Luis Sedín, Heriberto Quiñones y Ángel Garvín: comunistas, luchadores y antifranquistas en la posguerra
Luis Sedín, Heriberto Quiñones y Ángel Garvín: comunistas, luchadores y antifranquistas en la posguerra / Juan Luis Valenzuela
Fueron fusilados en Madrid en 1942  

 

Ángel Fermín Garvín Martín nació en Santander en 1918. Era obrero metalúrgico, militante de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) que participaron en la defensa de Santander. Tras la caída de la ciudad huyó a Francia, regresando a España como miembro del PCE para entrenar militarmente a los militantes del PCE en Alicante. Cuando cayó Alicante se ocultó casi un año y medio en Elche, uniéndose a Heriberto Quiñones en Madrid en la reorganización del PCE del interior. Garvín fue detenido junto a Quiñones en 1941.

Luis Sendín López nació en Lugo en 1909, fue un activo sindicalista de la UGT desde 1929, dirigente de las JSU y del PCE, colaborador de Mundo Obrero, comisario político de la unidad de blindados con base en Archena (Murcia). Cuando las tropas sublevadas partieron en 2 la zona republicana se encontraba en la provincia de Alicante, donde conoció a Ángel Garvín. Fue detenido e internado en el campo de concentración de Albatera de donde escapó a los pocos días y se escondió en la montañas de Valencia. En 1941 Sendín regresó a Valencia donde trabó amistad con el máximo dirigente del PCE en el interior, Heriberto Quiñones, con quién colaboró en 1941 en Madrid en la regeneración del Partido. Fue detenido al poco de llegar en una operación de la Brigada Político-Social franquista.

Heriberto Quiñones González nació en 1907, probablemente en Moldavia. El nombre de Quiñones lo consiguió gracias a un funcionario del registro civil de Gijón. Nunca desveló su verdadero nombre. Quiñones hablaba el castellano con modismos asturianos, y también hablaba perfectamente el catalán de Mallorca. Llegó a España en 1930 expulsado de Francia como delegado de la III Internacional, desarrolló su militancia sucesivamente en Asturias, Valencia, Mallorca, Menorca, Cataluña y Madrid. Su vida fue un ejemplo de compromiso revolucionario para los trabajadores españoles, fue un internacionalista convencido que afirmaba que "el régimen soviético terminaría con el hambre, la miseria y la opresión".

En Valencia se casó con la líder comunista mallorquina Aurora Picornell, ejecutada por los falangistas en 1936 estando embarazada. Ambos tenían una hija, Octubrina Roja, que los franquistas rebautizaron como Francisca. Al estallar la guerra, Quiñones estaba en Mallorca, donde el golpe fascista triunfó, huyó a Menorca trabajando en la resistencia Republicana. Durante la guerra formó parte en Valencia del Comité Provincial del PCE, fue miembro del servicio militar de información (SIEPP), oficial del XIV Cuerpo de Ejército Guerrillero y traductor de la embajada de la Unión Soviética.

Al final de la guerra fue internado en Albatera, pero pudo escapar a Madrid en 1941 donde se convirtió en organizador del PCE en la clandestinidad, desde abajo, con plena autonomía política, independientemente de la dirección del PCE en el exilio. Quiñones, Sendín y Julio Vázquez formaron el comité del interior del PCE. Cuando Vázquez fue detenido le sustituyó Realino Fernández López. Después se incorporaron Calixto Pérez Doñoro, Luciano Sadaba Urquía y Jesús Bayón, siguiendo la política de "unión nacional" del pleno del PCE en mayo de 1938. El comité conectó con los núcleos provinciales del PCE generando una impresionante estructura organizativa.

A España llegaron en 1941 nuevos cuadros del PCE, Jesús Larrañaga, Manuel Asarta y Eduardo Castro, Eladio Barreiro, Jesús Gago, Jaime Girabau e Isidoro Diéguez Dueñas, el "grupo de Lisboa". La policía portuguesa detuvo a algunos, que fueron entregados a los franquistas, continuaron las detenciones entre ellos Sendín, los documentos incautados permitieron a la policía detener a unos 200 militantes comunistas de diferentes regiones y a la dirección clandestina del interior.

Quiñones fue detenido el 30 de diciembre de 1941 en la madrileña calle de Alcalá junto con Ángel Garvín, desmantelando el 2º intento de reconstrucción del PCE del interior, embestida de la que tardaría unos 2 años en recuperarse. El régimen franquista respondió con extrema dureza a este nuevo desafío, todos los miembros de la dirección interior capturados fueron condenados a muerte y fusilados, así como todos los miembros del "grupo de Lisboa", excepto Eduardo Castro que moriría en la cárcel en 1947.

Luis Sendín, Heriberto Quiñones y Ángel Garvín fueron condenados a muerte en septiembre de 1942. Los 3 fueron fusilados juntos en las tapias del cementerio del Este el 2 de Octubre de ese año. Quiñones fue fusilado sentado en una silla, no se tenía de pie por las torturas sufridas por la policía franquista. Sus últimas palabras fueron: "Viva la Internacional Comunista".


Fuente → elplural.com

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