
En Tarifa, o en Paterna o en Medina Sidonia (Cádiz), un 24 de agosto de 1936 los fascistas fusilaron a María Silva Cruz, de 21 años de edad. Esta joven anarquista fue una de las protagonistas de la terrible masacre de ‘Casas Viejas’,
en enero de 1933. Un episodio lamentable de represión y muerte contra
el Movimiento Libertario y el Anarquismo, ejercido por el poder del
Estado bajo el Gobierno de la II República.
María había nacido en abril de 1915, en Casas Viejas (Cádiz),
en el seno de una familia muy humilde de clase trabajadora, siendo la
mayor de 8 hermanos. Desde bien pequeña trabajó para ayudar a su
familia, tanto en la tierra como en el carbón y como parte del servicio
doméstico de una casa. Vivió más tarde con su familia en una choza en
‘Casas Viejas’, suponiendo un importante cambio para ella y su gente.
En
el pueblo su familia era conocida por sus ideas revolucionarias.
Precisamente María era nieta de Francisco Cruz Gutiérrez, apodado
‘Seisdedos’, conocido anarquista y miembro de la CNT. Su abuela materna
se encargó de inculcarle las ideas anarquistas a María. Y tanto su padre
como sus tíos, cuando pudieron, empezaron a participar activamente con
el sindicato. María había mamado casi desde la cuna las ideas que
marcarían su destino.
Participó durante años en una asociación juvenil, de carácter libertario y feminista, llamada ‘Amor y Armonía’.
Estaba formada por mujeres y trabajaban por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
María
pudo escapar de la muerte en enero de 1933 en ‘Casas Viejas’, pero no
lo logró en 1936, cuando los fascistas se hacen fuertes ejerciendo una
brutal represión en pueblos y comarcas de Andalucía.
Fuente → todoslosnombres.org
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