La infancia de Franco marcada por un padre ausente, mujeriego, jugador y violento
La infancia de Franco marcada por un padre ausente, mujeriego, jugador y violento / Juan Luis Valenzuela

Franco: un metro sesenta, calvo prematuro, rechoncho, voz desagradable y sin cualidades oratorias, carecía absolutamente de carisma

 

Las descripciones sobre la personalidad del exJefe de Estado y dictador de España durante cuarenta años definen también, y explican, su terrible acción represora y las razones por las que impuso una fuerte tiranía contra los españoles.

Las reflexiones que contienen en el capítulo dedicado a Franco en el libro “Personalidad y poder. Forjadores y destructores de la Europa Moderna. El impacto de Franco” (Editorial Crítica del Grupo Planeta) del profesor e historiador británico Ian Kershaw, explicarían, en pocas páginas, muchos de los motivos de su perversa actuación, algunos de ellos, no todos, que se anclarían en su infancia y, posteriormente, en su educación familiar y formación militar así como su estancia en las campañas militares africanas. 

Sin la guerra civil, Franco no habría sido Jefe del Estado español

En este libro, donde Kershaw analiza la personalidad de los forjadores y los destructores de la Europa moderna, el investigador británico afirma que la España de Franco estaba lejos de los avances clave de Europa. Cree que, a lo sumo, el denominado Caudillo influyó algo en la historia mundial durante la década de 1930, pero, sin él, “el siglo XX no habría sido muy diferente”: “El impacto de Franco dista muchísimo del de Hitler, Mussolini, Lenin o Stalin”. Justifica su ascenso como el fruto de unas circunstancias excepcionales y subraya que “sin la guerra civil, no habría existido posibilidad alguna de que llegara a ser Jefe del Estado español”. Para este prestigioso investigador, autor de la considerada, hasta ahora, mejor obra escrita sobre Adolph Hitler, tanto la historia europea como la española hubieran sido distintas si la república hubiera sobrevivido al golpe de 1936. 

Sin cualidades políticas, solo militares

Franco ejemplifica el caso de un individuo con reconocidas cualidades como militar, pero sin experiencia como líder político, que saca provecho de las circunstancias históricas que le permitieron, primero tomar el poder y, luego, seguir adelante para “hacer su propia historia”. 

Problemas de infancia con un padre ausente, mujeriego, jugador y violento

El libro profundiza en la mala relación del padre del Caudillo con él y su familia, dejándolo en un pésimo lugar: “La formación de Francisco Franco Bahamonde apuntaba a la carrera militar. Nacido en El Ferrol en 1892 en una familia de militares acomodados, parecía predestinado a seguir los pasos de su padre y de su abuelo, que habían sido oficiales de alto rango. Su padre, Nicolás, estaba casi siempre fuera, quizás por suerte, pues en casa era un individuo despótico muy dado a los estallidos de cólera y a pegar a su esposa y a sus hijos. Francisco, el segundo de cinco hermanos, careció por completo del afecto de su dominante y desdeñoso padre, que, con un historial de mujeriego y jugador, en 1907 dejó la casa familiar para aceptar un puesto en Madrid (y dejar atrás un matrimonio desdichado)”. La relación de Franco con su padre, ya desde la lejanía, no mejoró nunca. 

Entregado a su madre, devota católica y muy conservadora

Con esta mala relación con su padre, Franco se entregó a su madre, Pilar Bahamonde, con quien estaba muy unido. Una madre devota católica y muy conservadora que a duras penas pudo conseguir sufragar los gastos de la educación de su hijo. Poco antes de que su padre se fuera, en 1907, Franco aprobó el examen de ingreso en la Academia militar de Toledo. Fue allí donde se agudizó su carácter integrista y ultraconservador. Los valores militares allí aprendidos le forjaron una personalidad de disciplina rígida, sentido del deber, aceptación estoica del sufrimiento físico y creencia en las glorias españolas del pasado. 

Expediente mediocre en la Academia militar

En esta centro militar de estudios demostró escasa inteligencia, puesto que su expediente fue mediocre. Lo verifica el hecho de que entre 1910 y 1912 demostró no estar lo bastante bien cualificado para solicitar el puesto que quería en Marruecos.

Tras conseguir ser enviado a Marruecos luego de dos años de prestar servicio en El Ferrol, se puso de manifiesto sus “aptitudes” durante las brutales guerras coloniales que pretendían acabar con las tribus bereberes insurgentes. Allí, en Marruecos, aprobó las atrocidades cometidas por sus brutales legionarios en pueblos moros capturados. Evidenció un espíritu cruel y falto de humanidad con sus enemigos derrotados, posiblemente un vaticinio del carácter vengativo con el que trataría a sus enemigos políticos en España cuando accedió a la Jefatura del Estado tras la guerra civil.

Sin embargo, esos “valores” y crueles actitudes, hacen que Franco obtenga y se forje una alta reputación como militar, comenzando a recibir sucesivos ascensos rápidos, de teniente en 1912 pasó a ser general de brigada, con 33 años, en 1926. 

Reservado, frío, distante y cruel con los derrotados

Kershaw define a Franco como una persona reservada y distante, fría desde el punto de vista emocional, cautelosamente calculador, nada espontáneo; movido por un desmesurado sentido del deber, la disciplina y la obediencia, rara vez mostraba emociones hacia fuera era cruel con sus enemigos derrotados además de ser una persona muy ambiciosa: “La fría venganza contra sus antagonistas, internos o externos, era un rasgo que recorría su personalidad”. 

Sin carisma: bajo, calvo, rechoncho, voz desagradable y sin cualidades oratorias

Otras descripciones del libro dejan a Franco como un personaje mediocre en su imagen externa: “Franco no tenía ni mucho menos aspecto de gran líder nacional. Distaba de ser una figura imponente. De corta estatura (medía solo un metro sesenta), calvo prematuro, algo rechoncho y con una desagradable voz atiplada y monótona, carecía a todas luces de toda aureola carismática. A diferencia de Hitler o Mussolini, no tenía cualidades oratorias ni había creado ningún movimiento de masas en torno a su persona”.


Fuente → elplural.com 

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