
Autoras: Laure Sirieix (guion) y Lauri Fernández (dibujos); publicado por Bang Ediciones en abril de 2022; 140 páginas, color; más 12 páginas extras de notas históricas, con fotografías y pequeño diccionario de breves conceptos que van desde personalidades históricas (por ejemplo, Pasionaria o Franco), lugares (Cárcel de mujeres de Les Corts, Hospital del Mar, etc) y otros conceptos históricos y culturales que nos ayudan a contextualizar la historia. Publicado inicialmente en catalán, francés y español.
Lauri Fernández (Argentina, 1980) es historietista, ilustradora, investigadora académica y docente universitaria. Desde hace una década publica novelas gráficas en Argentina y Uruguay, como Ani (2011) con guion de Von Sprecher; Vientre (2012), Regulación (2014) y Tupamaros (2015), con guion de Leguisamo; las antologías Morir a los 27 (con guion de Hildebrandt, 2019); ¿Qué querés ser cuando seas grande? (con guion de Rayco Pulido, 2019); El pozo (2017); también ha hecho ilustraciones para libros y trabajado en revistas y sitios web.
Laure Sirieix es una actriz francesa de teatro y cine. Muy activista, presta su voz a lecturas públicas tanto en teatros, galerías, hospitales, al aire libre, en tren de vapor o en barcos… También escribe guiones de libros infantiles.
Si el mes pasado comentábamos el cómic Contrapaso, del que uno de los argumentos más importantes es el de los niños robados durante el franquismo, tratado desde una perspectiva argumental del género negro, para este mes he elegido Rupturas, otro cómic que también nos habla de los bebés robados, pero que esta vez lo hace desde una perspectiva biográfica. Dos formas y dos géneros diferentes de tratar un mismo hecho histórico, aún sin resolver, que son complementarios y enriquecedores, y que nos dejan muy claro que las historias relacionadas con nuestro más reciente pasado despiertan mucho interés entre los lectores y lectoras de cómics, permitiendo que continuamente aparezcan este tipo de historias en un mercado que demanda este tipo de temas.
El argumento de Rupturas es una paradoja, ya que por una parte nos encontramos con Carmen (la abuela), enérgica mujer que como consecuencia del alzhéimer pierde completamente la memoria, y por otra parte tenemos al hijo y la nieta de Carmen (Salvador y María), que a través de las fotografías y cartas van descubriendo una poderosa historia personal y familiar oculta, llena de coherencia, lucha y sufrimiento. La historia está ambientada en París y sobre todo en Barcelona, en concreto en la Plaza del Diamante, lugar de residencia de Carmen y otro de los homenajes de esta gran historia.
En este cómic descubrimos el pasado de Carmen, su detención y las torturas a las que se la sometió por no delatar a su novio, un luchador antifranquista y padre del hijo que espera, y que desaparecerá como tantos y tantos bebés robados a sus progenitores; se estima que unos 300.000 bebés fueron arrebatados en el momento de su nacimiento a las madres de izquierdas por un franquismo que consideraba que existía un gen rojo que iba a imposibilitar un desarrollo normal de esos niños, a los cuáles oficialmente se les consideraba muertos al nacer o simplemente no se les registraba, y que eran entregados en adopción a familias franquistas, en una sociedad en la que la maternidad era el objeto y bien superior de las mujeres. Todo esto que acabo de describir no es objeto de este cómic, pero que si aparece muy bien explicado en Contrapaso, el cómic del mes pasado.
Todos los personajes femeninos de esta historia son personajes muy fuertes, de convicciones firmes y muy luchadoras, por lo tanto esta es una historia muy feminista. No puedo decir lo mismo de los personajes masculinos, Salvador y Miguel, con dos personalidades muy diferentes entre sí; Miguel es un hombre frívolo y hedonista, mientras que Salvador es una gran persona, tímido y anclado en el pasado por la muerte en atropello de su esposa, pero siempre dispuesto a ayudar y colaborar en las causas justas.
Por esta potente y entretenida historia pasan personajes tan conocidos como Andreu Nin, las 13 Rosas, Rosario la Dinamitera, Francesc Sabaté (el Quico), La Pasionaria, Ava Gardner o el inefable Queipo de Llano. Pero también podemos ver lugares tan emblemáticos de Barcelona como la ya mencionada Plaza del Diamante y su refugio antiaéreo y el barrio de Gracia, así como las Fiestas de la Mercé, la Cárcel de mujeres de Les Corts, el Hospital del Mar y el Orfanato, o la Prisión de Ventas en Madrid y el Valle de los Caídos.
La historia está muy bien documentada y en sus páginas vemos por ejemplo la Ley de Fugas, o a la Sección Femenina y el Auxilio Social; pero yo destacaría en esta excelente documentación y contextualización histórica la Sentencia del 8 de octubre de 2018, el primer juicio sobre bebés robados, la Ley de Amnistía de 1977, las Abuelas de la Plaza de Mayo en Argentina, en un caso casi idéntico de robos de bebés (aproximadamente 500 niños robados en Argentina, frente a los aprox. 300.000 de España) para entregarlos a familias adictas a la Dictadura Argentina, y la propia ARMH, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, fundada en el 2000 por Emilio Silva (que también aparece en el cómic) y Santiago Macías, ejemplo de incansable esfuerzo por recuperar la memoria y justicia para los miles de desaparecidos durante y después de la Guerra Civil. En este sentido, las autoras de este cómic acertadamente equiparan el cuadro de Goya, Saturno devorando a su hijo, con Francisco Franco devorando a su pueblo. También merece la pena destacar el esfuerzo que se hace en la obra para describir las pésimas condiciones en las que vivían las presas en las cárceles franquistas y su inhumano trato, así como las torturas a las que eran sometidas.
El guion, como estamos diciendo, es muy completo y está muy bien documentado; la historia juega con los tiempos, moviéndose continuamente entre el presente y el pasado; sólo le pongo una pega y es que para mi gusto su guion resulta un tanto confuso, sobre todo el principio, donde cuesta ubicarse correctamente.
El dibujo y el color son de lo mejor de este cómic, un gran trabajo de Lauri Fernández; un dibujo muy realista realizado con gran destreza y una gran personalidad. El uso del color es el adecuado, con el empleo de formato tritonos (verde, rojo y negro, más el blanco), para las páginas que hacen referencia al presente; y un tono mucho más oscuro y sombrío para las páginas que hacen referencia a la década de los 50s, con el empleo de malvas y morados.
Otro de los grandes aciertos de esta fenomenal obra es su portada. Impresiona al verla, y en ella vemos a las tres generaciones de mujeres, con unas siluetas que van de menor a mayor tamaño (bisabuela, abuela y nieta) donde destaca emergiendo sobre las demás, la nieta, con una expresión muy triste en su mirada; y todo ello combinado magistralmente con los colores de la bandera de la II República, tanto en la ropa de las protagonistas como en las hojas con las que van descubriendo el pasado de Carmen. Esta misma bandera aparece varias veces a lo largo del texto. Las letras del título aparecen en color rojo, pero sin embargo la “T” del título no tiene la forma natural de esa letra, ni la tipología del resto de las letras de la palabra, sino que es una cruz de color negro, quizás para advertirnos que esta es una historia muy dolorosa y que sin embargo no está tan lejos en el tiempo. La contraportada es un enigma, ya que en ella aparecen una bandera republicana con un collar de cuentas y una cruz; no tengo claro su significado, pero lo asocio al personaje de Rosa, la bisabuela de la protagonista.
Tengo que pediros disculpas por las páginas que aparecen en este artículo, la mayoría no son páginas completas, están recortadas horizontalmente, tanto arriba como debajo de las páginas, e incluso en ambos márgenes; estas páginas que inserto en el artículo y que considero imprescindibles, por más que he buscado no las he encontrado completas, y un par de ellas que sí lo están no tienen la calidad adecuada.
¡Un gran trabajo que merece la pena ser tenido en cuenta!
Un saludo. Casimiro Castaño.
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