Largo Caballero y Augustin Malroux: de Albi al campo nazi de Sachsenhausen

Largo Caballero y Augustin Malroux: de Albi al campo nazi de Sachsenhausen / Juan Moreno 


Desde los primeros meses de 1939 llegaron a Francia miles de refugiados españoles y entre ellos el que había sido jefe de Gobierno y líder del PSOE y de la UGT, Francisco Largo Caballero. Un año después de terminar nuestra Guerra Civil, estalló la Segunda Guerra Mundial y, como tantos extranjeros y franceses, Largo Caballero huyó de París hacia el sur. Acompañado por sus dos hijas menores y una cuñada salieron el 12 de junio de 1940 con dos maletas y sin apenas comida pensando en llegar a Albi, en la región de Occitania, donde residía Rodolfo Llopis, que le había ofrecido hospitalidad.

El viaje fue una odisea de cinco días; debieron cambiar de tren a camión y de nuevo a tren, transbordar varias veces y hacer algunos tramos a pie; las carreteras estaban interceptadas por millares de personas. Largo Caballero lo reflejaría así en Mis recuerdos: “hombres, mujeres, niños, ancianos, a pie, en autos, en bicicletas, en carros y a caballo, pasaban sin cesar ante nuestra vista de día y de noche”.

Llegados a Albi, el prefecto de policía les prohibió instalarse a menos de 30 kilómetros: no quería tener en la misma ciudad a dos importantes «rojos» españoles. Albi estaba en la llamada “zona libre” controlada por el gobierno colaboracionista de Vichy.

Se instalaron en una casita que carecía de electricidad donde habían habitado los guardabarreras de una vía férrea abandonada. Caballero permaneció allí varios meses sin apenas moverse, ya que los tres kilómetros que le separaban de Trébas-les-Bains, el pueblo más cercano, eran demasiados para él, que, entre otras dolencias, sufría de arteriosclerosis.

Pero ese aislamiento casi total también les protegió algún tiempo de la “cacería” de exiliados republicanos iniciada por policías españoles que habían entrado en Francia protegidos por los alemanes con la misión de descubrirlos y extraditarlos.

El embajador en Vichy, José Félix de Lequerica, coordinaba esa tarea que, entre otros, llevaría al paredón a tres exministros de la Republica: Joan Peiró, líder de la CNT, Julián Zugazagoitia, dirigente del PSOE, y Lluís Companys, de ERC, presidente de la Generalitat catalana. Franco premió a Lequerica por su “piadosa” misión haciéndole ministro de Asuntos Exteriores. El entonces coronel Antonio Barroso, uno de los principales “rastreadores”, años después sería ministro del Ejército.

La familia de Largo Caballero pudo trasladarse a finales de agosto de 1940 a Trébas-les-Bains, donde habitaron en un bajo con dos espacios. Entre los socialistas franceses que le ayudaron estaba el diputado Augustin Malroux. Anny Malroux en Avec mon père, dice que “una gran amistad, desgraciadamente efímera, unió a mi padre con el que un día fue llamado "el Lenin español".

En el primer interrogatorio, el comisario lo acusó de ser el responsable de la Guerra Civil Española. Ochenta y tres años después, Ramón Tamames en la moción de censura de Vox repitió la misma falsedad

Largo Caballero no tardaría en emprender un regreso forzoso y lento a París que comenzó en enero de 1941 en Albi. Detenido, custodiado, confinado unas veces, encarcelado otras, de ciudad en ciudad con varias paradas largas (en Limoges fue sometido a un proceso de extradición del que salió aparentemente libre) hasta que aterrizó en un hotel convertido en prisión de la Gestapo en Neuilly-sur-Seine, cerca de París, donde lo tuvieron de febrero a julio de 1943. Después lo llevaron a Berlín al cuartel central de la Gestapo, y el último día de ese mes el propio comisario que le interrogó lo acompañó hasta las puertas del campo de concentración de Sachsenhausen. Caballero escribió con incredulidad: “se despidió de mí como si fuera mi mejor amigo”. Este comisario en el primer interrogatorio lo acusó de ser el responsable de la Guerra Civil Española. Ochenta y tres años después, Ramón Tamames en la moción de censura de Vox repitió la misma falsedad.

 Augustin Malroux había votado en la Asamblea Nacional contra la atribución al mariscal Petain de plenos poderes. Su decisión la explicó así a su mujer y a sus hijos: "Me han educado en el amor a la República. Hoy pretenden crucificarla. Yo no me vinculo a este gesto asesino”. Por eso y por haberse enrolado en la Resistencia, Malroux fue arrestado y pasó por varios campos alemanes, entre ellos el de Sachsenhausen. Largo Caballero en el infernal campo nazi no se encontró con su amigo y protector Augustin Malroux, seguramente por estar recluido en la zona de enfermería o por la masificación del campo.

En abril de 1945, con 45 años de edad, Malroux, después de grandes penalidades, falleció de tifus en el campo de Bergen-Belsen. Puede decirse que fue alcalde después de muerto, pues el partido socialista, creyéndole aún vivo, lo puso al frente de la lista municipal de Carmaux, siendo proclamado alcalde el 17 de mayo de 1945. Largo Caballero, después de su liberación por las tropas polacas y soviéticas, tendría pocos meses de vida por delante. Sintiéndose “más español y más socialista si cabe que nunca”, se empleó desde París en lanzar, sin éxito, un Plan de Transición pacífica para restablecer la democracia en España.

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Juan Moreno es autor del libro La leyenda negra de Largo Caballero (Editorial Almuzara, noviembre 2022).


Fuente → infolibre.es

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