Alianzas y coaliciones políticas en la Historia: la Conjunción Republicano-Socialista
Alianzas y coaliciones políticas en la Historia: la Conjunción Republicano-Socialista
Eduardo Montagut

En 1918 se organizó la Alianza de Izquierdas para las elecciones de ese año, en pleno combate socialista para sacar de la cárcel a los líderes del Comité de la Huelga General

La situación generada por la Semana Trágica en el verano de 1909, y la durísima represión emprendida por Antonio Maura, así como sus maniobras para unir a la derecha, provocaron que las fuerzas políticas republicanas y los socialistas decidieran converger con el objetivo inmediato de hacer caer al político conservador. El segundo propósito era trabajar para conseguir el cambio del régimen político monárquico. El resultado fue la Conjunción Republicano-Socialista formada por un grupo de partidos republicanos y por el PSOE. La confluencia no fue tarea fácil por varias razones.

El socialismo llegaba a este momento histórico dividido sobre la relación con el republicanismo, aunque manteniendo su postura política tradicional obrerista. Amplios sectores de la familia socialista eran muy reacios a colaborar con formaciones políticas que desde su óptica representaban los intereses burgueses. La postura oficial del Partido siempre había sido muy beligerante contra los republicanos a pesar de los intentos en el pasado de figuras, como Jaime Vera, de promover ese acercamiento. Al final, se optó por colaborar a finales de septiembre de 1909, por superar la tradicional política aislacionista, aunque muy poco antes de que se decidiese el cambio de posición el propio Pablo Iglesias había seguido siendo reacio a la colaboración, como lo demostrarían unas declaraciones que realizó contrarias a crear un Bloque de Izquierdas, en enero de ese mismo año. El cambio fue provocado, lógicamente, por la nueva situación política, pero se justificó ideológicamente tomando como base una resolución del Congreso de 1908 que permitía la alianza con lo que se denominaba en esos momentos los “partidos burgueses avanzados”. En este sentido, fue muy destacada la participación de los socialistas vascos para que el Partido se entendiese con los republicanos. Indalecio Prieto se significó en el socialismo vizcaíno a favor del acuerdo frente al histórico líder Facundo Perezagua, que defendía posturas eminentemente obreristas porque consideraba que los republicanos eran reaccionarios.

Del lado republicano hay que destacar la intensa división en su seno. En 1908 se había conseguido crear un Bloque de Izquierdas con los liberales de Segismundo Moret. La represión de Maura y el fusilamiento de Ferrer i Guardia provocaron que los republicanos abandonasen la alianza con los liberales para optar por el acercamiento hacia los socialistas, que estaban completamente al margen del sistema político y no contaban con representación parlamentaria. Tenemos que tener en cuenta que en el dividido mundo republicano apareció una nueva fuerza política en 1912, el Partido Reformista de Melquíades Álvarez, que complicó en cierta medida la alianza política, al introducir un nuevo elemento.

La Conjunción Republicano-Socialista fue realmente una coalición electoral, con Benito Pérez Galdós a la cabeza. En las elecciones de 1910 consiguieron 27 escaños, entre ellos el de Pablo Iglesias, el primer socialista español en entrar en el Congreso. Las listas se elaboraban en comités electorales después de interminables y complicadísimas reuniones y discusiones. En realidad, la organización de la Conjunción se resumía en estos comités que se formaban cuando había elecciones, aunque también existía un Comité Nacional con representantes de cada fuerza política. Una vez celebradas las elecciones se formaba la minoría parlamentaria de republicanos y socialistas, pero no funcionaba como un grupo parlamentario muy coordinado. En muchas cuestiones defendían lo mismo y votaban unidos, pero en otras materias los radicales, reformistas y socialistas defendían posturas distintas y eso se reflejaba a la hora de votar.

En 1918 se organizó la Alianza de Izquierdas para las elecciones de ese año, en pleno combate socialista para sacar de la cárcel a los líderes del Comité de la Huelga General del verano del año anterior, es decir, Largo Caballero, Saborit, Anguiano y Besteiro, que salieron elegidos. Fue un intento de revitalizar la Conjunción. Se pusieron muchas expectativas, por lo que las 35 actas que se consiguieron se pueden contemplar como un fracaso. El sistema de la Restauración estaba moribundo, pero se resistía a morir.

Para entender las complejas relaciones del PSOE con los partidos republicanos desde su fundación hasta la creación de la Conjunción existe ya una oportuna bibliografía.

En primer lugar, nos permite conocer la tendencia socialista contraria a cualquier relación con los republicanos, porque pertenecerían a lo que se denominó en su tiempo “partidos burgueses”; después el surgimiento de una corriente más favorable a un entendimiento con esas fuerzas republicanas con el intenso debate en el seno del Partido en el cambio de siglo, junto con la evolución de la postura de Pablo Iglesias, y el proceso por el cual se gestó la Conjunción en un contexto histórico derivado de la crisis que produjo la Semana Trágica, además de encuadrar estas relaciones en el marco internacional favorable a las alianzas entre fuerzas democráticas y socialistas en Europa occidental en la época de la paz armada. En primer lugar, podemos aludir a una obra ya clásica. Se tratad del libro de Juan José Morato Caldeiro, El Partido Socialista Obrero (1918). Morato describe la inauguración de la Conjunción y la actividad parlamentaria consiguiente.

Durante mucho tiempo no se estudió monográficamente la alianza entre los partidos republicanos y el PSOE, aunque sí se dieron algunas alusiones en obras más amplias. Fusi trató la cuestión en Política obrera en el País Vasco. 1880-1923 (1975).

Hay que aludir necesariamente a la obra de Martínez de Sas, El socialismo y la España oficial. Pablo Iglesias. Diputado a Cortes. (1975), porque aborda ya de forma más profunda el proceso que llevó a la Conjunción. En el mismo 1975, Antonio Elorza estudió en su artículo “Los esquemas socialistas en Pablo Iglesias, 1884-1925”, en Revista Sistema, cómo evolucionó el pensamiento del líder socialista en relación con los republicanos.

Por su parte, Aguiló Lucía trató el tema en su artículo “Blasquismo y socialismo: un ensayo histórico de frente popular. 1909-1918”, en Estudios sobre Historia de España, homenaje a Tuñón de Lara (1981). Al año siguiente, Antonio Robles Egea publicó “Formación de la Conjunción Republicano-Socialista de 1909”, en Revista de Estudios Políticos, donde se aborda más detalladamente todo el proceso.

Muy importante es la obra de Santos Juliá, Los socialistas en la política española. 1879-1982, Madrid (1997) porque formula la Historia política del Partido. Es el libro que nos permite situar la postura inicial antirrepublicana del PSOE, el nacimiento de otra posición más proclive al entendimiento, y el debate interno para tomar la decisión final de concertar la alianza electoral con los republicanos.

Más reciente, parece muy sugestivo el análisis que el citado Antonio Robles Egea emprendió en “La Conjunción Republicano-Socialista: una síntesis de liberalismo y socialismo”, en Ayer (2004) porque enmarca el acercamiento entre socialistas y republicanos en un contexto europeo de concertación de las fuerzas liberales-democráticas con las socialistas con la finalidad de culminar el proceso de democratización de los Estados liberales, siguiendo los planteamientos que el propio autor hizo en un trabajo anterior de 1990, titulado “Socialismo y democracia: las alianzas de izquierdas en Francia, Alemania y España en la época de la II Internacional”, en Historia Contemporánea.


Fuente → nuevarevolucion.es 

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