de las imágenes que, desde hace casi 25 años, este artista catalán ha pintado en todo tipo de muros, fachadas y tabiques. Nacido en el Eixample –“la antítesis del barrio”– y de la generación de los insumisos de la mili, el primer mural lo pintó en la histórica casa okupa Hamsa, en Hostafrancs. "Gran parte de mi trayectoria, los murales han sido la forma de participar en los movimientos sociales y una herramienta para visibilizar reivindicaciones y protestas", explica.

Durante bastante tiempo, su principal fuente de ingresos fue el tándem formado por la ilustración y los tatuajes. Hasta que sus hijas ya fueron mayores y volvió a pintar muros con una técnica más ágil, la stencil , que consiste en utilizar plantillas para plasmar dibujos o fotografías en las paredes. A raíz de una propuesta de Unidad Contra el Fascismo y el Racismo ilustró a dos milicianas en un muro del barrio del Clot, como parte de una campaña contra el Casal Tramuntana, punto de encuentro de grupos neofascistas. “Dos días después sabotearon el mural, lo reparé y volvieron a atacarlo, pero generó un efecto Streisand”, recuerda. 


No fue la última vez que la censura hacía viral la obra de Roc Blackblock. También estuvo en el foco mediático cuando en menos de 24 horas los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona borraron el mural en defensa del rapero Pablo Hasél, donde se veía la cara del rey emérito Juan Carlos I con flechas con la bandera republicana clavadas. "Esto irrumpió en plena campaña electoral y como suelen hacer los políticos todo el mundo intentó capitalizarlo", lamenta. Poco después recibió el ofrecimiento del consistorio para repintarlo, pero prefirió guardar distancia con los “partidismos” y semanas más tarde creó con un colectivo de artistas un nuevo mural que añadía las caras de Franco y Felipe VI.

Los últimos muros que ha llenado Roc Blackblock mantienen la crítica social, pero después de la pandemia el barcelonés arrancó un proyecto que pone aún más el foco en la memoria histórica. “Después de meses parado empecé a construir los Muros de Bitàcola ”, apunta. Se trata de intervenciones en el espacio público que recuerdan episodios propios de cada barrio o pueblo donde el muralista desembarca con su colección de brochas.

Por ejemplo, la construcción ladrillo en ladrillo del barrio de la Teixonera, en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, con el esfuerzo de los vecinos. Sin embargo, Roc Blackblock insiste en la importancia de no romantizar los capítulos duros y oscuros de nuestro pasado y critica que a menudo las administraciones prefieren retratar la cara más amable de la memoria histórica: "Se peca de hacer un relato costumbrista". 


En cada pintura a gran escala, el muralista pone un código QR con el que se accede a una web en la que grupos de memoria, antropólogos o los propios vecinos dan contexto a la historia que cuenta el dibujo. "Yo sólo soy una pieza de todo un engranaje", dice. Estos encargos le han llevado a dar vueltas por toda Catalunya, pero también por Portugal, Francia o Estados Unidos. Roc Blackblock quiere recuperar historias de la memoria popular para reivindicarlas y celebrarlas y tiene algunas muy concretas en la cabeza: “La lucha de los maquis está siendo borrada de nuestra historia”.


Fuente → ara.cat 

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