En Tenerife no hay cadáveres en las cunetas porque están en el fondo marino.
 Jorge Fonte: «No culpo a las personas sino al franquismo y a la ideología fascista»

En Tenerife no hay cadáveres en las cunetas porque están en el fondo marino / Victoriano Suárez Álamo

El escritor tinerfeño novela sobre la Guerra Civil y la represión en El Hierro con 'El hijo del apotalado' (editorial Milenio)

Conocer el pasado es clave para entender el presente. Pero a veces ese pasado es peliagudo, terrible y fue sepultado para no levantar ampollas. Jorge Fonte (Santa Cruz de Tenerife, 1967) lo tenía muy claro cuando comenzó la escritura de 'El hijo del apotalado' (editorial Milenio), que desembarcó hace unas semanas en las librerías de todo el país.

El escritor se asoma no solo a la Guerra Civil española y a la represión franquista. También mira hacia su propia familia. De ahí que incluya incluso una conversación con su padre. «Esa charla es ficticia, porque mi padre murió hace 20 años. Es la conversación que hubiese tenido con él si estuviera vivo hoy. Reproduzco algo que no ocurrió pero que sí que habría ocurrido si estuviera vivo. Los términos en los que hablamos habrían sido así. Él estaba muy vinculado con El Hierro. Es hijo de madre y padre herreños. Vivió la época en la que transcurre la novela. Él era muy comedido y al principio habría reaccionado con temor por el hecho de tocar el tema, pero al mismo tiempo afirmaría eso de que 'el que lo hizo es responsable de sus acciones y aquella historia no se puede seguir negando». 

El origen

El punto de partida de 'El hijo del apotalado' tiene fecha y lugar concreto. «La novela surge hace tres años, en el Tamaduste. Me prestan el libro de Miguel Ángel Cabrera Acosta, 'La represión franquista en El Hierro', que se publicó en los años 80. Empecé a leerlo sin intención de publicar nada, por curiosidad. En un párrafo leo que el número dos de la Falange en la isla fue Pastor Fonte. Me quedo helado. No había oído hablar de él jamás. Fonte es un apellido común en El Hierro, pero no tan extendido como los Padrón, que levantas una piedra y salen muchos. Empiezo a investigar entre primos y familiares y comienzan a contarme quién fue. Muchos no querían hablar y los que hablaron, todos, lo hicieron mal. A partir de ahí fui haciendo un perfil del personaje, que fue primo hermano de mi abuelo. Y me dije que era una historia que tenía que contar y enfocarla sobre su figura», explica el escritor.

Antes de sentarse a escribir, Jorge Fonte reconoce que hubo un detalle que le llamó la atención tras leer muchos libros sobre la Guerra Civil y la postguerra. «Todos los libros daban el nombre y los apellidos de las víctimas, pero no el de los falangistas que los perseguían. Yo me centro en El Hierro y me parecía importante decir quién persigue a quién, quién denunciaba, quién iba por la noche a casa del alcalde y lo llevaba preso. Me centré en los huidos y el caso del alcalde de Firgas», rememora. 

Identificar a los falangistas herreños

Para saber qué herreño formó parte de la Falange acudió a los archivos de la Delegación del Gobierno. «Ya sabía de la pertenencia de Pastor Fonte y quería saber quiénes fueron los demás. Me puse a investigar en esos archivos. Hay documentación que se ha perdido y otra que imagino que ayudaron a que se perdiera. Pero el que es ratón de bibliotecas sabe buscar. En aquella época, el barco llegaba dos veces a la semana a la isla. Para viajar había que solicitar un permiso en la Delegación del Gobierno y esos permisos sí que se conservan. Al principio, en los primeros años del llamado alzamiento, todos los falangistas estaban henchidos de orgullo y por eso en esos permisos junto a sus nombres aparecía que eran parte de ese partido. Empecé a apuntar los nombres y así identifiqué a todos los que ejercían como falangistas en la isla desde 1936 en adelante».

Saber los nombres fue capital para narrar un hecho histórico como el falso fusilamiento en El Pinar. «Los libros de historia te dicen que un grupo de falangistas llegó al Pinar, pero yo sé quién era falangista, en El Hierro, en noviembre de 1937. Tengo un documento oficial que me dice quién lo era. Allí no sucedía como en Gran Canaria o en Tenerife, donde la Falange podía tener miles de miembros. En El Hierro era diez. Hay que reivindicar tanto el nombre de las víctimas como de los que participaron. No se trata de un acto de venganza, sino de justicia. Si nombro a Pastor Fonte, también tengo que citar a los demás que estaban con él en el partido. Por honor, honestidad y respeto a la historia y a las víctimas», defiende.

«No culpo a las personas, culpo al sistema, al franquismo y a la ideología fascista que fomentó y permitió una serie de conductas que no deberían existir», añade. 

Los apotalados

¿Qué es un apotalado? Eso mismo se preguntó Jorge Fonte cuando investigada para una novela que acabó por colocar este canarismo en su título. «Todo nace de una anécdota que me contaron. En El Hierro no hubo víctimas mortales. Es la única isla del archipiélago que en su geografía no cuenta con víctimas de la Guerra Civil. Murieron herreños durante la contienda y después, pero no en la isla. Lo que sí que hubo, y está documentando en el libro de Cabrera, fue más de 200 personas que fueron denunciadas y trasladadas a la prisión de Fyffes, en Tenerife, y algunas a Gando, en Gran Canaria. Y algunos acabaron apotalados. En Tenerife no hay cadáveres en las cunetas porque están en el fondo marino, sobre todo en el tramo de la costa entre Valleseco y San Andrés, donde cerca de la costa hay un precipicio marino de más de 2.000 metros», explica Fonte.

«Hablando con los hijos de alguna de las víctimas, uno me dijo que su abuelo murió apotalado. Fue la primera vez que escuchaba esa palabra. Le pedí que me lo contara y me explicó que los metían con las manos atadas en sacos con piedras y los tiraban por la borda al mar. Hay identificadas unas 2.500 víctimas del franquismo en Canarias, con nombres y apellidos. Pero hay muchos desaparecidos más. Algunos consiguieron emigrar a Venezuela, pero otros muchos acabaron en el fondo del mar», señala con pesar.

Fonte tuvo que luchar con la editorial Milenio, radicada en Barcelona, por el título. «Me decían que era muy grandilocuente, sesudo y erudito. Que si la gente no lo entendía, no compraría el libro. Pero lo defendí por su fuerza y por todo lo que significa. No veía la novela con otro título», argumenta. 

Reacciones

El hecho de que la novela se haya publicado en pleno verano hace que Jorge Fonte no tenga muchas referencias sobre su acogida, sobre todo en El Hierro y por parte de los descendientes de algunas de las personas a las que menciona en la novela. «Ni los hijos, ni los nietos ni los biznietos son responsables de lo que ellos hicieron. En mi familia ha sentado bien la novela, por lo que me ha llegado. Durante mi investigación hablé con descendientes de Pastor Fonte. Todos me decían que no lo habían conocido y es que con sus siete hermanos apenas tuvo contacto, ya que cuando comenzaron a nacer él ya tenía 10 años. Una biznieta me ha facilitado muchos datos y está tan sorprendida como indignada al conocer la historia, ya que no sabía nada sobre lo que hizo su bisabuelo. En la familia se decía que estuvo en política, pero no se hablaba de nada más», apunta el escritor que se lanzó a la narrativa tras una prolífica etapa como ensayista de cine.

Jorge Fonte ya tiene encaminadas sus tres siguientes novelas. /Roberto de Armas

Jorge Fonte ya tiene encaminadas sus tres siguientes novelas. / Roberto de Armas 

Pinceladas de ficción para enriquecer

Unos hechos históricos investigados y certificados documentalmente conviven con pinceladas ficticias en 'El hijo del apotalado', la tercera novela del tinerfeño Jorge Fonte. Un proyecto literario que el escritor tuvo claro en todo momento que transitaría por este camino. «El libro siempre fue una novela. Nació como novela. Estuve muchos años como ensayista de cine y llegó un instante en el que me dije que tenía que cambiar. Los libros de ensayos ya me salían de forma mecánica y había bajado el listón, me sentía superado», reconoce.

Esta es su tercera novela, tras 'Una isla a la deriva' (2018) y 'Llevadme a ver el mar' (2021). «Las tres son narrativa histórica. Primero investigo y después lo novelizo. Es apasionante. La literatura novelística tiene un punto de adicción muy fuerte. El poder de crear una historia, unos personajes y un ambiente es mucho más atractivo que contar algo que existe, aunque me apoyo en cosas que existen o existieron», reconoce.

Durante la fase de documentación le contaron múltiples anécdotas y hechos que consideró relevantes y enriquecedoras. Pero si incluía más personajes sabía que la novela podía convertirse en un galimatías. Jorge Fonte encontró una solución. «Mezclo personajes reales con otros de ficción. Me contaban muchas anécdotas de distintas personas y por eso me inventé la familia Fernández. Ahí las concentré todas. A esa familia le suceden todas las cosas que le pasaban a muchas reales. Fue la técnica que utilicé para poder contarlo. El lector es inteligente y sabe que eso le ocurrió a distintas familias en aquellos años. Aspiro a que cada lector saque sus propias conclusiones», subraya.

Las situaciones que nacen de su imaginación ayudan a enriquecer los personajes y los hechos reales. Incluso cuando describe la realidad de Pastor Fonte. «Sé cuando se casó y con quién. Pero no sé cómo fue la boda. Lo ficciono y lo hago creíble según las costumbres de la época. El episodio en el que cuento la noche de San Juan también es ficción, pero es lo que se hacía en aquellos años», asegura.

Para 'El hijo del apotalado', el escritor tinerfeño asegura que trabajó mucho el estilo. «Me distancio, aunque algunos personajes sean parte de mi familia. Cuento como un narrador imparcial, así no me pueden acusar de poner a los malos como muy malos y a los falangistas como a unos descerebrados, cuando fue gente que vivió esa época y tomó partido. Una persona a la que no conozco me escribió para decirme que le regalaron el libro. Que tuvo reparos a la hora de empezar a leerlo, ya que había sido madre recientemente, estaba muy sensible y le afectaban mucho las historias dramáticas y de la Guerra Civil. Pero comenzó a ojear la novela y acabó leyéndola entera en una semana, porque me dijo que el lenguaje, con su belleza, la había atrapado», rememora.

Jorge Fonte asegura que ya tiene muy encaminadas las tres siguientes aventuras novelísticas que tiene previsto publicar. Avanza detalles de las dos primeras.

«A mi cuarta novela solo le faltan ya las lecturas finales y las correcciones. Parto de nuevo de un hecho real. De un asesinato real, en los años 70 en Santa Cruz de Tenerife. Se trata del conocido como el 'caso Alexander'. Lo que hago es centrarme en el juez que instruye el caso, al que me he inventado», adelanta.

La siguiente ficción también se inspira en un hecho real. «Ya la tengo terminada y se publicará el próximo año, en abril. Se basa en la visita de The Beatles a Tenerife, en el 62, cuando vinieron Ringo, Paul y George a Puerto de la Cruz, justo antes de hacerse mundialmente famosos. Lo que he hecho es inventarme una serie de cartas que les escribían a sus familiares desde Tenerife, en las que cuentan sus experiencias en la isla, lo que pensaban en aquel momento sobre su carrera musical y sobre todo lo que veían a su alrededor durante aquellas vacaciones», confiesa el escritor.


Fuente → canarias7.es

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