Memoria y posmemoria de la Transición

Memoria y posmemoria de la Transición
Tamara Montero

Un día en el Consejo debate las historias del proceso de democratización y presenta un proyecto de digitalización y difusión de uno de los mayores fondos de propaganda política: el fondo Miguel Gutiérrez

Dolores Ibárruri, la Apasionada , y el poeta Rafael Alberti bajan la escalinata del hemiciclo del Congreso de los Diputados. Los iconos son así, instantes congelados que prevalecen, empeñados en convertirse en el punto cero. Dos exiliados pisan unas Cortes democráticas cuarenta años después mientras el profesor Xosé Manoel Núñez Seixas relata la "correlación de debilidades" -tomando la frase que el profesor tomó prestada del periodista y escritor Manuel Vázquez Montalbán- que condujo a la democracia ahora consolidada en españa

En 1978, el Estado español dejaba atrás el franquismo, al menos desde el punto de vista jurídico y constitucional. Pero la cultura democrática no es ley. O no solo. Es, sobre todo, práctica. Un esfuerzo colectivo para cambiar los modos, las pautas, impuestas y consolidadas durante cuarenta años de franquismo. Modos que tardaron décadas en morir: "probablemente estén más desactualizados de lo que pensamos; achacarlo todo a cuarenta años de franquismo no es un argumento a estas alturas”, remarcó Núñez Seixas— sepultado por un esfuerzo colectivo no solo de voces, momentos, documentos y personajes icónicos. También de una memoria coral y prácticamente anónima.

Un enorme patrimonio que hoy “se conserva, en su mayor parte, sólo en la memoria”. El profesor Emilio Grandío coordinó una jornada en el Consejería de Cultura de Galicia que, como la Transición, mezcló teoría y práctica. Investigación académica y actualidad política. Una Galicia que se sumergió en el proceso y que ya se ha convertido en una democracia consolidada. Y que, sobre todo, llamaba a reflexionar sobre la necesidad de conservar, cincuenta años después, esa vasta memoria histórica .

¿Es posible precisar el momento exacto en el que España empezó a ser una democracia? Seguramente no. Una transición es un proceso, y en los procesos hay matices. Por lo tanto, la historia de lo que comenzó como un modelo de éxito se fue transformando a medida que la sociedad cambiaba. De ser considerado un modelo de éxito con capacidad de exportación a América Latina y Europa del Este a ser cuestionado por la generación que había vivido en el estado de bienestar y no vio oportunidades durante la crisis financiera: el proceso de construcción de la democracia continúa.

En ese proceso, que ahora puede comenzar a analizarse por el tamiz del tiempo (están por cumplir 50 años), se hizo historia para los sindicatos, los partidos políticos y las élites. Pero durante mucho tiempo decenas, miles de voces fueron silenciadas. Los que trabajaron desde abajo: las agrupaciones vecinales y vecinales, el asociacionismo, el movimiento feminista y las reivindicaciones del colectivo LGTBi, la contracultura y la transición local (concejos y diputaciones).

todos aquellos relatos aún por reconstruir de la historia de la Transición La jornada habló de , con una perspectiva fuera del maniqueísmo (buenos y malos, traidores y héroes), accediendo a las fuentes y sin canonizar el proceso pero también sin satanizarlo. “ La historiografía de este país está cumpliendo su papel de investigar y dar a conocer lo ocurrido en la Transición ”. Antonio Rivera, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, criticó la "brocha gorda" de presentismo con la que juega la política en torno a un proceso iniciado hace casi cincuenta años.

Rivera puña sobre a mesa o concepto «ucronía», que vén ser algo así como modificar o acontecido a través da instalación dun novo relato. « El lamento por lo que no ocurrió fue algo muy específico de lo que podríamos llamar los perdedores en representación »: os que apostaron pola creba e os que querían que non cambiara nada.

En esa ucronía prevalece una mirada sin aristas, agonizante, que termina por concluir que todos los problemas de la sociedad actual provienen de ese proceso reformista. “ Si nuestros males presentes son la causa de cómo se resolvió la Transición es porque hemos pasado ese tiempo de forma irresponsable, sin hacer nada”, tanto por parte de los gobiernos de izquierda como de derecha. Ese discurso sin matices, que presenta la Transición como “un régimen ” viene del año 2014, con una ruptura, quizás generacional, entre una izquierda que saltó a cuestionar la Transición y una derecha que sacraliza la Constitución.

Normalizar a Transición. É o concepto clave dun proceso no que « el tiempo culpable no es el de la Transición sino el de las agendas políticas que le sucedieron », advirte Rivera. 

El Fondo Miguel Gutiérrez, el más rico que existe

En 1976, desprendió un cartel rudimentario de una pared, sin saber el valor histórico que podía tener esa pieza. Miguel Gutiérrez inició así una amplísima colección de material único, huellas históricas de conflictos laborales, estudiantiles, barriales, reivindicaciones feministas y ecologistas. La única manera, a menudo, de saber que sucedió. Una exposición local, en A Coruña, rudimentaria, hace diez años. El fondo Miguel Gutiérrez es uno de esos ejemplos de enorme patrimonio sobre la memoria de la Transición que permanece oculto a simple vista. Olvidado Un enorme fondo que, por ejemplo, conserva alrededor de 40.000 pegatinas y otro material de propaganda política en la Galicia de la Transición y que ahora serán digitalizados, catalogados, estudiados y difundidos.

“El potencial de este fondo es enorme, en comparación con otros fondos”, explicó Emilio Grandío, coordinador de la jornada y uno de los responsables de investigación y catalogación del fondo Miguel Gutiérrez. “No me arriesgo mucho si digo que será el fondo más importante de España”, si no el que más, en este tema.

Hay aspectos, como los stickers, que hacen de esta la colección online más grande de España. “Esto ayudará a conocer mucho mejor esa realidad de primera mano”, una forma de cartografiar ese proceso de transición hacia la democracia en Galicia, que, como el resto de España, se hizo sin mapa. Abriendo ventanas mientras caminaban.

Pero hay mucho más: carteles, postales, publicaciones, merchandising político . “Miles y miles de objetos que nos ayudan a entender cómo vivían esas personas, qué sentían” y cómo era aquella época de Transición. "No conocían el futuro" y construyeron. Con errores, con fallas, pero construyeron. “La dictadura estaba viva. Hay que saber transmitir el sentimiento de miedo, que es el principal elemento con el que se sostenía la dictadura”, explica.

También está el miedo al cambio. La reacción a una aceleración de los tiempos, de la incertidumbre. Tiempos similares a los de hoy.


Fuente → lavozdegalicia.es 

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