Fútbol: El mundial de la represión y de los negocios
Fútbol: El mundial de la represión y de los negocios 
Juan Antonio Gilabert Gil

Del 20 de noviembre al 18 de diciembre tendrá lugar el acontecimiento más grande para el mundo futbolero.

Un evento que, en principio, hace disfrutar a toda persona que ama el fútbol y además es a nivel mundial. Es el mundial de fútbol masculino Qatar 2022.

Pero este año no todas las personas futboleras lo tenemos marcado en el calendario. Y no hacemos porque se va a celebrar en uno de esos países donde los DDHH no existen y no se les espera. Qatar forma parte de los países del Golfo Pérsico donde desde hace años, una dictadura atroz gobierna sin ningún aprecio por la vida.

Ataca sin ningún reparo a su clase obrera, a las mujeres, a los LGTBI+ y a los migrantes sin ocultarlo.

Por ello, cuando buena parte del mundo futbolero se enteró de que la FIFA había concedido el Mundial de Futbol 2022 a Qatar, en seguida surgió la polémica.

Según la FIFA, que es la organización privada que concede la organización de los mundiales, las naciones que se hacen cargo del evento más importante del mundo del fútbol, deben ser en teoría mensajeros de la democracia, porque la FIFA defiende que está en contra del racismo y de todas las opresiones habidas y por haber.

Según la FIFA, el fútbol sirve para cambiar el mundo, ya que el deporte trae la democracia. Pero, por otra parte, desde su fundación, en el año 1904, dicha organización declaró que se fundaba para asegurar la disputa de partidos pasara lo que pasara. La idea de disputar partidos —es decir, de ganar dinero— pasa por encima de proteger los DDHH.

Qatar es el caso más sangrante: para construir los estadios que albergarán el Mundial, se han empleado a miles de personas trabajadoras, entre 2010 y 2022, en condiciones deplorables. The Guardian ha publicado que, desde el comienzo de las obras, más de 65.000 trabajadores, han muerto.

Las jornadas han sido interminables y muchas de ellas a 50º. Además, con escasas medidas de seguridad. Los trabajadores no podían cambiar de empresa, vivían en viviendas insalubres y la legislación laboral implementada para este evento en el año 2017, nunca se cumplió.

El tema de la reforma laboral es amoral porque la FIFA lo usó para demostrar que el Mundial había hecho cambiar a Qatar en dicho tema y que por fin, los migrantes de India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka y Pakistán, tendrían derechos. Pero una vez más se cumplió la Kafala, una forma de trabajo extendida por los países de la Península Arábiga que en el fondo no es más que esclavitud y un sistema de patrocinio donde el trabajador no puede cambiar de trabajo ni tiene derechos de ningún tipo. Y ni pensar en sindicarse.

Según Amnistía Internacional, más de 25.000 qataríes están en prisión o retenidos bajo acusaciones políticas. Además, muchos migrantes también han entrado en la cárcel con penas de cinco años al menos y no pueden viajar a sus países hasta cumplir la condena.

En el tema LGTBI+ el Código Penal sigue tipificando las relaciones homosexuales entre hombres como un delito castigado con hasta siete años de prisión. El artículo 296 especifica los delitos como “inducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera para que cometa sodomía o disipación” e “inducir o seducir a un varón o a una mujer de cualquier manera para que cometa acciones ilegales o inmorales”.

En una entrevista, el presidente del comité organizador del Mundial, Nasser Al Khater, aseguró que el país daba la bienvenida a las personas homosexuales, pero les recomendó que no mostraran su afecto en público si acudían al torneo.

Otro de los sectores donde más se comprueban estos abusos laborales es en el de las empleadas del hogar migrantes. Muchas de las mujeres que trabajan en casas de qataríes trabajan más de 18 horas al día y nunca tienen un día libre. Algunas denuncian también retrasos en los pagos, insultos, bofetadas… e incluso casos de abusos sexuales. 

Hipocresía

La discriminación hacia la mujer no es solo frecuente en el día a día, sino que está avalada en muchos casos por la ley. Hay impedimentos legales al divorcio, y si lo consiguen se ven perjudicadas económicamente. Además, las menores de 25 años necesitan permiso de sus tutores para actividades como viajar al extranjero, firmar un contrato o incluso salir de casa.

La hipocresía en este caso es tal, que a Rusia se le ha prohibido participar en todos los eventos deportivos “solo” porque ha invadido Ucrania. Porque su legislación civil y laboral se parece mucho a la de Qatar. Así pues, si el país eslavo no hubiese iniciado la invasión, jugaría el mundial sin problemas. Es el caso de Arabia Saudí y tantas otras naciones que siguen aplastando a su pueblo, pero mantienen delegaciones de fútbol que aportan dinero a la FIFA. La RFEF también se suma al blanqueamiento de dictaduras y sus dirigentes, han dicho que Qatar avanzará gracias al mundial, como lo está haciendo Arabia Saudí, gracias a la celebración de la Super Copa de España en dicho país. Pero esta competición solo está haciendo que la familia real saudí se llene los bolsillos mientras aplasta más a su población.

Pero no está todo perdido y por lo menos en Francia ha habido reacciones ante el mundial de Qatar y cada vez más ciudades con París a la cabeza, han decidido no poner pantallas gigantes en las calles. Además, una de las tres camisetas de la selección danesa, será negra para denunciar cuando salgan al campo el horror padecido por los trabajadores en los estadios. El capitán de la selección inglesa, Harry Kane junto con otros ocho capitanes de selecciones, anunció que lucirán brazaletes con la bandera LGTBI+ en sus partidos. Hay cientos de iniciativas que, si bien no pararán la competición, expresarán la protesta frente a este mundial manchado de sangre y represión.

Por todo lo escrito arriba, pido que se haga boicot al Mundial de Fútbol de Qatar, al mismo tiempo que se apoye a los MMSS y políticos qataríes y a las personas trabajadoras migrantes que están luchando por la libertad. Uno de esos movimientos ha sido la Primavera Árabe, ampliamente reprimido por la dictadura qatarí.

Además, hay que denunciar también a la FIFA por ser la mafia que es. Frente a la subida de la extrema derecha, no podemos tolerar que regímenes sanguinarios sean blanqueados por el poder para llenar sus arcas con dinero sucio. Yo desde luego, no veré el mundial.


Fuente → marx21.net 

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