
En 1976, la policía franquista asesinó en Sabadell al profesor David Wilson, mediante un pelotazo de goma
Entre
el 22 y el 24 de diciembre de 1975, las 34 entidades de las
asociaciones democráticas de Sabadell firmaron un manifiesto, pidiendo
la finalización del consistorio municipal franquista. El pleno del
Ayuntamiento se negó a recibir el escrito. A los pocos días los
periodistas Dionisio Giménez y Xavier Vinader fueron atacados por ultras
en la plaza Sant Roc de la localidad. El 1 de febrero de 1976 el
régimen franquista nombró alcalde de Sabadell al falangista Josep
Burrull, que ya lo era desde 1965. Ese año Rodolfo Martín Villa era
ministro de Relaciones Sindicales.
Durante la primera quincena de enero de 1976, la Assemblea
Democrática de Sabadell, formada por la oposición democrática y
asociaciones de vecinos, recogieron miles de firmas insistiendo en este
objetivo. Las asambleas de trabajadores de diferentes empresas se
sumaron al manifiesto. El 21 de enero se produjo una concentración
frente al Ayuntamiento para la entrega de firmas, que fue disuelta con
dureza por la policía, con la colaboración de grupos de ultraderecha.
El 10 de febrero arrancó una gran huelga en la enseñanza, 670
docentes y 22.000 alumnos. Las empresas metalúrgicas del Baix Llobregar
hicieron paros en solidaridad. El 12 de febrero, los representantes
vecinales consiguieron entrevistarse con el alcalde y entregarle las
firmas, varias manifestaciones recorrían el municipio pidiendo la
dimisión. Al día siguiente, una manifestación de 2000 profesores, con
padres, madres y alumnos, fue reprimida con saña por la policía,
provocando lesiones a varios niños. Entre el 14 y el 18 de febrero la
contestación, promovida por CCOO, la enseñanza y la construcción era
creciente.
El día 19 una manifestación de 6000 personas fue reprimida por
la policía franquista, con pelotas de goma y granadas lacrimógenas
incluidas, provocando 30 heridos, 3 ellos muy graves; el centro de
Sabadell quedó con hedor de gas lacrimógeno durante horas. Los
mercenarios cargaron a porrazos desde la plaza del Ángel y hacia el
Paseo Manresa, en muchos casos contra los peatones que miraban. El
sindicalista Manuel Rodríguez recibió el impacto de una pelota de goma,
cayó fulminado herido grave. Un hombre bajó de un autobús y unos
policías le golpearon contundentemente hasta dejarle inconsciente sin
que el transeúnte hubiera hecho nada. David Wilson era profesor de
inglés en la escuela de idiomas FIAC (Francés, Inglés, Alemán y
Catalán).
Desde las ventanas de la academia de idiomas vieron lo que
había pasado, y el exceso policial provocó que alguien, desde una
ventana de la academia, gritara «¡asesinos, asesinos!». Mientras los
policías buscaban la puerta de entrada a la academia, David estaba
retirando a los alumnos de las ventanas. Los policías lanzaron pelotas
de goma hacia ellos, y una le impactó a David en la cabeza. No fue un
accidente, disparar contra las ventanas era práctica habitual. Había una
brutalidad indiscriminada.
Wilson fue trasladado a la clínica Santa Fe, donde se le
diagnosticó «herida contusa en labio superior e inferior, contusión
craneal recuperada, de pronóstico Grave, por agresión de policía armada
en Sabadell». A los pocos días, por complicaciones derivadas del impacto
recibido, David Wilson murió. Tenía 37 años. Estaba casado y tenía 1
hijo. Nunca se investigó el caso. La impunidad fue total y absoluta. Los
policías que perpetraron los hechos no se vieron afectados de forma
penal, ni siquiera fueron identificados. El hecho provocó huelgas
masivas y detenciones de sindicalistas. Hubo Asambleas de miles de
personas en el Pavelló d´Esports, la policía impidió muchas otras.
La impunidad formaba parte del pacto de silencio de la transición.
Se confundió la amnistía con la amnesia. La amnistía era un paraguas
protector para todos estos perpetradores, lo que condujo a una amnesia
total, no remover el pasado. Las víctimas del fascismo en España, una, y
otra, y otra vez, condenadas al olvido.
Documentos: La Comuna prsxs del franquismo. Sapiens.cat. iSabadell (Jordi de Arriba). Imagen de Diari de Sabadell
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