¿Por qué Menorca no puede deshacerse de su último monumento franquista?

¿Por qué Menorca no puede deshacerse de su último monumento franquista?
Nura Portella

Aunque las administraciones exigen que se retire el obelisco de Maó, chocan con la negativa de Defensa

 

En la plaza de Sa Esplanada, un monumento franquista da sombra en los jardines del cuartel del ministerio de Defensa de Maó. Este es de grandes dimensiones y centenares de personas pasan por delante cada día, todavía más en verano cuando los turistas inundan la ciudad menorquina. Con todo, ya hay mucha gente que no se fija porque está puesto a un lado de la plaza detrás de un parking y no en el medio, donde los niños juegan a un parque mientras los padres conversan entre ellos sentados en un banco. Pero ahí está. Desde el año 1939 y, por desgracia, no parece que se tenga que retirar pronto, ni siquiera con la nueva ley de memoria democrática que ha entrado en vigor este mes de octubre. Cuando se colocó, este tipo de elementos no eran ninguna excepción, sino una norma por todo el Estado que también llegó a Menorca después de la victoria del bando franquista a la guerra civil. Ahora, la mayoría de los elementos han sido borrados del mapa con años de retraso y después de muchos trámites burocráticos, pero todavía quedan algunos, como el de Tortosa a Catalunya, o el de Maó en Menorca.

Aunque todavía quedan algunos más en la isla, no hay duda es que se trata del mayor de todos, ya que el resto son elementos como una placa del ministerio de la vivienda de la época franquista (muy habituales por toda la geografía balear) o una lápida en memoria de un alcalde franquista en un cementerio municipal. La grande pregunta que se hacen muchos vecinos de Maó y menorquines en general al ver este armatoste en una de las plazas más emblemáticas de la capital de la isla es por qué todavía no se ha retirado. Y todas las respuestas se dirigen hacia el ministerio de Defensa, que ha impedido que este obelisco desaparezca de Se Explanada. 

"Monumento a los Caídos miedo la Revolución Española"

"En la memoria de los caídos por Dios y por la Patria durante la terrible lucha sostenida miedo España contra los invasoras judeo-masones en el servicio de Moscú". Así se anunciaba la creación del "Monumento a los Caídos miedo la Revolución Española", su primer nombre, por parte de las autoridades de la época. Concretamente, según consta en documentos, su creación fue idea del gobernador militar de Menorca, Eduardo Recs, y las obras empezaron el 16 de mayo de 1939. Solamente 5 meses después, ya estaba construido con las manos de republicanos que estaban cerradas a la prisión de San Felipe, e inaugurado. Más de 80 años después, aunque se le han aplicado diferentes modificaciones, este símbolo del franquismo todavía sigue en el mismo sitio. 

Los monumentos privados o de Defensa, difíciles de eliminar

Preguntar por este caso, el secretario autonómico de Memoria Histórica de las Islas Baleares, Jesús Jurado, lamenta profundamente la situación que sufre la ciudad de Maó con el obelisco franquista, ante la parsimonia del ministerio. Tal como él mismo explica a ElNacional.cat, este monumento forma parte del censo de simbología franquista de las Islas Baleares que se elaboró durante la legislatura del 2015-2019, donde quedan recogidos todos los elementos de carácter franquista que tendrían que desaparecer de la geografía insular. De estos, detalla, hay tanto de públicos como de privados, y algunos son más fáciles de retirar que otros: "Los de titularidad municipal, insular o autonómica no generan muchos problemas y es ágil. Los problemas surgen cuando son de titularidad privada o ministerial", resume el político de Podemos en las Islas Baleares, que ironiza asegurando que cualquier cosa que tenga que ver con un ministerio del Gobierno "cuesta como si te arrancaran una muela". En este sentido, detalla que aunque desde la conselleria de Memoria Democrática se han hecho iniciativas para eliminar este monumento del mapa, la respuesta siempre es la misma: este polémico monumento entra dentro de la ley de memoria del 2007. 

Desprecio a las leyes autonómicas

Jurado no niega que pueda encajar dentro de esta normativa, pero recuerda al ministerio encabezado por Maragarita Robles que las Islas Baleares aprobaron en el 2019 una ley de memoria democrática en que este armatoste no tiene ningún tipo de cabida. "Tienen que entender que aquí tenemos unas leyes que se tienen que cumplir. Lo que quiere la población de Maó y de Menorca en general es que este monumento desaparezca. Así lo dice la ley y lo confirmaron las elecciones del 2019", en referencia a los comicios autonómicos que sirvieron para revalidar el mandato de Francina Armengol con Podemos y Més por Mallorca. "Solamente queremos que el ministerio ejerza su responsabilidad delante de un monumento que ofende a las víctimas y cualquier persona que se considere demócrata", sentencia el secretario general.

En el Senado han llegado preguntas sobre este tema que siempre han acabado con la misma respuesta por parte del ministerio. Tanto si pregunta el senador autonómico como otros de fuerzas políticas como ERC, desde Defensa recuerdan que con los cambios que se han hecho en el monumento, ya no se considera que haga apología del franquismo, una visión que en ningún caso comparte con Jurado, que pone sobre la mesa la posibilidad de tener que recurrir a la vía judicial para que Menorca se pueda sacar de encima de una vez y por todas este monumento. Aunque reconoce que este sería un proceso muy largo, es una de las vías que propone la ley autonómica, una normativa que Jurado considera que el Gobierno está "despreciando", considerándola menor. "Tal vez así conseguiríamos que nos den dinero por desmontar-lo, pero sería una lástima tener que pasar por este aprieto cuando lo único que tiene que hacer Defensa es obedecer las leyes autonómicas", ha lamentado el secretario general. 

Enmiendas a la nueva ley de Memoria Democrática

Para intentar encontrarle una solución rápida sin tener que esperar los efectos de la nueva ley de Memoria Democrática, y acelerar el proceso, Jurado explica que desde el gobierno de las Islas Baleares presentaron cuatro enmiendas. Estas consistían en poder declarar dos puntos de la geografía balear espacios de memoria, en referencia a la casa de Emili Darder, el último alcalde republicano de Palma que murió fusilado durante la guerra civil, y el fortín de Illetes, un campo de concentración de republicanos que está en escombros. Además, también se pidió crear dos artículos concretas por el monumento de Maó y también por el monumento de Sa Feixina, en Palma, con la intención de poder retirarlos de una vez por todas, pero Jurado lamenta que estas enmiendas no pudieron salir adelante y estos emblemas franquistas siguen estando protegidos.

Si bien el Govern balear esconde con la posibilidad de empezar la vía judicial para que Maó se libere de una vez de este obelisco, el también mencionado monumento de Sa Feixina, en Palma, ya ha empezado este proceso. Con todo, el secretario general reconoce que la situación de uno y otro son diferentes, ya que en el caso del monumento mallorquín entra en juego el hecho de que también ha sido declarado patrimonio artístico, algo que no pasa con el mahonés. Según destacan los defensores que Sa Feixina se mantenga, el monumento es una representación del movimiento artístico de la época y por eso se tendría que mantener. Con todo, Jurado no está de acuerdo, ya que cree que ante casos como estos hay que valorar si importan más los derechos humanos que unos posibles valores patrimoniales. 

Monumentos imposibles de resignificar

Todo se reduce a la misma cuestión. Desde la transición, muchos monumentos han sido retirados porque enaltecían el franquismo y la dictadura, pero otros se han quedado en el mismo lugar, dándolos desde las instituciones un nuevo significado en recuerdo de las víctimas del franquismo, por ejemplo. Con todo, Jurado cree que eso no es viable en el caso del monumento de Sa Esplanada: "En las placas que te encuentras por todas partes sí que puedes intentar darle otro sentido, pero con un monumento como este es imposible, ya que fue levantado para conmemorar la victoria franquista con mano de obra republicana. Eso es un hecho y es imposible de resignificar, por muchas placas que le quiten. Defensa tiene que entender que la placa no es el símbolo, el símbolo es el monumento en si mismo", explica el secretario general, que concluye que "la única manera de resignificar el obelisco es eliminarlo".


Fuente → elnacional.cat 

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