El último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife, J. Carlos Schwartz, fue asesinado por criminales franquistas y arrojado a la fosa
El último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife, José Carlos Schwartz Hernández, fue asesinado por criminales franquistas y arrojado a la fosa del Bucio de Maja (Tenerife) en 1936 / Tulio Riomesta
 

José Carlos Schwartz Hernández nació en Santa Cruz de Tenerife en 1897. Era miembro de la burguesía liberal. Casado con Jorgina Adelaida Esquivel Díaz, tuvo 5 hijos, que en 1936 tenían entre 2 a 12 años. Schwartz estudió Magisterio y Derecho, fue gobernador civil de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, funcionario del ayuntamiento, y último alcalde Republicano de su ciudad natal. Como presidente de Izquierda Republicana, destacó en su lucha contra el caciquismo, los propietarios agrícolas, querían controlar la contratación para bajar los salarios, en colisión con las reivindicaciones de las federaciones obreras.

En un contexto de paro y conflictividad laboral, en 1933 se estaba construyendo la carretera que unía Hermigua con Vallehermoso. Los caciques, en alianza con sectores militares, estaban enfrentados a la normativa Republicana y no aceptaban las condiciones laborales del gobierno civil. El conflicto se agudizó hasta que la guardia civil se posicionó a favor de los caciques provocando a los trabajadores. Se produjo un choque mortal con 2 guardias civiles y un obrero muerto. Fueron sometidas a consejo de guerra 35 personas; entre los defensores se encontraba José Carlos Schwartz. El gobierno Republicano conmutó la pena a los condenados, por lo que después del golpe militar del 36 la venganza y la represión fue brutal con la desaparición de decenas de ellos.

Schwartz fue detenido el 18 de julio de 1936, por miembros del bando nazional, y trasladado a la prisión del Castillo de Paso Alto, en la costa de Santa Cruz de Tenerife. Su familia vivió con horror aquella detención, nunca más volvieron a tener a su padre en casa. Al día siguiente unos soldados entraron en su domicilio y lo desvalijaron todo. Jose Carlos Schwartz fue trasladado al campo de concentración de Fyffes (Tenerife), donde tuvo que realizar trabajos forzados. De vuelta a Paso Alto, era compañero de celda del gobernador civil Manuel Vázquez Moro y del secretario del Gobierno Civil Isidro Navarro López, quienes terminaron fusilados acusados en juicio de “insurrección al golpe de Estado”.

La madrugada del 2 de octubre de 1936, 2 personas de derechas, en las que Schwartz confiaba, le trasladaron a las Cañadas del Teide, donde lo asesinaron. Un camarero de la cafetería Cuatro Estaciones había escuchado a 2 hombres, cuya descripción coincidía con los que lo visitaron, que lo habían matado: “Nos cargamos a Schwartz”, decían con alevosía. Pasó a ser uno más de los desaparecidos del franquismo, una práctica extendida en las Islas. Puede estar enterrado en el Bucio de Maja, a 2500 metros de altura, en el término de La Orotava, donde además fueron sepultadas algunas personalidades políticas de la II República asesinadas al inicio de la Guerra Civil, como el diputado a Cortes, poeta y abogado, Luis Rodríguez Figueroa, el alcalde de Buenavista del Norte, Antonio Camejo Francisco y el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, José María Martín, entre otros.

“Mi abuela supo dónde estaba enterrado su marido por un anónimo que le llegó, y terminó por enterarse al ver que un soldado portaba en su guerrera una pluma de su propiedad” cuenta Mercedes Pérez Schwartz, presidenta de la actual asociación por la Memoria Histórica de Tenerife. Cuando Jorgina y Juan Pedro, hermano de José Carlos Schwartz, se pusieron a investigar, les llegó otro anónimo advirtiéndoles de que si seguían por ese camino les ocurriría lo mismo que al alcalde.

Jorgina tuvo que criar a sus 5 hijos sola, sin derecho a una pensión de viuda, ya que su marido oficialmente no había fallecido. A los meses de la desaparición le llegó una carta del ayuntamiento requiriendo a Schwartz que se incorporase a su puesto de trabajo. La Comisión Gestora del Ayuntamiento, a sabiendas de que el alcalde ya estaba muerto, decidió depurarlo por su ideología: Un expediente sancionador le separó definitivamente como funcionario, lo que dejó a su familia sin derecho a percibir ningún tipo de pensión.

Actualmente el Ayuntamiento de su ciudad natal tiene un aula cultural en su honor. Además una plaza también lleva su nombre. En 2018 le fue concedido el título de Hijo Predilecto de Santa Cruz de Tenerife. Mercedes señala que la historia de su familia es una más de tantas, otros alcaldes, maestras, sindicalistas, masones, y tantos trabajadores, miles de víctimas mortales de la represión franquista en Tenerife, “A muchos los tiraban al mar”, remarca la presidenta: “Las bases de la ley de memoria histórica hablan de verdad, justicia y reparación y, por tanto, de eliminar honores y distinciones a los golpistas”. Sigue la lucha para que se retiren calles franquistas en la capital tinerfeña y el monumento a Franco, así como por investigar, localizar y exhumar a los familiares.

Documentos: El diario. es (Jennifer Jiménez). Wikipedia. Imagen Plaza Jose Carlos Schwartz de Huberto alois en Google maps


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