
Josep Herrera
Se “tragó” que podría producir gasolina con agua del río Jarama y zumo de fruta, y además no solo fue estafado sino que hizo millonario a un timador austriaco, según el libro “El estafador que engañó a Franco”.

Filek, engañó a Franco haciéndole creer que había inventado un nuevo combustible que salvaría al mundo y que le daría una gran imagen a España en el exterior, algo de lo que el Régimen estaba necesitado, mejorar su mala reputación en el mundo y, de paso, obtener ingresos millonarios para la maltrecha economía del país.
El charlatán estafador austriaco hizo pensar a Franco que el nuevo combustible, con aguas del Jarama y fórmula secreta, sería tan importante como la gasolina, pero a unos precios de fabricación irrisorios. El agua, el jugo de vegetales y el producto “secreto” de Filek, eran de costes reducidísimos y harían de Franco un líder energético internacional al convertir a España en la principal potencia petrolífera del orbe mundial.
Con estas credenciales y estos sueños del dictador, más la astuta habilidad comercial y retórica del austriaco, Franco picó el anzuelo y no solo le dio el placer para la patente, sino que lo hizo millonario con relevantes ayudas públicas para que montara la empresa y la supuesta fábrica del oro del Jarama. La “fikelina”, sería como se llamaría el nuevo combustible. La República no picó en 1935, pero el paticorto de piernas y cerebro fascista, que siempre se creyó el más pillo, sí.
Fuente → lasrepublicas.com
No hay comentarios
Publicar un comentario