
El Rey, un funcionario peculiar, hace política pervirtiendo gravemente las reglas democráticas, faltando a los deberes de su cargo. Ha designado candidato a la Presidencia del Gobierno al conservador Feijó, a pesar de no tener los apoyos suficientes. Un candidato que solo podrá gobernar apoyándose en la ultraderecha, de obtener torticeramente la mayoría de votos en el debate de investidura.
La mayoría social progresista, representada ampliamente en el Congreso, quedó patente tras la elección a la presidencia del Congreso, y de la Mesa, a la socialista Francina Armengol. Sin embargo, su elección por mayoría absoluta no le ha parecido una prueba suficiente al Rey para designar al candidato Pedro Sánchez, que cuenta a todas luces con los apoyos suficientes.
Tras el paripé de las consultas, ha designado al único candidato dispuesto a cerrarle ilegítimamente el paso a las fuerzas soberanistas, en su necesaria participación democrática en la gobernación del Estado.
Un Estado profundo, representado por el Rey, que vuelve a actuar saltándose su propia Constitución, pretendidamente democrática, como ya lo hizo el 1 de octubre de 2017 con el apaleamiento del pueblo catalán por las “fuerzas del orden” y, dos días después, verbalizando sus amenazas en una execrable intervención televisada emitida en directo a todo el país.
El absurdo argumento –es “costumbre” nombrar al propuesto por el partido más votado- no se sostiene desde ningún punto de vista, pues, además de no tener los apoyos suficientes, no existe ninguna ley que justifique tal sofisma, incluida la propia constitución monárquica.
Su obligación hubiese sido la de tener en cuenta los apoyos que el Presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez tiene en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía popular. Sin embargo, contra toda evidencia, el Rey ha optado por impedirle el paso, imponiendo su criterio antidemocrático; una seria provocación que abre la vía a un tamayazo.
Los trucos y amenazas del Rey están forzando un rumbo equivocado al país, pero no convencerán, pese al férreo control que ejerce la monarquía sobre los medios a su servicio.
Los pueblos hermanos de las naciones sin Estado, que son los principales perjudicados por tan absolutista decisión regia, algún día no lejano sabrán pasarle la correspondiente factura.
Manuel Ruiz Robles, es portavoz del colectivo Anemoi, firmante del manifiesto de militares españoles por la PAZ y el alto el fuego en Ucrania.
Fuente → miliciaydemocracia.org
1 comentario
Maneras de buscar soluciones prácticas e igualitarias----Alegalidad e inconstitucionalidad de las administraciones públicas. ----Ciudadanos Progresistas----
Hoy día, el objetivo de esas funciones públicas son fantasías de un surrealismo que está más allá del conformismo. Diputaciones, Ayuntamientos, Ministerios, Asuntos Sociales y derivados, Cámaras de Comercio ..., son centros donde la ociosidad se enseñorea por cada rincón, siempre enterradas en interminables montañas de exigencias burocráticas que carecen de soluciones prácticas hacia el ciudadano soberano.
Arcas públicas ordeñadas de manera continuada, cuando no, a dentelladas por ‘lobos’ que conocen bien su oficio. No hay soluciones porque no existe voluntad…’rellene, rellene todo esto, que ya le contestaremos’. Y así pasan los días (mañanas) interminables, donde la hora de fin de jornada parece que nunca va a llegar, de la misma manera que la larga hora del desayuno se convierte en raquíticos segundos. Jornadas que, a veces, se pasan ‘entretenidas’, cuando la compañera o compañero de turno nos trae alguna novedad, exótica incluso.
Funciones públicas de pena, astutamente diseñadas que siempre tienen la opción de ser vendidas o subcontratadas por la corriente privada, ansiosas también, de chupar de la gran ubre pública. Los peligros del poder elitista es que tiran por tierra el verdadero poder soberano del ciudadano; y ese ciudadano, el sumiso, el ordeñado y perseguido y amenazado, el gobernando, convertido en mercancía, viene siendo sometido por los nuevos egipcios o mejor dicho, por los nuevos faraones: las administraciones públicas Uzías (V.I.) y Vuecencias (V.E.), que por seguro no conocerán los siete años de hambrunas.
La propuesta es muy simple: estudiar la manera de cerrar el conjunto de Administraciones; y volver a reinventarse como Servicios Públicos. Y un Servicio Público Humanizado, activo y servicial, créanme que más de tres horas cada mañana, no lleva más en asistir eficazmente. Y cuestiono el servir al público, dentro de la siguiente incongruencia o contrasentido: si a mí se me ha tenido en el servicio militar de manera cuasi gratuita para servir a la sociedad y a la patria, incluso en la exigencia de derramar hasta la última gota de sangre; ¿qué menos que el funcionariado público y bien pagado político se le exija total altruismo, e incluso derramar una pequeña gota de sudor, si llegara el caso?
-Estamos en un punto de continuos laberintos, sin soluciones prácticas, donde es el ciudadano común quien paga siempre; y siempre es el mismo que tira de la carreta donde van los incontables bien pagados políticos, los partidos negocio y la nube de simpatizantes...;a buena hora sacan de la chistera la palabra progresismo. Y hay que sumarse, sí o sí, a esa corriente cultural...el progresismo.La propuesta es muy simple y los enemigos en contra son muchos...; es una Propuesta Progresista para mantener la unidad real y frenar el despilfarro constante, si lo que pretendemos que la plataforma del carro quede semi-vacía. Para ello, como Ciudadanía Progresista, debe poner urgentemente en Hibernación a los bien pagados políticos y a los partidos negocio; de la misma manera se debe hacer con la Autonomías (qué mejor autonomía que el propio estado en unidad); las autonomías deben pasar a un proceso indefinido de Hibernación. Y es el Ciudadano Progresista como máxima autoridad quien debe buscar entre el pueblo común a ciudadanos de cabeza y corazón que sirvan a sus conciudadanos de manera semi-altruista.
No me voy a extender más, aunque haya material, pero cambiar de mentalidad e intencionalidad, es necesario y urgente.
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