Los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano han sido exhumados este jueves de madrugada de la basílica de la Macarena en Sevilla. Sin ningún proceso público que explique los crímenes del general fascista y por la puerta de atrás, su cadáver ha abandonado el que ha sido durante 71 años un homenaje público a su figura.
“En riguroso cumplimiento de la ley” como definía la propia Hermandad de la Macarena, quien no disimulaba en una carta pública su desagrado ante la medida, ha sido finalmente exhumado este jueves de madrugada los restos del general franquista Gonzalo Queipo de Llano, después de permanecer 71 años en la basílica de La Macarena. De madrugada, sin mucho bombo, han sido trasladados los restos del general fascista ante la presencia de unos pocos familiares y algunos activistas, que han sido insultados por los familiares.
Los restos han sido trasladados sin ningún tipo de aviso oficial previo por parte de la Hermandad o de organismos oficiales. Finalmente han sido exhumados tanto los restos de Queipo de Llanos como los de su mujer y los del general Francisco Bohortez, que sirvió a las ordenes de Llanos y se encargó de las ejecuciones sumariasordenadas por él.
Paqui Maqueda, presidenta de la asociación memorialista Memoria Nuestra, ha celebrado este proceso como una victoria para limpiar la ciudad de Sevilla de simbología franquista. Y ha recordado los crímenes del general franquista, que ordenó la ejecución de más de 45.000 personas tras la Guerra Civil, mientras estaba a la cabeza de la sublevación franquista en Andalucía.
En concreto el ahora exhumado fascista es responsable de al menos el asesinato de 45.566 personas en Andalucía, además de violaciones masivas de mujeres, saqueo y robos a adversarios y el uso de trabajo esclavo.
Entre otras masacres, fue artífice de la “Desbandá”, una verdadera masacre de refugiados que huían de Málaga ante el avance fascista y que fueron bombardeados desde navíos y aviones en la carretera de la costa, por parte de tropas franquistas con apoyo de la aviación italiana y alemana. También son conocidas sus alocuciones radiofónicas en las que animaba a las tropas a violar a las “rojas” cuando entrasen en las ciudades y pueblos conquistados.
La propia basílica de la macarena fue construida después de la guerra como símbolo de la victoria fascista y humillación de la clase trabajadora sevillana, al levantarse en el lugar que ocupaba un tradicional punto de encuentro y reuniones de trabajadores.
De los 71 años que Queipo de Llano ha gozado de estos honores cívico-religiosos, 44 han sido bajo la democracia heredera de Franco. La impunidad de los crímenes franquistas ha sido y es seña de identidad del Régimen del 78.
Fuente → izquierdadiario.es
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