Antes que nada, ¿qué tal se han sentido ustedes, los familiares, y los allegados de Yolanda, durante esta semana?
Ha sido una semana complicada. Estamos indignados completamente desde
que hemos sido conocedores de la noticia. Nos ha indignado
profundamente, especialmente porque no es la primera vez que este
asesino ejerce de perito en casos de tintes políticos. ¿Qué nos indigna
especialmente? Cada uno tendrá sus propios límites en los que ubica sus
valores éticos, pero en el ámbito institucional se deben de tener un
mínimo de valores. Lo decimos en la nota pública que hemos emitido esta
semana: exigimos a cualquier representante político y organismo
internacional que actúe en todo momento con unos niveles mínimos de
ética y valores humanos respecto a las víctimas del terrorismo.
¿Les indigna profundamente que sus reclamaciones parezcan haber caído en saco roto durante tantos y tantos años?
En nuestro caso, no es la primera ocasión en la que somos
revictimizados, cuando las leyes sobre memoria histórica precisamente
abogan por lo contrario. Ya en 2013 supimos que esta persona (Emilio
Hellín…) había estado dando formación a miembros de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado… Llueve sobre mojado. Y a ello se suman
unas horribles manifestaciones del abogado de Borràs (Gonzalo Boye). La
verdad es que estamos muy indignados y más que hartos. Y quiero que
quede bien claro que mi hermana está reconocida oficialmente como
víctima del terrorismo desde el año 2000.
Apunta a que las redes de contactos tejida por Hellín en las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado en los tiempos de la Transición son las
que hacen que ahora que participe en muchos casos.
Así es. No es que parezca que Hellín sea el mejor en su campo (su
especialidad es el rastreo de pruebas en teléfonos móviles, ordenadores y
dispositivos digitales), que no entramos a valorar. Lo que nos
cuestionamos es si no hay algún otro especialista de similares aptitudes
en España, en Francia o en Alemania. Se sigue amparando en la red
tejida en aquellos tiempos con lo que él mismo denominó como sus
camaradas.
¿Camaradas?
Según sus propias palabras, camaradas, sí. Camaradas de las fuerzas
policiales de aquellos años oscuros. Y me gustaría bien dejar claro que
no ha mostrado un ápice de arrepentimiento. Así lo señaló en una
entrevista a cargo de una periodista de Interviú, en la que vino a decir
que hizo lo que tenía que hacer.
"Emilio Hellín no ha pedido perdón en ningún momento y se ha valido de su red de contactos para seguir con su vida"
¿Creen en la reinserción?
Creemos firmemente en la reinserción, desde luego. Pero este no es el
mejor ejemplo de ello. Porque Emilio Hellín no ha pedido perdón en
ningún momento y se ha valido de su red de contactos para seguir con su
vida.
La Fiscalía parece haber sido el único estamento institucional que ha
movido ficha. La gravedad del crimen cometido por Hellín, por el que
fue condenado a 43 años de cárcel en 1982, condicionaría su “fiabilidad y
credibilidad”. ¿Qué opinión le merece?
No puedo estar más de acuerdo. Ahora bien, ya que se habla de
fiabilidad y credibilidad, considero que es más una cuestión de un
mínimo de valores humanos que de los anteriores conceptos. Una cosa es
el ámbito privado, donde cada uno pone sus límites donde puede o quiere.
Y otra bien diferente es el ámbito institucional, donde debe de haber
un mínimo.
¿Se han sentido desamparados por las instituciones?
Han habido algunos actos de resarcimiento, que se agradecen
enormemente, pero han sido más por impulso de la familia y allegados que
por parte de las instituciones. Llevamos luchando 42 años por que se
respete la memoria de mi hermana, que fue asesinada cuando yo apenas
tenía 6 años. Y ahora tengo 48 años.
En todo caso, ustedes seguirán firmes en la defensa de la memoria de Yolanda González.
Desde luego que sí. La educación que recibimos de nuestros padres es
no caer para nada en el odio o la venganza. Y así nos mantendremos, pero
siempre defendiendo la memoria de mi hermana.
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