Felipe VI: segundo beneficiario de una cuenta ‘offshore’ de su padre

La monarquía española trató de esquivar una bala tras la explosión de los escándalos de Juan Carlos I –entre ellos la polémica de las tarjetas de crédito opacas, el presunto cobro de comisiones por la concesión a empresas españolas de las obras del tren de alta velocidad a La Meca y los movimientos de fondos sospechosos procedentes de una entidad financiera en la isla de Jersey– y su posterior abdicación, cuando sus escándalos económicos hicieron insostenible su situación y la oligarquía económica que sostuvo su reinado, creyendo que el reinado de su hijo, Felipe VI, conseguiría estar libre de controversias. Sin embargo, el rey de España se ha visto envuelto en una disputa por las irregularidades financieras de su padre.

Y es que las nuevas revelaciones destapadas por el diario británico The Telegraph, plantean interrogantes sobre la riqueza de la familia real española. En estas, Felipe VI aparece como el segundo beneficiario de la fundación 'offshore' que figura como titular de la cuenta bancaria donde se ingresó la supuesta donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí al emérito mientras este estaba en el trono. Una información que amenaza de lleno con empañar la imagen “impecable” del Rey Felipe, seis años después de haber asumido el cargo y que abre ahora un nuevo mar de dudas acerca del alcance de su riqueza e intereses personales, incluido el dinero que tiene en cuentas bancarias en el extranjero.

Abdullah bin Adbul Aziz Al Saud habría depositado en una cuenta abierta en el banco privado Mirabaud a nombre de la Fundación Lucum la supuesta donación millonaria, que aunque en un principio únicamente se conocía a Juan Carlos I como el único beneficiario, en los estatutos de Lucum aparece Felipe VI como segundo beneficiario y como el encargado de velar por el resto de la familia en el caso de heredar la fundación. En el documento figura que “el segundo beneficiario debe mantener durante su vida al resto de la Familia Real” y “satisfacer” cualquier “petición razonable” que pudieran hacerle su madre, hermanas e hijos. Entre los movimientos de la cuenta también aparecen cuatro transferencias a España por “necesidades personales” durante los primeros seis primeros meses de 2009 por una cantidad de 800.000 euros. 

Nuevos escándalos para el emérito

Esta semana se han emitido en primicia a través de la plataforma HBO Max, tres capítulos de una serie documental, titulada Salvar al Rey, que no ha dejado indiferente a nadie. La serie cuenta con fuertes testimonios, entre ellos, los de exagentes de los servicios secretos, que revelan detalles de cómo resolvieron algunas situaciones comprometidas para el ahora emérito. Lo sorprendente, y así queda en evidencia, es que el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) grabó en varias ocasiones al jefe del Estado en sus escuchas aleatorias, al igual que lo hizo una de sus amantes. Cintas que después de décadas escondidas, ahora por fin salen a la luz.

Estas grabaciones han expuesto la relación que existió entre Queca Campillo, una famosa periodista en la época de la Transición, y el ex monarca. “Me hicieron entrar por una puerta trasera de la entrada del Monte del Pardo al recinto de la Zarzuela y nos encontramos dentro de una camioneta”, dijo la mujer en una entrevista inédita, grabada antes de su muerte por cáncer en 2015. Campillo recordó que fue él quien se acercó a ella cuando tenía 28 años, siendo esta una de las pocas mujeres entre el grupo de fotoperiodistas que trabajaban para la prensa española en ese momento. Gracias a su relación, este le llegó a confiar asuntos de Estado, según su testimonio.

El documental también transmite grabaciones de conversaciones entre Juan Carlos y otra ex amante, la modelo y actriz Bárbara Rey, quien recibió una fortuna para no revelar su relación real o filtrar supuestos vídeos sexuales, según confirman fuentes de los servicios secretos. En las grabaciones realizadas por Rey, se puede escuchar a Juan Carlos discutiendo el caso de Luis Roldán, director general de la Guardia Civil que huyó de España en 1994 junto con varios millones de euros en fondos estatales.“Entre tú y yo, la Guardia Civil dice que es mejor no encontrarlo; mejor si aparece muerto”, se escucha.

En todos estos casos, la sensación que transmite la serie es que Juan Carlos era consciente de su inmunidad e impunidad y hacía lo que le daba la gana sin sopesar las consecuencias, ya que, supuestamente, todas las veces los servicios secretos estuvieron allí para protegerlo y salvarlo del escarnio público. Lo que este no podía imaginar, es que su hijo se vería ahora también salpicado por sus comportamientos.