Nace el primer archivo de memoria fotográfica de la Guerra Civil
Nace el primer archivo de memoria fotográfica de la Guerra Civil
Un equipo de investigadores de la Universitat Jaume I de Castellón recupera más de cien publicaciones fotográficas recientes de la Guerra Civil entre catálogos de exposiciones, libros fotográficos y fotolibros. El proyecto se presenta mañana en el congreso de fotografía que se está celebrando en Alcalá de Henares.

 

Después de una investigación de tres años, se presenta el Archivo de Memoria Fotográfica de la Guerra Civil el viernes 10 de marzo en el Congreso Internacional sobre Fotografía que organiza la Plataforma Centro de Fotografía e Imagen en la Universidad de Alcalá (Madrid).

El proyecto recupera 116 publicaciones fotográficas contemporáneas sobre la guerra para generar un recurso real, abierto y disponible para la ciudadanía: los libros se encuentran físicamente en la biblioteca de la UJI y además es posible visionar muchos de ellos en vídeo desde la web.

El proyecto ha sido ideado y dirigido por la profesora Marta Martín Núñez, especialista en fotografía española contemporánea y directora del LabCom de la UJI, con la participación de otros investigadores del grupo ITACA-UJI, y ha recibido una subvención para actividades de recuperación de la Memoria Democrática concedida por el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.

La relación de la fotografía con la Guerra Civil es peculiar. Mientras que es aquí donde nace el fotoperiodismo moderno de la mano de grandes nombres de la historia de la fotografía como Agustí Centelles, Gerda Taro o Robert Capa, tras la guerra se impone un silencio específicamente fotográfico —que no ha existido ni en el cine ni en la literatura— y que llega hasta el año 1999. Son las generaciones de fotógrafos que el historiador Antonio Ansón ha llamado del silencio y del olvido.

© Marta Martín Núñez
 

Con el nuevo siglo, coincidiendo con las primeras exhumaciones bajo criterios científicos, se produce una eclosión de la fotografía memorialista. Los nietos de las víctimas directas de la guerra comienzan a realizar proyectos fotográficos personales y proyectos que visibilizan muchas de las iniciativas e investigaciones promovidas desde la sociedad civil documentando los procesos de exhumación, dando voz y poniendo rostro a las víctimas de la guerra y sus familiares o recorriendo los paisajes del horror.

En su mayoría utilizan la fotografía como documento y prueba de los crímenes ante el pacto del olvido y la falta de mecanismos institucionales que hayan llevado a cabo estos procesos de justicia y reparación para romper el silencio mantenido durante tantos años.

Ante esta eclosión, este archivo integra principalmente tres tipos de publicaciones: los catálogos de exposiciones fotográficas que fijan sobre papel muestras efímeras, investigaciones propias de los autores o de la sociedad civil publicadas directamente como libros fotográficos habitualmente de carácter documental, y propuestas ensayísticas que toman forma en fotolibros.

El archivo recoge las publicaciones que reeditan la fotografía histórica del periodo de guerra (1936-1939) pero su foco está puesto en los trabajos de creación contemporánea, ya que son los que permiten entender cómo resuena el pasado hoy. Y lo hace conjugando distintas perspectivas discursivas: periodísticas, documentales, poéticas, ensayísticas, históricas, investigadoras, narrativas, familiares o, incluso, infantiles.

El archivo cuenta con los trabajos de fotógrafos y fotógrafas de gran prestigio nacional como Clemente Bernad, Montserrat Soto, Martí Llorens, Sofía Moro, Ana Teresa Ortega, Gervasio Sánchez o Francesc Torres; pero también de fotógrafos y artistas menos conocidos para el gran público pero con una larga trayectoria como Julián Barón, Toni Amengual, Eva Máñez, Espe Pons, Paco Rangel, Javier Viver o Roberto Aguirrezabala; y también los proyectos de fotógrafos más jóvenes como Susana Cabañero, David García, Noelia Pérez Sández, Ignasi Prat o Jesús Monterde, que hacen de la memoria su opera prima —en el caso de Monterde, su segunda obra.

© Marta Martín Núñez
 

El Archivo de Memoria Fotográfica de la Guerra Civil es un archivo único en España porque es el primero que recupera, cataloga, analiza y da visibilidad pública a una serie de prácticas fotográficas que hasta ahora no había reunido ninguna institución. El archivo web, además, permite utilizar filtros de búsqueda por año, tipo de publicación, naturaleza de las fotos, discurso, género fotográfico, o temática para acceder a las fichas de cada publicación.

La investigación para recuperar todas las publicaciones se ha realizado en la biblioteca y centro de documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Biblioteca Nacional, la Biblioteca de Catalunya, el Institut Valencià d’Art Modern, la biblioteca privada de Julián Barón y el contacto directo con los autores.

La mayoría de los libros son inaccesibles porque están agotados o descatalogados y muchos solo se pueden encontrar en los circuitos de segunda mano o directamente a través de los autores. Y aún así, como señala Martín Núñez, la directora del archivo, “es imposible que estén todos, es un archivo que nunca podrá darse por concluido”.

Sin embargo, con el futuro Centro de Fotografía Nacional de Soria aún en proceso de creación, reunir estos libros por primera vez permite trazar un mapa de las prácticas fotográficas de una memoria traumática para nuestra sociedad y observar su expresió.

Nietos y nietas que interrogan la memoria
 

Trazar un mapa completo de la fotografía de memoria ha permitido observar algunas pautas y también cambios. La investigación de Martín Núñez señala cómo después de veinte años de eclosión memorialista está emergiendo una segunda generación de nietos y nietas que no solo muestran una memoria silenciada, sino que la cuestionan y la interrogan para así tratar de comprenderla.

A partir de 2019 empiezan a publicarse fotolibros que dejan atrás el documentalismo clásico que había predominado y buscan otros lenguajes que señalan los agujeros de la memoria. Están más próximos a la experimentación, despliegan una cierta ambigüedad, emplean juegos de dislocaciones y disonancias, o de performatividad, enfatizan un punto de vista subjetivo o autobiográfico que se desarrolla habitualmente desde procesos colectivos y que necesitan de la participación activa del público para acabar de construirlos.

© Marta Martín Núñez
 

El laberinto mágico‘ de Julián Barón (2019), ‘Flowers for Franco‘ de Toni Amengual (2019), ‘Cristos y anticristos‘ de Javier Viver (2019), ‘El paseo‘ de David García (2020), ‘Hombrecino‘ de Susana Cabañero (2020), ‘Sota la llum de mar‘ de Espe Pons (2021) o ‘Maquis‘ de Jesús Monterde son solo algunos de los fotolibros que muestran estos rasgos. Son propios de los discursos de la posmemoria, un concepto de la historiadora Marianne Hirsch, que hasta ahora no se habían producido en España —con la excepción de ‘Memorias revolucionarias‘ de Martí Llorens (1999)—.

La investigación de Martín Núñez también muestra cómo están empezando a publicarse algunos trabajos enfocados específicamente a la recuperación de la memoria de las mujeres, que históricamente han sufrido un doble silenciamiento como ‘Yo soy‘ del colectivo Art al Quadrat (2020), ‘Paterna, la memoria del horror‘ de Eva Máñez (2022) o ‘Derrota‘ de Noelia Pérez Sández (2022)

La exposición y el documental
 

El Archivo de Memoria Fotográfica de la Guerra Civil se podrá ver en formato expositivo en el Museu de Belles Arts de Castelló entre el 11 de mayo y el 9 de julio. La exposición ‘Ecos de la memoria. Fotolibros del presente’ trasladará al museo la construcción de este mapa de la memoria fotográfica y permitirá conocer los principales hallazgos de la investigación a través de una selección de las publicaciones.

De forma paralela, el documental ‘Volver donde nunca estuvimos‘ —que se está rodando en estos momentos— tiene previsto su estreno a principios de 2024, y recorrerá a través de las voces de cinco fotógrafos y fotógrafas diferentes procesos creativos de la posmemoria.


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