
“Soplaban vientos del sur y el hombre emprendió viaje. / Su orgullo, un poco de fe y un regusto amargo fue su equipaje./ Miró hacia atrás y no vio más que cadáveres sobre unos campos sin color. / Su jardín sin una flor y sus bosques sin un roble”.
Para Arcadio Álvarez, in memoriam
Fueron
muchas las entrevistas, artículos noticias y demás tratamientos
mediáticos con los que se despidió al más afamado cantautor de este
país con motivo de su retirada de los escenarios el año pasado, después
de nada menos que seis décadas grabando buen número de discos y
protagonizando múltiples y multitudinarios conciertos en directo.
Bien
merecido tiene Joan Manuel Serrat ese reconocimiento por parte, sobre
todo, de mi generación, que es la que creció con sus canciones y con la
de los poemas de los diversos autores a los que Serrat puso música a
lo largo de una tan dilatada como muy activa carrera profesional. Con
ocasión de un disco que data de 1969 e incluye los poemas de Antonio
Machado, Joan Manuel aportó una canción dedicada al poeta sevillano
después de visitar su tumba -a la que siguen llegando cartas de todas
partes- en el cementerio de la localidad francesa de Collioure:
“Soplaban
vientos del sur y el hombre emprendió viaje. / Su orgullo, un poco de
fe y un regusto amargo fue su equipaje./ Miró hacia atrás y no vio más
que cadáveres sobre unos campos sin color. / Su jardín sin una flor y
sus bosques sin un roble. / Y viejo, y cansado, a orillas del mar /
bebióse sorbo a sorbo su pasado. / Profeta ni mártir quiso Antonio ser.
/ Y un poco de todo lo fue sin querer. / Una gruesa losa gris vela el
sueño del hermano./La yerba crece a sus pies y le da sombra un ciprés
en verano./ El jarrón que alguien llenó de flores artificiales, / unos
versos y un clavel y unas ramas de laurel / son las prendas personales,
del viejo, y cansado, / que a orillas del mar bebióse sorbo a sorbo su
pasado. / Profeta ni mártir quiso Antonio ser. / Y un poco de todo lo
fue sin querer”.
Lamento que esa canción no haya
merecido referencia alguna en la amplia cobertura mediática dedicada a
la despedida del cantautor, sobre todo porque si don Antonio es
actualmente uno de nuestros poetas más leídos, lo es en buena medida
gracias a Serrat. También el cantautor catalán consiguió su
incuestionable popularidad, tanto en España como en América Latina,
gracias en buena medida a la voz y música que prestó tanto a los
poemas de don Antonio como a los de otros poetas españoles. Creo
recordar que tampoco Joan Manuel Serrat incluyó esa canción en su
concierto de despedida*.
A veces pienso que estas cosas pasan porque en este país no acabamos de encajar la vergüenza de que dos de nuestros poetas nacionales, como lo podrían ser tanto Federico García Lorca como Antonio Machado, hayan encontrado su última morada, respectivamente, en una fosa ignota o en una tierra extranjera, mientras el máximo responsable del asesinato de Federico y el exilio de don Anyonio yacía inhumado bajo la gran cruz de Cuelgamuros hasta hace unos pocos años.
*Debo a mi estimado Manuel Álvarez Machado, sobrino-nieto del poeta y que tan documentada labor viene haciendo en la Revista Machadiana sobre los dos hermanos, la recuperación del vídeo comentado en este post. Personalmente me ha emocionado mucho escucharlo, pues fue esa canción la que me hizo valorar en su día, cuando era un adolescente, lo que Serrat hizo por la poesía en este país cuando era un género más que menor en aquellos tiempos.
Fuente → elsaltodiario.com
No hay comentarios
Publicar un comentario