Por todo lo público: República y Cortes Constituyentes

Huelgas…, y huelga general. Por todo lo público: República y Cortes Constituyentes

Huelgas…, y huelga general

Por todo lo público: República y Cortes Constituyentes

Sectores de la sanidad están en pie. No es una cuestión de la Comunidad de Madrid, como tampoco es sólo una cuestión española o europea. El capital parasitario viene desde hace tiempo buscando nichos de negocio para mantener su tasa de ganancia. Los bancos y Fondos Buitre pretenden apropiarse de toda la sanidad pública. Lo que sucede en la sanidad pública, allí donde existe, es que sufre una ofensiva de los capitalistas y de quienes se ponen a su servicio, y que se ejecuta en fases sucesivas, pero tiene siempre el mismo objetivo: hacer su negocio con la sanidad de todos, dejando a los sectores con pocas rentas en las puertas de los centros de salud y de los hospitales. Quieren una sanidad solo para ricos, como si la sanidad fuese un lujo y no una necesidad.

La batalla de la sanidad es una realidad en muchos países. De ahí las movilizaciones y huelgas en países donde se acaba a golpes con el llamado “Estado de Bienestar”: Gran Bretaña, Italia, Francia, Alemania y España. A partir de la huelga de los médicos de atención primaria de Madrid, la sanidad se ha convertido en una prioridad social y política, que se extiende al resto de España.

En un acto celebrado recientemente en la Facultad de Periodismo de Madrid para ensalzar la figura de la Presidenta de la Comunidad de Madrid (destacada agente privatizadora de la sanidad, la educación, los transportes y de todo lo público en general) tomó la palabra -entre otras personas- el actor Antonio de la Torre para afirmar: “Para mí la palabra libertad significa tener los recursos para pensar por sí mismo… yo pude estudiar aquí porque tuve una beca…y he logrado pensar en libertad gracias a que existe la educación pública”. De esta manera daba cumplida respuesta a la “libertad para tomar cañas”, de la que se reclama la privatizadora presidenta de la Comunidad de Madrid.

Apropiarse de ese inmenso capital que concentra los servicios públicos es la estrategia que lleva a acabar con las pensiones públicas, la sanidad, la educación… Las privatizaciones encadenadas, el deterioro de las condiciones de trabajo y vida de la población están volviendo a acumular inmensas riquezas en manos de unos pocos. Hasta el Banco de España constata que los beneficios de las empresas han crecido siete veces más que los salarios. Las guerras, las privatizaciones y la inflación se han convertido en un inmenso negocio que está siendo favorecido por los planes gubernamentales que maltratan como súbditos a quienes demandan derechos como ciudadanos.

El deterioro de la sanidad pública y el avance de la sanidad privada no conducen sino al colapso de la salud. Estrategia que solo es posible por la complicidad de los gobiernos y de las cámaras de representantes, sean estos del color que sean.

Ha sido el colapso políticamente provocado de la sanidad pública la que ha llevado a las huelgas de resistencia. El aumento de las listas de espera, la desatención médica de los enfermos por falta material de tiempo en las consultas, el retraso de las pruebas diagnósticas…, todo ello redunda en un significativo aumento de la desatención sanitaria y en el aumento significativo de la mortalidad.

Las huelgas de Barcelona vuelven a abrir el camino al atasco político e institucional: los sindicatos educativos y sanitarios en huelga se han movilizado hasta el Parlament para reivindicar la protección de todos los servicios públicos, reclamando mejoras que no podrán llevarse a cabo sino con más dinero para los servicios públicos, con otros Presupuestos… Con los médicos, enfermeras y demás personal se manifestaron los profesores, los estudiantes, y por el camino estaban los taxistas.

Hay que dar un paso más, y no solo en Barcelona; hay que reunir asambleas de todos los sectores y analizar la necesidad y posibilidad de convocar una Huelga General por todo lo público. Parar a los franquistas y sus agresiones contra los derechos de la población, de la mujer, de los jóvenes es inseparable de la lucha en común por la unidad contra las privatizaciones, por la subida general de salarios y pensiones; levantando para ello asambleas generales de todos los sectores, centralizando todas las fuerzas mediante comités de huelga elegibles y revocables por las asambleas, integrando a los sindicatos.

Toda la farsa de la “colaboración público-privada” no conduce sino a la pérdida de derechos sociales y, en el caso de la sanidad, a la desatención sanitaria y al aumento de la mortalidad. Baste esta consideración general acerca de lo que supone la privatización, y de la privatización sanitaria en particular, para deducir que es un grave problema social, que no tiene sino solución política e institucional. Las huelgas parciales del sector no son suficientes; es imprescindible generalizar las demandas y establecer las necesarias soluciones políticas para todos, extendiendo el conflicto a todos los rincones. Es preciso establecer espacios de colaboración entre los sanitarios y la población, para que la demanda política de ¡alto a la privatización y a su financiación con recursos públicos! se convierta en la movilización de la mayoría. Camino obligado, que no se hará posible sino a través de la extensión y centralización de los movimientos de huelga: Huelga General en defensa de todo lo público, por unas Cortes y un gobierno que acaben con las leyes que permiten las privatizaciones, con la reversión de todo lo privatizado, así como la nacionalización del sector farmacéutico, a donde va a parar el 40% de la financiación sanitaria actual, y al que se añaden los desvíos presupuestarios a la sanidad privada.

Es absurdo por parte de quienes pretenden aguar el conflicto latente seguir repitiendo que lo que sucede en la sanidad pública no tiene que ver con la política y es simplemente una cuestión social, que, por tanto, no exige toma de decisiones políticas por parte de quienes son mayoría en las instituciones representativas. La privatización es la política destructiva del capital y sus agentes; la defensa de todo lo público, sin embargo, es la política por la igualdad efectiva que debe garantizar un gobierno de los trabajadores y pueblos: un gobierno en ruptura con las políticas e instituciones del régimen de la monarquía que es, en última instancia, quien promueve políticamente las privatizaciones que solo benefician a grandes empresarios, fondos buitre y banqueros.

La sanidad pública es un bien de toda la ciudadanía, y por ello no podemos dejar que solo los médicos y demás sanitarios salgan a la calle, o huelgas limitadas a impedir su desmantelamiento. A la sanidad hay que unir la educación, los transportes, la defensa del sistema público de pensiones, que el Gobierno y la Unión Europea pretenden privatizar.

Por todo lo expuesto, llamamos a participar en la gran manifestación que se convoca en Madrid para el próximo día 12 de febrero en defensa de la sanidad pública. Manifestación que se compondrá de cuatro columnas principales: por el norte desde Nuevos Ministerios, por el sur desde Legazpi, desde el este desde el Hospital de la Princesa y desde el oeste desde la Plaza de España. Concentrando las cuatro columnas en la Plaza de Cibeles.Manifestación de toda la sociedad, de todos los sectores para defender lo público frente al robo y saqueo de la sanidad, que por ello debe interesar a la participación de todos los sectores de la población para llegar unidos hasta el centro de Madrid.

¡Hay que hacer valer las demandas mayoritarias del pueblo de Madrid! Es necesario un giro a la izquierda, al que se suman las Asambleas Republicanas contra los privilegios del mundo de la Corte ¡Por todo lo público, República! ¡Por una decisión de la mayoría de las Cortes que reviertan por Ley todo lo privatizado!


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