Las víctimas del “Caso Almería”, asesinadas por un “error”, serán reconocidas por primera vez por un Gobierno
Las víctimas del “Caso Almería”, asesinadas por un “error”, serán reconocidas por primera vez por un Gobierno / Juan Luis Valenzuela
 
Los cuerpos de los tres jóvenes aparecieron calcinados y con impactos de bala en el coche que alquilaron para ir a una primera comunión

Han tenido que pasar casi cuarenta años para que un Gobierno reconozca y recuerde a las víctimas del llamado 'Caso Almería'. Así será el próximo 20 de enero en un acto impulsado por el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que dirige el almeriense, Fernando Martínez. También contará con la participación de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. Está prevista la presencia de familiares de los tres jóvenes que fallecieron el 8 de mayo de 1981 tras ser confundidos con miembros de un comando terrorista y arrestados por agentes de la Guardia Civil. Sus familiares recibirán diplomas de reparación por estos hechos acontecidos hace 39 años. 

Tres jóvenes viajan para celebrar una primera comunión

Fueron tres jóvenes residentes en Santander quienes culminaron de manera tan triste su viaje en mayo de 1981. Sus nombres, Luis Cobo Mier, de 29 años y natural de Santander; Juan Mañas Morales, de 24, originario de la localidad almeriense de Pechina y Luis Montero García, de 33 años, salmantino de La Fuente de San Esteban. Viajaban a Almería desde Cantabria para asistir en Pechina a la primera comunión del hermano de Mañas. Al día siguiente, sus cadáveres aparecieron dentro del vehículo en el que viajaban.

Ese viaje fatídico para los tres jóvenes comenzó mal. A su paso por Manzanares del Real, en Madrid, averiaron el coche de Luis Cobo. Ante esta adversidad, decidieron continuar el viaje en tren desde Alcázar de San Juan (Ciudad Real) hasta Puertollano. Desde esta ciudad prosiguieron el viaje a bordo de un Ford Fiesta alquilado para poder llegar a tiempo a la celebración de la comunión en Pechina. ​ 

Ruido de sables y asesinatos terroristas

Determinadas informaciones del momento, señalaron que el responsable de la empresa que alquiló el turismo, ante las prisas de los jóvenes, pudo informar a la Guardia Civil sospechando que pudieran ser miembros de ETA que habían perpetrado el atentado en Madrid el día antes. En dicho atentado, los terroristas dejaron malherido al teniente general y jefe de la Casa Militar del Rey, Joaquín de Valenzuela y asesinaron a un teniente coronel, un suboficial de la Guardia Real y al soldado conductor. Eran los tiempos de intensa actividad terrorista y el “ruido de sables” estaba a la orden del día. 

Terrible descubrimiento de los cadáveres

Lo cierto es que el sábado 9 de mayo, los tres jóvenes llegaron a Pechina y, el día 10, se trasladaron a Roquetas de Mar para visitar a un hermano de Mañas. Fue en ese trayecto donde se les detuvo a punta de pistola por la Guardia Civil. Al día siguiente, España se estremeció con el terrible descubrimiento de los cadáveres. Los cuerpos aparecieron cerca de la población de Gérgal, calcinados y con numerosos impactos de bala en el mismo coche alquilado en el que habían viajado. 

Versión oficial que no fue creída

Desde la Guardia Civil se intentó justificar el triple fallecimiento con de que los detenidos se trasladaban a Madrid dentro de su propio vehículo, conducido por un guardia y vigilados por otro en el asiento del copiloto y que a la altura del kilómetro 8,350 de la carretera de Gérgal, los jóvenes agredieron al conductor del vehículo. Se informó de que los dos guardias civiles saltaron del coche. Continuaba la versión oficial explicando como el máximo responsable de la operación, el teniente coronel Carlos Castillo Quero, que circulaba detrás en otro vehículo, ordenó disparar al Ford Fiesta y este cayó por un terraplén envuelto en llamas. El teniente coronel alegó que ninguno de los once guardias civiles que integraban la comitiva, pudo hacer nada para apagar las llamas. 

El proceso judicial

El 14 de junio de 1982 comenzó en la Audiencia Provincial de Almería el proceso por este denominado “Caso Almería”. Para el fiscal, los hechos eran constitutivos de delito de homicidio. Por ello pidió 42 años de prisión para el teniente coronel Carlos Castillo Quero y 27 años de prisión para los otros dos acusados. En julio de 1982 se dictó la sentencia que declaró probado que Castillo y sus guardias torturaron hasta la muerte a los tres detenidos en un cuartel abandonado llamado Casafuerte. También se probó que, más tarde, con el objetivo de no dejar pruebas, arrojaron el coche por el terraplén, al tiempo que le dispararon numerosas veces y le prendieron fuego. 

Condenas

La sentencia condenó al teniente coronel a veinticuatro años de prisión mayor como autor de tres delitos de homicidio. Castillo quedó en libertad condicional el 6 de octubre de 1992. Mientras que al teniente y a un guardia se les condenó por idénticos delitos a 15 y 12 años de cárcel respectivamente.

Desde mayo de 2021, con motivo del 40 aniversario del suceso, un monolito recuerda los hechos en el punto kilométrico de la carretera de Gérgal, en el lugar donde se encontró el coche calcinado. Ahora, el Gobierno central, reconoce por primera vez, con un acto de recuerdo y reconocimiento a las víctimas del 'Caso Almería'.


Fuente → elplural.com 

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