Memoria de la lucha contra la impunidad franquista
Memoria de la lucha contra la impunidad franquista  
Moisés Pérez 

El silencio represivo de la dictadura se convirtió en olvido con la reanudación democrática. Exhumar las fosas en las que se habían enterrado los cuerpos de miles de represaliados por el franquismo se erigió en una especie de tabú que se rompió gracias a la perseverancia de los familiares de las víctimas del régimen criminal de Francisco Franco. La fotoperiodista Eva Máñez retrata esta lucha, así como los momentos de exhumación de los cuerpos, de un buen número de afectados por las fosas de Paterna (Horta), en Paterna, la memoria del horror (Generalitat Valenciana, 2022) . La obra ha sido presentada este jueves en el Monasterio de San Miguel de Reyes de Valencia, un espacio que durante la larga noche franquista albergó una cárcel a la que fueron enviados todos aquellos sospechosos de luchar por la democracia.

Las paredes del Monasterio de San Miguel de Reyes de Valencia transmiten una sensación de recogimiento, reivindicación de la cultura y devoción religiosa. Sede actual de la Biblioteca Valenciana Nicolás Primitivo, estuvo fundado en el siglo XVI por el duque de Calabria con pretensiones culturales y de culto por las sagradas escrituras. Una función que se pervirtió durante los terribles años de la dictadura franquista: este antiguo centro de admiración por el santísimo y de proselitismo de la fe cristiana se erigió en uno de los principales núcleos de la represión franquista en Valencia. Sus instalaciones fueron testigos involuntarios de fusilamientos y torturas, de flagrantes palizas y violaciones de la dignidad humana, de la salvaje persecución del régimen criminal del general Francisco Franco contra todos aquellos que se jugaban la vida por la recuperación de la democracia.

Con una música que recreaba una ceremonia eclesiástica, con un espíritu de resignificar un espacio marcado por el terror de la dictadura franquista, cerca de un centenar de familiares de víctimas del franquismo han sido protagonistas este jueves en el Monasterio de Sant Miquel de València de un homenaje a su lucha, de un acto de preservación de la memoria de una barbarie, con la presentación de la obra Paterna, la memoria del horror (Generalitat Valenciana, 2022). Elaborada por la fotoperiodista Eva Mañez , combina la imagen y las letras para narrar la inagotable persistencia de estos descendientes para reparar la situación de sus represaliados, enterrados en fosas comunes sin ningún tipo de respeto, ni de identificación por parte de las autoridades franquistas .

"Esta obra pone de manifiesto la lucha de los familiares y, especialmente, de las mujeres para recuperar a sus seres queridos, aquellos que durante tantos años han sido enterrados en las fosas de la vergüenza y olvidados por el resto de la sociedad", ha inaugurado el auto-reconocimiento Iñaki Pérez Rico , director general de Calidad Democrática, Responsabilidad Social y Fomento del Autogobierno, de Izquierda Unida del País Valenciano, tras la primera interpretación celestial del grupo de cuerda Tarek Tabsamini. «No es casualidad que buena parte de las entidades memorialistas estén encabezadas por mujeres. Ellas han demostrado esta fortaleza de las emociones, que ha sido capaz de tejer redes de cooperación y levantar la voz ante la necesidad de recuperar a sus seres queridos», ha proclamado con un discurso de reivindicación del papel de las mujeres en este combate .

La autora, emocionada por la dimensión del acto y por presentar el libro en un espacio donde encarcelaron a su abuelo, ha defendido el nacimiento de esta obra como un grano más «para construir el futuro, para avanzar a través de estas historias hacia una sociedad libre de impunidad y de las fosas de la vergüenza». «Hay que dejar atrás el franquismo y una transición calificada de modélica que dejó en el olvido a sus familiares, a más de 130.000 personas desaparecidas», ha denunciado, para comparar: «Siempre se ha asociado las desapariciones a la dictadura de Argentina. Allí hubieron 30.000 y en el Estado español son 130.000». «Paterna, y hay que recordarlo, se enterraron a 2.238 personas», ha completado. Y espetó: «La lucha por recuperar los cuerpos de los familiares del franquismo ha sido una lucha contra el tiempo que corría en contra, una apuesta de futuro para edificar la sociedad que nos merecemos». «Cada vez que exponíamos las fotos era una excusa para hablar de esta problemática», ha expresado, haciendo especial mención a la participación escrita, entre otras, de la exdiputada izquierdista en las Corts Valencianes e historiadora, Esther López Barceló .

La consejera Rosa Pérez; la fotoperiodista Eva Mañez; y el director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico en el acto de presentación del libro| Generalitat Valenciana

«Se trata de un movimiento que empezó en el 2010. Recuerdo que toda la familia acudía una vez al año para dejar flores a mi abuelo, así como para limpiarle la tumba, ya que sabíamos dónde estaba enterrado. Sin embargo, en 2010 vimos muchos grupitos de gente. Cuando mis hermanas y yo nos acercamos a escuchar las conversaciones, comprobamos que los relatos coincidían con el de nuestra familia. Aquello fue muy bonito, un despertar, una sensación de ver que no estabas sola», ha narrado Amparo Belmonte , presidenta de la Plataforma de Asociaciones de Familiares de las Víctimas del Franquismo de las Fosas Comunes de Paterna , quien ha definido aquella experiencia « como una terapia, como una forma de sanar, después de tantos años de silencio». "Este libro de microrrelatos recoge aquella España silenciada", ha agradecido, antes de leer un fragmento del prólogo de Barceló.

La música mirífica de este cuarteto de cuerda, con capacidad para emocionar a un público con los sentimientos a flor de piel por este reconocimiento a sus familiares, a luchadores por la dignidad democrática en el Estado español, ha precedido al alegado de Cruz Alemany, limpia de un fusilado, quien ha agradecido «el compromiso de toda esa gente presente hoy, de todas las mujeres y las familias que han luchado por recuperar la memoria silenciada de aquellos que se opusieron a un sistema político ·legítimo ya una dictadura fascista». «La obra es un homenaje, una visión feminista de esa lucha por la memoria democrática . Sus relatos, tanto fotográficos como escritos, han sabido sacar a relucir a toda una generación de mujeres que transmitió esta memoria de sus familiares. Son 60 relatos que narran ese espacio de violencia que son las fosas de la vergüenza, un espacio que debe pensar cómo resignificarse en términos democráticos», ha solicitado.

Alemany no supo del asesinato del hermano de su abuelo hasta que un día se comentó en casa. Una noticia que le sorprendió, y más siendo una persona comprometida con la memoria democrática, dada su labor didáctica en el aula para explicar el horror para evitar que vuelva a producirse: «Hubo un proceso de luto, llevado desde la cuna y dónde saber qué contar y qué no era fundamental. Allí actuaba el miedo, pero también que debían sobrevivir en esa Paterna dominada por la dictadura». «Tenemos una necesidad urgente de consolidar esa memoria. Yo forme parte de la tercera generación, de una hornada que no hemos entendido esa anomalía de nuestra democracia, que ha tardado demasiado en reparar los crímenes franquistas», reprochó.

"Este libro visibiliza la labor de los familiares de las víctimas y, especialmente, de las mujeres en una lucha que debería haber contado antes con el apoyo de las instituciones, tal y como habría ocurrido en cualquier otro país democráticamente avanzado", ha remarcado Rosa Pérez , consejera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, de Izquierda Unida. "La fragilidad de nuestra democracia", ha insistido, "se demuestra en que la mayoría de las familias nunca pensaban que se abrirían las fosas". «En cualquier sociedad democráticamente avanzada, una de las primeras acciones después de la dictadura franquista habría sido abrir las fosas y recuperar los cuerpos. Como administración pública, de hecho, quiero pedir perdón por haberse dado durante tanto tiempo la espalda a las familias, las cuales no se merecían en modo alguno este calvario», se ha disculpado, para afirmar: «En este país, no se han hecho políticas de memoria, sino de desmemoria. Unas políticas que han propiciado la entrada de la extrema derecha en las instituciones».

Foto de familia de los familiares de las víctimas del franquismo junto a la autora y las autoridades de la Generalitat Valenciana en el Monasterio de Sant Miquel de Reis| EL TIEMPO 
 

Apelando a la unión tejida entre las instituciones y las entidades civiles que han luchado por la memoria democrática, ha defendido que "esta obra muestra cómo las mujeres fueron represaliadas por mujeres y por rojas". «No estamos devolviendo la dignidad a las personas que fueron asesinadas, porque ellas fueron y serán siempre dignas. Con estas intervenciones, estamos volviendo poco a poco la dignidad a nuestro país, a una democracia que no puede construirse sobre las fosas de aquella gente que luchó por defender la democracia», ha reflexionado, para recordar que «los derechos democráticos deben defenderse porque siempre existe el riesgo de volver hacia atrás». "Un pueblo que no conoce su pasado está condenado a repetir la historia", ha avisado, como preludio de unas notas musicales que han cerrado una presentación de libro erigida en reconocimiento a las personas que han luchado por recuperar los cuerpos de los suyos familiares, de esos combatientes por los valores de la democracia.


Fuente → eltemps.cat

banner distribuidora