Represión en El Burgo de Osma (Soria). Parte 1, Burgenses asesinados por los franquistas
Represión en El Burgo de Osma (Soria). Parte 1, Burgenses asesinados por los franquistas / Tulio Riomesta

 

En Soria no hubo Guerra, no hubo frente de batalla ni nada, solo represión franquista. Triunfó la sublevación a las pocas horas de producirse, aun así los nazionales cometieron más 600 crímenes en la provincia. Lo que pasó en Soria es lo que tenían preparado para toda España, un ejemplo de violencia sistemática contra civiles Republicanos. En El Burgo de Osma residió uno de los grupos falangistas más represivos y tenebrosos de Soria, no sólo actuaba en El Burgo, sino en toda la comarca. Fusilaron a 12 vecinos de El Burgo de Osma, once de ellos el 15 de septiembre de 1936.

Ese día, «Angel «el Cabuche», alguacil de El Burgo de Osma, acompañado de un guardia civil, avisaron a varios vecinos en sus domicilios para que se lIegaran de inmediato al cuartel de la guardia civil. Fueron llegando dócilmente los 10 hombres, y los introdujeron en un camión. Una señora, esposa de un guardia civil, les gritó, «que os van a matar». Antes de arrancar el camión, les obligaron a cantar el «caralsol», partieron y empezó su calvario, atados y a solas con sus verdugos.

Un coche con varios falangistas, propiedad de Alfredo Marqués, y el camión coincidieron en el «Puente de la Tejada» con otro procedente de Berlanga de Duero también con detenidos destinados al mismo trágico final. En el mismo Puente Ullán o en la bifurcación de las carreteras de Bayubas de Abajo y Tajueco, los falangistas los fusilaron extrajudicialmente con armamento proporcionado por la guardia civil, y en el km 0,5 de la carretera del Puente Ullán a Tajuec los cuerpos fueron arrojados a una fosa común.

El lugar era conocido, familiares de las víctimas visitaban el lugar cada año el día de todos los Santos. En 1971 los familiares sufragaron su exhumación, pero solo se permitió recoger los cráneos que se llevaron al cementerio de El Burgo de Osma. Un hijo de Aylagas comprobó que su padre tenía un tiro en el occipital y otro en la sien. Los franquistas permitieron la exhumación, porque el familiar de un asesinado tenía cierta relación con el obispo del momento. El alcalde no informó al pueblo, y la Iglesia tampoco se inmutó. Durante estos años, las diferentes corporaciones municipales no han querido hablar sobre el asunto. Las víctimas fueron:

Agustín Alonso Zuloaga, 53 años, propietario de una carnicería-alpargatería. Fue fusilado antes que su hijo, Elías, y enterrado en una fosa aparte. Cuando lo montaron en el camión se dio perfecta cuenta de cuál sería su destino, y le dijo a una vecina casualmente presente: «Hasta el valle de Josafat».
Elías Alonso Téllez, 31 años, hijo del anterior y fusilado el mismo día después de ver cómo asesinaban a su padre.
Cayetano Zapatero, 44 años, de origen andaluz y albañil de profesión. Residía en El Burgo donde era contratista.
Miguel Arribas, 44 años, dependiente del comercio de telas y ferretería de un tal Ridruejo, conocido cacique de El Burgo de Osma.
Eugenio Aylagas Antón, 39 años, casado con Juana Rupérez y padre de 8 hijos. Era hortelano y serrador de madera. Estaba señalado por Republicano. Juana acudió con todos sus hijos al cuartel de la guardia civil para ver qué sucedía. Cuando Eugenio era introducido en el camión, uno de los hijos se aferró desesperadamente a sus pantalones.
José Orofino, 35 años, de muy humilde posición económica. Era calderero, arreglaba sartenes e iba de pueblo en pueblo buscando trabajo.
Sebastián Orofino, 31 años, hermano del anterior.
Manuel Acedera, 40 años. No era de El Burgo, pero se casó con una burgense y sus hijos nacieron allí. Era criado o dependiente de Alfredo Marqués, quien le ordenó que reparara su coche negro, precisamente, el que transportó a los falangistas que intervinieron en los fusilamientos del 15 de Septiembre.
Manuel Andrés de Jesús, 39 años, obrero en faenas diversas. Dejó 5 hijos.
Julián Torre Carro, 29 años, obrero e íntimo amigo de Eugenio Aylagas. Julián le había propuesto a Eugenio Aylagas, puesto que las cosas «olían mal», marchar voluntarios al frente.

Entre los 10 fusilados habría un concejal, pero los demás no poseían aparente relación política alguna, lo que era un eximente, porque si les habían matado por envidias o rencores a esa familia no le hacían tan imposible la vida, así que muchas familias negaban la adscripción política del asesinado para poder sobrevivir en la dictadura. Juana Rupérez quedó viuda con 8 bocas que alimentar. Sobrevivió en condiciones infrahumanas, humillada e insultada por casarse con un rojo. Le quitaron todo, las pequeñas tierras que tenían y la vaca con cuya leche alimentaba a los hijos, que también fueron marcados y acosados.

La Asociación Recuerdo y Dignidad ha creado un lugar de memoria y homenaje en el lugar. Desde el 15 de septiembre de 2022, en el kilómetro 0,5 de la carretera del Puente Ullán a Tajuec hay un pequeño memorial en recuerdo a estas víctimas de la represión golpista.

Represión en El Burgo de Osma (Soria). Parte 2, Las sacas franquistas de la cárcel de El Burgo 


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