Philippe Martinez, hijo de exiliados republicanos, que pone contra las cuerdas a Macron
Es la cabeza visible de las manifestaciones contra la reforma del sistema de pensiones francés que tiene al país paralizado.
Philippe Martínez es uno de los líderes sindicales de las manifestaciones que están poniendo contra las cuerdas a Macron en Francia. Es hijo de una exiliada republicana y su padre comunista combatió en las Brigadas Internacionales contra Franco. Mucho que aprender de él en España
Tiene 58 años y desde el 2015 secretario general de la Confederación general del trabajo (CGT) en Francia, que pronto cumplirá sus 125 años de existencia. Martinez es uno de los sindicalistas más conocidos, que lidera el pulso contra la reforma del sistema de pensiones promovida por el Gobierno de Macron. Es la cabeza visible de las manifestaciones que desde hace una semana tienen al país medio paralizado.
Los padres de Martinez son de origen cántabro. Su progenitor, Manuel, nació ya en Francia, en lo que todavía se llama la Petite Espagne, en Saint Denis, donde a lo largo del siglo XX llegaron diversas oleadas de exiliados españoles. Su madre, Jovita, nació cerca de Reinosa y no llegó a Francia hasta 1955, con 24 años, para trabajar como empleada de hogar. Aquí conoció a su futuro marido, militante comunista. Desde entonces, Jovita Martínez adquirió la costumbre de vender L'Humanité tres veces por semana, y participaba todos los años en la fiesta del Partido Comunista a la que llevó por primera vez a su hijo cuando solo tenía dos años. Este adquirió pronto el carné del partido. Aunque lo abandonó en la primera década del 2000, quedó impregnado de sus ideas como la de apostar por la reducción del tiempo de trabajo a 32 horas semanales sin disminución de salario.
Martinez creció en Rueil-Mailmaison, una pequeña ciudad burguesa a las afueras de París en la que había una fábrica de Renault, la empresa en la que trabajó siguiendo el ejemplo de su padre. Comenzó su vida profesional en 1982, una vez finalizado el bachillerato técnico.
Franco, leal y obstinado
Trabajó como técnico de logística, pero pronto se vio absorbido por su actividad sindical. Los que le conocieron entonces lo describen como alguien «franco, leal y obstinado», tres rasgos de su carácter que le ayudaron a subir los escalones de la CGT hasta llegar a dirigir durante siete años el sector del metal.
Ahora, Martinez, amante del piragüismo y del fútbol, se ha convertido en un problema para el Ejecutivo de Macron.
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