Justicia y reparación para los asesinatos de la Transición
Justicia y reparación para los asesinatos de la Transición
Manuel González
Recordando a los más olvidados entre los olvidados; para que no se olvide vuestro nombre
46º Aniversario de la Semana Negra de enero de 1977

 

Ayer martes, último día de enero, el madrileño Teatro del Barrio programó un acto recordando los asesinatos que tuvieron lugar en la conocida como la Semana Negra de enero de 1977. El acto, presentado por el actor Carlos Olalla, se inició con una sencilla y emotiva escenificación teatral de los asesinatos, realizada por un grupo de adolescentes de cuarto de la ESO y 1ª de bachillerato que pusieron la carne de gallina a los asistentes. Esta performance es parte de una actividad sobre la Memoria Histórica que promueven dos profesores del Taller de la Memoria del Colegio Lourdes FUHEM. Estos adolescentes, la prueba de que hay un relevo generacional, según dijeron sus profesores, están recabando fondos para poder ir a conocer el campo de Mauthausen.

Tras la escenificación y el pase de un vídeo sobre la matanza de los abogados comunistas de Atocha, Luis Suárez Carreño, de La Comuna de Presxs del franquismo, hizo una exposición introductoria analizando el contexto de los asesinatos, no sólo de los de la Semana Negra sino de los aproximadamente 300 que tuvieron lugar en el período que denominamos Transición y cómo esos golpes de violencia formaban parte del forcejeo entre las distintas opciones que había para el cambio político, en un intento de imponer la máxima lampedusiana de que cambien las apariencias para que no cambie lo importante.

Manuel Ruiz, del Colectivo por los Olvidados de la transición (COT) explicó las circunstancias del asesinato de su hermano Arturo Ruiz haciendo hincapié en que fue una víctima seleccionada por su lucha en la calle y que en absoluto fue un hecho accidental. Carlos Portomeñe, autor del libro La Matanza de Atocha y otros crímenes de Estado, corroboró la tesis de Manuel al asegurar que en sus nueve años de investigación ha conseguido demostrar que uno de los asesinos de Arturo Ruiz participó un día después en la matanza de Atocha y que existen pruebas que relacionan a los asesinos con los servicios de seguridad del Estado, lo que explicaría las tenues condenas y las facilidades de fuga de los criminales.

Anabel Santamaría, testigo del asesinato de María Luz Nájera, quien murió por el impacto en su cabeza de un bote de humo lanzado por un policía antidisturbios, contó cómo Mari Luz llevaba un ramo de flores al frente de una manifestación en protesta por el asesinato de Arturo y en la se reclamaba Amnistía cuando el policía le disparó, y cómo, una vez en el suelo, varios antidisturbios se ensañaron a porrazos y patadas con su cuerpo.

Tanto Anabel como Manuel consideran que no se puede hablar de democracia plena en tanto no se haya hecho justicia con los culpables y haya habido una verdadera reparación a las víctimas. En este sentido, Carlos Portomeñe recordó el final del editorial de El País del 12 de febrero de 1977 en el que aseguraba que la posibilidad de una democracia efectiva en España dependía del esclarecimiento de estos crímenes. Su documentadísimo libro demuestra hasta qué punto sigue sin haberse hecho justicia.

Al final del acto se leyó un manifiesto suscrito por decenas de organizaciones y personas que reclaman justicia y reparación con los crímenes de la Transición.

El cantautor Bernardo Fuster acompañó el acto con sus combativas y esperanzadoras canciones.

Grupo de estudiantes de ESO y Bachillerato que escenificaron los asesinatos de la Semana Negra
 

Fuente → mundoobrero.es

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